miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un nuevo año se inicia.

El año viejo va quedando atrás, ha sido como un viaje en el que nos puede haber pasado de todo, penas, alegrías, tristeza, éxitos. Pero como siempre no debemos bajar los brazos, la vida continúa, es bueno no perder nunca la esperanza. Además las personas optimistas, se enferman menos y viven más. No dejes de soñar, aún cuando no tengas nada concreto por delante, ponte tu escudo protector contra la negatividad. Lo bueno puede aparecer a la vuelta de la esquina, hay que estar alerta.
Entré solo para saludarte, desearte que pases un feliz fin de año, estés acompañada o en soledad, recuerda que la soledad no es estar sola, es sentirse sola. Que el 2016  lo transcurras con mucha salud, armonía y trabajo. Esto último sabe ser una bendición en los tiempos difíciles que corren. 

Feliz Año Nuevo!!! Abrazos muchos..

martes, 10 de noviembre de 2015

TACOS ROTOS. (La oportunidad)

En esa tarde de abril la avenida Luro estaba tan concurrida como siempre, la gente caminaba  mirando vidrieras. Martín circulaba entre ellas.  En dirección hacia el, la vio venir... lucía espléndida en ese trajecito color arena, ¡Qué mujer! -  pensó. En un momento sus miradas coincidieron, ella lo miró unos segundos antes de apartar la vista. Cuando iban a cruzarse, no alcanzó a decirle ¡Guapa! porque ella se ladeó, inclinándose encima suyo, el extendió su brazo sosteniéndola por la espalda. Ay, disculpa - dijo azorada, pudieron ver que el taco de su zapato se había despegado por un hueco en la vereda. El se inclinó para des-trabarlo  quedándose con el taco en la mano. Jajaja, Qué situación – afirmó ella, no se si reír o llorar. Todo tiene arreglo – replicó Martín, no te preocupes…yo me ocupo. Me aguardas un momento en la mesita de ese bar., mientras llevo a arreglar tu zapato aquí a la vuelta. Ella llegó cojeando y de la mano de Martín  hasta la mesa, se sentó y pidió un café. El regresó a los cinco minutos, ya dejé “al paciente”, el zapatero lo atenderá en menos de una hora. ¿Y vas a quedarte aquí conmigo todo ese tiempo? No te preocupes ahora eres mi prioridad uno – respondió él con una sonrisa franca. Salvo que te comprometa, ¿eres casada? No, no, divorciada hace cinco años. ¿Libre entonces? Así es ¿y tú? Yo - Solo  en la actualidad, nunca me casé. 

Me llamó Martín y tú, Yo me llamo Noelia, pero me dicen Noe. Me gusta tu nombre, en realidad me gusta todo lo que veo de ti sin querer ser meloso. Se que hay alguien que soñaba contigo. ¿Si? ¿Quién? el recordado Nino Bravo, te dedicó una canción. Ah, si, de chica me tomaban el pelo con la letra, pero es romántica. ¿Tú eres romántica? En verdad si, pero estoy decepcionada con los  hombres. Siguieron hablando, conociéndose, bromeando y riendo, la hora se convirtió en dos horas, Martín fue a buscar el zapato y se lo calzó como a una princesa. No se como agradecerte – le dijo ella, lo miró a los ojos dándole un beso en la mejilla a continuación. El la tomó de la cintura, diciendo -  Permiso, y le dio un suave beso en los labios, el perfume de ella embriagó sus sentidos. Terminaron intercambiando sus números de móviles, citándose para  el viernes a la noche. Mientras se alejaba Martín dijo en voz alta ¡Gracias taco por romperte! Y continuó tarareando una canción, parecía un loco, pero los enamorados tienen su parte de locura ¿No? Noe por su lado, avisaba por el celular a sus amigas que era muy feliz, que creía haber encontrado al caballero de sus sueños.

En cualquier lugar, en cualquier momento puede surgir la compañía de vida que deseas, solo hay que estar alerta. 
Te saludo visitante.    

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Aprender a respetar.


