Javier notaba cierta dificultad para la lectura, debía
entrecerrar los ojos para leer mejor. Ante la insistencia de Mariana su pareja,
fue al oftalmólogo a controlarse la visión. Del control surgió la necesidad de
utilizar anteojos de lectura, para los cuales le extendieron una receta.
Preguntó a quién le atendía si podría tomarle la presión ocular. Si, si, como no, - le respondió. Cuando efectuó el
control puso en su conocimiento que tenía elevada la presión, que volviera al
día siguiente para un control computado. Javier así lo hizo, lo ubicaron en una
cabina, tomó asiento frente a una pantalla, como un monitor. En su mano derecha
sostenía un pulsador. El cuarto estaba oscuro, el tenia la frente apoyada en un
visor. Le indicaron que cada vez que viera un punto luminoso, apretara el
pulsador. En un círculo a distintas distancias del centro subiendo y bajando
aparecían lo puntos luminosos, él pulsó ante todos los que vio. Luego la Doctora dio por finalizado
la práctica, llevándose la planilla con resultados.
Luego de un tiempo de espera lo llamó a su consultorio - Debo decirle que - sufre usted de GLAUCOMA – Confirmó la médica, su presión ocular es alta, le daremos un
colirio para que se instile una gota en cada ojo por la mañana y por la noche.
Tiene parte del nervio óptico socavado, con pérdida de visión hacia los
laterales, aún no es grave… la descubrimos a tiempo. En el estudio, usted no
vio muchos puntos luminosos laterales, la visión que perdió,
ya está, no tienen recupero, ahora a conservar la que tiene. Javier
volvió a la semana, el control indicó que su presión ocular se mantenía normal como resultado del
tratamiento con las gotas. Se sigue controlando cada seis meses desde el año
2000, hace dos años ha dejado de manejar
su automóvil de noche, debido a que no se siente tan seguro como antes, además
que el tráfico está infernal. No todos los casos se resuelven con gotas
oculares, lo importante es detectarlo antes que dañe o ciegue los ojos.
-Javier no tenía antecedentes de glaucoma en su familia. No
es necesariamente una enfermedad hereditaria. La hay de ángulo abierto, como la
de él, y de ángulo cerrado. Hay gente
que ha perdido la visión casi repentinamente. ¡¡Un espanto!! Este post mío, es a fin de alertarte de que
aunque no tengas síntomas, cuando concurras a un oftalmólogo ¡TE CONTROLES LA PRESIÓN OCULAR!
Ah, un detalle...Javier, el personaje de esta historia soy yo!
Te saludo amigo visitante.