jueves, 4 de abril de 2013

Intuición masculina...


Pablo y  Mariana llevaban cinco años de casados, ella tenía 30 años y trabajaba como técnica radióloga, él 32, y era ingeniero trabajando en venta técnica. Esa noche mientras estaban en los preparativos para la cena le comentó a Mariana: Amor – tengo una buena noticia para darte. Cuál – ¿Me vas a llevar al Caribe ja,ja,ja?  Eso ya llegará ja,ja,ja - pues mira,  estuve haciendo números y  es momento de cambiar el automóvil, sabes que tiene muchos kilómetros y pronto comenzará a dar gastos. ¿Estás seguro de que podemos? – inquirió ella. –
Si, si ya estuve en una sucursal de la  concesionaria, me tasaron el nuestro y la diferencia que debo poner en efectivo. Debería entregar todo el miércoles y el martes siguiente pasar por la casa central a retirar el nuevo. Me pone feliz, pero solo te pido que el color sea gris plata metalizada – dijo Mariana. - Me parece bien pero otros colores… ¿no te gustan?  No, estoy enamorada de ese color… ¿Ah, y de mi no? - respondió Pablo. -Tú sabes que eres lo más para mi- repuso ella y terminaron en un beso apasionado, que más tarde continuó en el dormitorio. Al día siguiente como tenía previsto, entregó su auto y la diferencia del dinero.

El martes de la semana siguiente, con cierto grado de ansiedad y entusiasmo, se presentó en la concesionaria oficial, anunciándose en portería, notificaron su llegada y luego lo invitaron a subir por una escalera a la oficina de ventas. Al entrar  se encontró con una especie de Hall en el que había siete personas, dos parejas y tres hombres solos. Miró sus rostros y todos tenían un gesto adusto, malhumorado, algunos fumaban como chimeneas. Le consultó a uno que sucedía. -Que no entregan en fecha, no entregan - espetó con rabia, a la derecha y hacia el fondo vio  una oficina, con puerta de Cristal Blindex, adentro una mujer elegante de unos 45 años estaba detrás del escritorio, delante del mismo un hombre de pié hablaba a los gritos y  gesticulaba con los brazos. En un momento dado paró, se retiró de la oficina, pasando a su lado como una tromba, salió a las escaleras dando un portazo detrás de él.  A los pocos minutos llamaron a Pablo por su nombre para ingresar a esa oficina. -La Mujer le tendió la mano presentándose – soy la gerente de ventas. Pablo estrechó su mano y se sentó frente a ella. - Bien, bien estoy viendo en el monitor ¿Usted viene por un auto gris metalizado? Si, pero cual tiene en  existencia -  Preguntó el. Uno negro azabache -  le respondió- Por una vidriera a su derecha pudo ver el auto negro en planta baja. (Si le pintan de amarillo el techo puede ser un taxi) pensó para si Pablo) Con una sonrisa le dijo, me gusta, hagamos los papeles y me lo llevo. - De acuerdo, baje por la escalera de atrás ya les aviso para que le entreguen todo, tendrá que aguardar una hora al menos. –Ningún problema, espero, gracias.

Una hora más tarde salía con su auto con olor a nuevo, y un andar espectacular.- Ahora Mariana me mata, pensaba, pero ya se le pasará. Cuando llegó a su apartamento estacionó frente al garaje. Entró y al ver a su mujer le dijo, traje el auto, únicamente no pude conseguir el color. - A ver, a ver, salió a la puerta quedando perpleja, ¿Es negro? ¿Me estas tomando el pelo? -No querida tuvo que ser así. - Déjame que te explique.- ¡Basta! no me expliques nada, estoy furiosa –Replicó ella volviendo a entrar a la casa. Esa noche ella se encerró en el dormitorio. El prefirió dormir en el sofá. Trascurrieron tres días con mínima comunicación entre ellos. El viernes por la tarde  Mariana recibió un llamado de su amiga Cecilia. ¿Sabes que ocurrió? ¿Qué? Allí donde tu marido compró el auto, los dueños se fugaron con todo el dinero, dejando parados a sus empleados,  y muchos autos sin entregar. ¿No me digas? ¿Y que van a hacer los clientes? Reclamaran a la fábrica para que se haga cargo, pero vaya a saber que tiempo lleva.-Gracias Cecilia, me he portado muy mal con Pablo veré como disculparme, gracias nuevamente.     

Esa noche ella le contó sobre los sucesos. Menos mal que sacaste nuestro auto le dijo. -Bueno ahora me entiendes, estando allí, con el clima de tensión que había se me prendieron las luces rojas, tenían nuestro auto anterior y nuestro dinero. No dudé en traerme el que había, por lo que veo, no me equivoque. Si, mi amor, no volveré a enojarme así, tú sabes bien lo que haces y por que lo haces. Mira, tengo la espalda cansada, ¿Qué te parece si nos damos una ducha juntos como otras veces? ¡Esa es una buena idea! ¡Esta es mi chica ja,ja,ja! Ve tú adelante que ya te alcanzo –Replicó Pablo. Minutos después entraba bajo la ducha masaje ando el cuello y la espalda de Mariana. (Que sucedió después no lo puedo decir porque entramos en horario de protección al menor ja,ja,ja) pero que gozaron esa ducha…sin duda…….

La imagen, la marca, del auto ha sido tomada de la Web, no tiene nada que ver con esta historia que es de ficción.
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