Estoy caminando  por la avenida H. Irigoyen hacia la estación Lanús, cruzo la avenida, veo un mundo de gente esperando a  las distintas líneas de colectivos que salen o llegan allí. Una mujer joven lleva un cochecito de bebé que duerme plácidamente, la ayudo a subir el coche a la vereda. Ella emite un – ¡Gracias! Sigo,  llego a la plaza, la voy atravesando entre  la mucha gente que viene y va. Arribo a la estación subo una escalinata corta, entre una multitud de gente  bajo por otra escalera que  conduce a un pasillo que atraviesa las vías del tren por debajo.  El pasillo tendrá unos dos metros y medio de ancho, pegados a la pared vendedores ambulantes ofrecen sus productos. Buena parte de la gente que viene de uno y otro lado, asciende por escaleras que están en el medio del pasillo hacia el andén del tren que lo llevará hacia la estación Constitución o hacia el sur. Los demás seguimos por el pasillo al final del cual nos encontramos con otra escalera  que nos lleva a la superficie del otro lado de las vías.
Si alguno es claustrofóbico no pasaría jamás por este túnel, también hay escaleras por arriba de las vías pero poca gente las elige. 
Todos caminamos rápido, aunque algunas personas mayores lo hacen lentamente tomándose de los pasamanos.  Apenas salgo a la luz y avanzo por la vereda, veo a unos 50 metros que el ómnibus que debía tomar, allí en la terminal, estaba saliendo, me apresuro, corro, haciéndole señas. El chofer, se detiene en la calle, abre la puerta y subo. Le doy las gracias y pago con mi tarjeta. Hay choferes que con buen gesto se detienen  permitiéndote subir, otros, si no estás en la parada te dejan de  a pié y siguen viaje.  Me siento en la mitad del colectivo, en quince minutos estaré en mi destino. Poco después de la partida, se detiene y sube un grupo numerosos de niños estudiantes, seguramente de escuela privada deduzco  por sus uniformes, abonan el viaje con sus tarjetas, son unos 14 entre chicos y chicas, calculo que serán de sexto grado de la primaria o primer año del secundario, algunos se sientan adelante,  otros se corren para atrás, muy bulliciosos. En la siguiente parada sube una señora mayor, una de las chicas se levanta y enseguida le cede el asiento, en otra sube una mujer joven con un bebé, otros de los chicos se levanta y le cede el asiento. Más adelante se bajan todos juntos, estos niños están educados, son consientes de valores que les han inculcado, seguramente los padres y maestros. Para mí, árbol que nace firme y derecho, difícilmente se tuerza. Aún recuerdo, cuando tenía 9 años, venía con mi padre de pescar en el río, estaba sentado, el colectivo se fue llenando y mi padre me dice – Dale el asiento a la señora, sonó como una orden. Lo hice de inmediato y el mandato quedó grabado.

 Los valores, la honestidad, se aprenden en casa y sobre todo con el ejemplo de nuestros mayores, padres, abuelos, tíos. Algunos no tienen esa  escuela, pero tienen discernimiento, razonabilidad para saber qué es lo correcto y que lo incorrecto.  Aprender a respetar involucra infinidad de cosas, a los derechos de las personas, las normas y leyes, al cuidado del medio ambiente, a la propiedad y la vida privada etc. Etc.  Que otros no lo hagan no es excusa para hacer lo mismo que ellos. 


Bueno después de esta salida se me ocurrió escribir al respecto, te saludo amigo visitante, deja tu comentario si gustas. 

domingo, 18 de octubre de 2015

El violador - Noche de terror.


Esta historia es dura pero sucede en la vida. Carmen y Ofelia habían disfrutado de una noche espectacular en el boliche bailable al que habían concurrido. Bailaron a morir y tomaron algunas copas de más de coca con Fernet.  A las cinco de la madrugada se retiraron del lugar, al llegar a la esquina, ven acercarse el bus que las llevaría a sus casas. Vamos, vamos, rápido -dijo Carmen, nos salvamos del taxi… al momento estaban cómodamente sentadas en el colectivo que llevaba a  solo seis pasajeros adormecidos. En 30 minutos llegaron a destino. Descendieron y caminaron juntas por dos calles, allí,  frente a la casa de Ofelia se despidieron. Carmen debía caminar una calle y media más para llegar a su edificio de apartamentos. Así, iba caminando un tanto obnubilada por el cansancio y las copas de más, la calle estaba desierta, una fina llovizna comenzaba a caer, apuró sus pasos. Al pasar por el Hall de entrada de un edificio, una mano brutal la tomó del brazo, mientras que con la otra  le tapaba  la boca y la atrae bruscamente hacia adentro del hall manteniéndola apretada contra la pared.  Un hombre que le llevaba una cabeza de altura le dice. –Nena, no digas nada o te aplasto la cara.

