viernes, 29 de marzo de 2013

VOLVER....

Llevaba años sin visitar la casa de su padre, tocó timbre, nadie respondió. Conservaba una llave desde aquellos años, la probó y abrió la puerta hacia el comedor. Con su mano hacia la izquierda prendió la luz, los recuerdos le embargaron, el lugar se hallaba recientemente pintado, pero el mobiliario era el mismo.El viejo barco artesanal, hecho por las manos del abuelo inmigrante de España , se destacaba sobre el armario de vidrios repartidos. La cortina roja era una novedad, que le agradó. Diez años atrás se había marchado a Europa enviado por la empresa argentina en la que trabajaba. Aquí era mozo, allá fue como jefe de mozos.Le fue bien hasta que hace seis meses se sumó a los parados. La crisis golpeaba fuerte por allá.Su última visita cinco años atrás la realizó para despedir a su madre, que partió por un derrame cerebral.Tenía el recuerdo fresco de haber llorado como un niño sin poder parar durante el funeral. Se quedó un mes más para fortalecer al padre, sobre que la vida continúa. Su hermana residía cerca y  tenía dos niños, ella estaría  para acompañarlo, y los niños le alegrarían los días. Vio la pava y el mate sobre la mesa, se los llevó a la cocina para cambiar la yerba del mate y poner más agua en la pava para calentarla sobre la hornalla. Apagó las luces del comedor salió al patio trasero y se sentó en un sillón bajo el parral. La luz del sol se filtraba entre las hojas, un coro de pájaros se escuchaba por las plantas.De vuelta en casa -  Pensó, debo ver que pasa por aquí y abrirme camino. Escuchó un ruido de llaves, dos minutos después estaban fundidos en un abrazo interminable con su padre.     

Amig@ visitante ¿sabes que? nunca escribo con fotos, hoy se me ocurrió subir esta, y alrededor de ella escribí esta historia rápida. Te saludo, gracias por visitarme, la próxima vez trataré de tener un café para ti.  

lunes, 25 de marzo de 2013

¿Hacemos nuestro destino?


Papá… ¿Uno es artífice de su destino?

En cierta medida si hijo. Pero los proyectos, ideales y sueños  que tenemos en el transcurso de nuestra vida, se pueden alterar por muchas cosas. 

¿Cómo cuales?

Enfermedades, pérdida de trabajo, cambio en la economía de tu país o del mundo. Accidentes, ser víctima de algo que te hace perder todo lo que construiste en años.

¿Y su sucede algo de eso, como seguir?

Reconstruyéndote a ti mismo y volviendo a empezar, de a poquito, quizás con metas nuevas, acordes con la realidad de ese presente.
Nuestra vida es como un barco que hay que manejar, transitarás la calma, y la tormenta cuando llegue. Lo importante es seguir  manteniéndolo a flote

¿De donde se sacan fuerzas para seguir?

De tu interior, éste debe ser fuerte, no desesperar por las cosas materiales perdidas. Debes tener fe…fe… es confianza en que vas a volver a salir adelante. Somos humanos, se pueden padecer depresiones o cuadros de estrés graves. Estos son como caer en arenas movedizas, si te desesperas por estar así y por salir, más te hundes.

Con calma y esperanza, trabajando duro saldrás adelante, y llegaras donde quieras llegar, que tal vez no sea  el de tus expectativas primeras, pero lo vas a disfrutar con serena alegría.

¿O sea que todo es relativo?

Jajaja. Pareciera que todo esta atado con piolines,  pero ponte metas y ve tras ellas, ese es el principal motor…


sábado, 23 de marzo de 2013

Fiebre de primavera...


 “Soñar no cuesta nada… y es gratis,  te invito a soñar juntos, ¿Quieres?
 
 Llegó la fecha ansiada,  21 de septiembre, día de la primavera y del estudiante, Nicolás tenía  diez y siete años llenos de brío, cursaba el secundario nocturno.  Un  compañero, Agustín, que era  casado,  le había pasado una invitación para una  excursión a los bosques  de Palermo. La aceptó de buen grado. En  la mañana del sábado, temprano, llego al lugar de salida, subió al micro ómnibus ubicándose en un asiento del lado de la ventanilla, no conocía a nadie,  pronto se fue llenando de jóvenes de ambos sexos muy  ruidosos.
Cuando ella subió, se cruzaron miradas, detuvo la vista en él  mientras tomaba asiento tres filas más adelante y del lado de enfrente, era morena de ojos verdes, labios carnosos, vestía una camisa blanca con un nudo al frente  por debajo de unos senos que se veían generosos, llevaba un  jean ajustado negro, que  le resaltaba las caderas. Tenía algo de salvaje, provocativa. Una vez completos los asientos y  con muchos jóvenes de pié, el chófer inició el viaje, los cánticos resonaban en boca de todos, era pura efervescencia.


 Él miraba por la ventanilla, el sol comenzaba a asomar  entre las nubes, va a ser un día estupendo – Pensó. Pasó un cuarto de hora, volcó su vista a la derecha, justo ella se había dado vuelta y  lo observaba nuevamente, quitó su  vista, pero rápidamente volvió la cabeza, esta vez mantuvieron la miradas, había chispa en los ojos, complicidad, ya se habían conectado, solo había que esperar. Cuando llegaron y descendieron, él se le acercó. Hola, disculpa  si te molesto- me llamo Nicolás, dijo extendiendo su mano. -Ella sonrió – yo, Sol, - Encantada de conocerte, y le dio un beso en la mejilla, quedando la mano de él en el aire. – No podías haber tenido un nombre que te hiciera más justicia -  ¡¡Deslumbras Sol!!   - Replicó. Se echaron a reír. A él sus dientes blancos le parecieron perlas. ¿Viniste sola? Así es,- contestó. También yo, en mi mochila tengo equipo de mate y termo, ¿te parece que nos ubiquemos por aquí? Si, contestó, yo traje pastel y bizcochos. Ella le tomó de la mano y comenzaron a caminar, se detuvieron sobre el césped a la sombra de un árbol. A menos de veinte metros en una pista de baile resonaba la música pop. Mientras conversaba y tomaban mate, él le preguntó que edad tenía, 23 dijo ella, ¿y vos? 21 contestó. Era alto y podía representar esa edad. Te daba 24 o 25 -  replicó ella. Si, si en general me dan más edad respondió Nico cruzando los dedos a su espalda.

 El atardecer  los sorprendió en la pista de baile, bailaban  amarraditos, la mano de Sol en su espalda  lo apretaba sobre ella. Nico descendió su mano por debajo de su cintura, atrayéndola hacia el. Mas tarde, separó su rostro mirándola a los ojos, sus miradas lo decían todo, se dieron un beso interminable, apasionado,  mientras se movían en la pista llena de gente. A las seis de la tarde, el micro emprendió el viaje de regreso, ellos viajaron juntos, entre palabras, risas y besos. Cuando llegaron a destino, se despidieron luego de que ella le pasase su número de celular. Quedaron en encontrarse tres días más tarde, para profundizar más con esa fiebre de sábado.

Eaaaaaa que la primavera hace estallar las hormonas…..