lunes, 14 de octubre de 2013

La separación...Historia de vidas...

Marcos llevaba años queriendo separarse de su mujer, habitaban la misma casa aunque  dormían  en camas separadas. El amor de pareja se había perdido para nunca más volver. Ella dependía económicamente de el  para todos sus gastos. Los altibajos de la economía le obligaron  a esperar el momento propicio para separarse y poder seguir manteniéndola. Ella  vivía apegada a la casa, el amaba el mar  pero ella nunca quería acompañarlo. En los últimos años terminó viajado con  algún familiar al mar y a otros destinos. Si bien debía soportar los  exabruptos de su mujer con frecuencia,  el año que falleció la madre de ella la situación se puso mucho más difícil de sobrellevar.  Carmen sintió que caía en una gran depresión por lo que vio a su psiquiatra, quién aumentó al doble su dosis de algunos psico-fármacos. En ese entonces, él se hallaba con un fuerte dolor de espalda que le dificultaba levantarse de la cama. Mientras que ella no se arrimaba ni para alcanzarle un vaso de agua, él con dificultad se levantó dado que no era de quedarse mucho acostado.

 Ya de pié, lo primero que hizo fue levantar  la cortina de enrollar  para que entre el sol al comedor y la cocina. De inmediato ella puso el grito en el cielo ¿Para qué la abres? Me molesta la claridad… déjala cerrada – Vociferó. ¿Qué quieres? Que esto sea una tumba – replicó el, dejándola levantada. Luego fue al baño para  afeitarse, ya frente al espejo se colocó la espuma de afeitar en el rostro y comenzó a pasarse la maquinita de afeitar, cuando terminó se lavo con agua caliente, también la pileta y los elementos antes de guardarlos. Se desplazó hasta la cocina, estaba por comerse una tostada con queso, cuando la voz de ella le grita con tono de enojo. - Dejaste un pelo aquí en la piletita ... ¿cuando tendré un baño para mi sola?- preguntaba.  Ah, eso quieres, pronto tendrás el baño para ti sola y también podrás vivir a obscuras durante el día si quieres – contestó él. Mas tarde sonó el teléfono de línea, Marcos atendió, era su sobrina, comenzó a escuchar lo que ella tenía para decirle. A los dos minutos Carmen se paró a dos metros suyo, diciendo –¡ necesito el  teléfono! ¡ya puedes ir cortando! Su sobrina escuchó del otro lado de la línea… tío algo anda mal allí con la tía. Si, si respondió él, termina de contarme y cortamos. Cuando colgó el teléfono preguntó a su mujer ¿Tú tienes conciencia de lo que haces? ¿Quién es que habla, tú,  o los medicamentos que tomas? -No tuvo respuesta.

 Marcos decidió que todo había llegado a su punto final.  Un apartamento propio se le había desocupado en esos días, comenzó a hacer las maletas, llamó a Mario su amigo de la infancia, siempre dispuesto para colaborar. En un sábado trasladaron  la mayoría de lo que necesitaba, que no fue tanto. Una nueva vida estaba por comenzar, se sintió feliz en su nuevo apartamento. No sentía ninguna forma de rencor hacia su ex  mujer, mientras adaptaba el nuevo lugar para si,  no dejo de ver las necesidades de ella, explicándole para que aprenda a valerse sola. La separación le haría bien a los dos, el paso de un par de meses le demostró que tenía razón….Esta historia termina aquí….


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