Mientras con la mano izquierda le tapaba la boca, su derecha la introduce por su escote para acariciarle los senos. Luego la besó brutalmente, introduciendo la  lengua en su boca,  ella atinó a mordérsela.  Él con un gruñido le dio un fuerte cachetazo que la dejó totalmente  aturdida y con los labios sangrando. Carmen sintió que  le bajaba la corta pollera roja, rompió en llanto - ¡No! ¡No! ¡¡Por favor!!  Alcanzó a decir, la bestia le pasó la lengua por la cara. Cuando estaba por bajarle la otra prenda… en ese momento se escuchó  un  chasquido y un golpe seco, ella alcanzó a ver que algo golpeó en la sien del hombrón. Este trastabilló para un costado, recibió enseguida  un segundo golpe de cachiporra del otro lado de la cara que  terminó desmayándose sobre el piso. Carmen no salía de su conmoción, había estado a punto de ser violada, mientras subía sus ropas, ve a un hombre joven parado en la vereda que guardaba una cachiporra. ¿Estás bien? Le pregunta. Ella no puede hablar del susto. No temas, repite el hombre, me llamo Juan, soy el sereno de la obra de aquí cerca, me da por caminar y vi lo que te pasó. ¿Quieres ir a tu apartamento sin más? ¿O quieres que llame a la policía para denunciar a este hijo de perra? - Quiero lavarme la cara y bañarme - afirmó ella, pero esté canalla no puede quedar libre para atacar a otra, llámala por favor.

Juan marcó el 911 hizo un relato corto de los hechos, a los cinco minutos un móvil de la policía estaba en el lugar. Todos juntos fueron a parar a la comisaría, al atacante, ya medio despierto lo llevaban en otro vehículo policial. Un policía quedó en lugar de Juan custodiando la obra mientras él iba a prestar declaración. Después  salió a relucir que el atacante  tenía antecedentes penales  por robos y  que estuvo preso por violación, hacía una semana que había salido de la cárcel.   Carmen le dijo a Juan, - de   no ser por ti, me habrían arruinado la vida. Le dio un beso en la mejilla y terminó diciendo – menos  mal que hay hombres como tú. Mira las tontas como yo, que por no tomar un taxi me pasó lo que me pasó.
 – Tú  no eres tonta, has hecho lo que debía ser normal, lo malo es que las bestias como la que te atacó, anden sueltas por la ciudad. Un violador debe tener prisión perpetua, es como un adicto, pero no se recupera jamás  y vuelve a violar, creen que la mujer es un objeto del que ellos pueden disponer. - Lo que han violado son tus derechos a ser libre. Un coche policial los llevó a sus domicilios, ya eran las 11 de la mañana del domingo. Un día que Carmen jamás olvidaría…

Amigo visitante esta es la primer historia que escribo luego de unos meses, las últimas eran tomadas de mis archivos. Deja tu comentario si gustas…



miércoles, 7 de octubre de 2015

El rapto ¿Involucrarse?

Lucas estaba sentado en la Terminal de ómnibus de larga distancia, faltaba media hora para que partiera el suyo, una pelotita de papel rodó frente a sus pies. Sin saber porqué, la levantó, desplegó el pequeño papel arrugadoleyó una frase, SOS me raptan. Levanto la cabeza mirando hacia el frente y los costados. ¿Será una broma? – pensó. Pero con esto no se jode – se dijo. La gente caminaba de prisa por los pasillos, recorrió con mirada escrutadora a los pasajeros que aguardaban en los largos asientos de madera frente a él. Matrimonios con niños, ancianos, una jovencita de unos catorce años, al lado de un hombre fornido de cabello pelirrojo, éste esbozaba una sonrisa tonta permanente en su rostro. Llamó su atención que la niña tenía anteojos de sol, siendo un día de lluvia, además que la mano derecha del hombre estaba apoyada en su espalda. ¿La estaría sujetando? ¿Amenazando? - pensó para sí. Desvió la mirada un instante para disimular, cuando volvió a mirar, observó que las manos de ella estaban sobre su regazo, subió la mirada, los anteojos negros estaban fijos en él, volvió a mirar sus mano, el dedo índice de ella se movía señalándose a si misma, como si lo llamara. Se puso tenso, se le erizó la piel, presintió la situación de peligro, el pelirrojo observó que los miraba, rápidamente bajó la mirada, agachándose para ajustar los cordones de sus zapatos. Luego, nuevamente se incorporó, ya decidido.

Prefiero pasar un papelón antes que dejar cometer un posible secuestro, se dijo a si mismo.

Encaminó sus pasos hasta reunirse con dos hombres de gendarmería que se hallaban en el lugar, les explico la situación y sus sospechas. Por favor, con pedirle la documentación no se pierde nada - sugirió. Los gendarmes se dirigieron hacia la pareja, Lucas iba detrás, se detuvieron frente a ellos. Disculpe señor ¿Se pone de pié y me permite sus documentos? El hombre con gesto de incredulidad se paró, ¡¡Maldición!! ¿Cómo me descubrieron? Extienda las manos, está arrestado. La jovencita se puso de pié, quitándose los anteojos acto seguido se arrojó a los brazos de Lucas llorando, gracias!! gracias!! repetía sin parar de llorar. Cálmate le dijo Lucas, ya todo esta bien, fuiste valiente, te van a llevar a tu casa.

Amigo visitante sigo rescatando historias que he escrito en el pasado, seguramente no has leído ésta.
Cuando las musas vuelvan escribiré nuevas. Te saludo, deja tu comentario si gustas.... 



lunes, 7 de septiembre de 2015

Historia de amor no correspondido.

Diciembre había llegado, el calor era denso, pesado, Leonardo no lo pensó más, decidió huir de Buenos Aires, tomarse unas vacaciones, alejándose de tráfico, ruidos, obligaciones laborales. Una vez en la ruta en su Volkswagen, recorrió los cuatrocientos kilómetros que lo separaban, hasta llegar a Tandil, la ciudad de las sierras bajas, tierra fértil, con olores a campos verdes y aguas claras del lago. Luego se desvió, avanzó cien metros por un camino de tierra, divisando a Don Basilio, un viejo amigo de su padre aguardándolo en la vereda. Detuvo el auto, bajando rápidamente para fundirse en un abrazo con el búlgaro.- Que bueno que viniste Leo, hace dos años que no lo hacías. -Pasa, pasa, tengo preparado un guiso hecho con perdices que ayer mismo cacé .-Usted se ve muy bien Basilio, debe ser el aire de aquí. - Ya lo creo, aquí todo es mas calmo.- Mira la cara que traes cada vez que vienes, ojeroso, blanco, flaco, de aquí te vas con el color de la salud. -Tiene razón, la gran ciudad mata, parece que uno no puede dejar de correr, por suerte termino con la universidad el año próximo, tendré más tiempo para esparcimiento. Luego de degustar el exquisito estofado, acompañado por un buen vino, siguieron charlando y riendo, mientras se contaban mutuamente anécdotas e historias.

A las cuatro de la tarde Basilio, lo invitó a visitar a Natalia su vecina, que vivía a continuación de un gran lote de tierra que separaba ambas casas. Al llegar, está los recibió con alegría, conocía a Leo desde pequeño, cuando llegaba en compañía de sus padres. Leo comprobó la presencia de una joven de cabellos lacios y ojos negros que lo miraba con atención. - Es mi hija, Mariana, afirmó Natalia, se recibió de Veterinaria en la universidad de aquí,  por ahora está todo el día en casa. - Ah, si, dijo Leo, mientras daba un beso en la mejilla de Mariana, recuerdo cuando eras pequeña, jugábamos a las escondidas, debes tener veinte y cuatro años ahora. - Si, y tú veinte y tres, ¡Qué alto que estás! ¿Tienes novia? No, no, nada formal, solo amigas, no he tenido tiempo para buscar mi alma gemela, jajaja. Luego, juntos los cuatro, continuaron tomando unos mates con bizcochitos salados, mientras conversaban de todo un poco.

Los días siguientes transcurrieron entre caminatas por senderos recorriendo el lugar, más de una vez Leo y Mariana, fueron hasta el pié del cerro “La piedra movediza”, ascendiendo hasta lo más alto, desde allí veían la belleza de los alrededores. Cuando los sorprendía la noche, le resultaba hermoso ver las luces del centro, así como el cielo plagado de estrellas que en Buenos Aires centro, ni podía verlas por los edificios cercanos. Alguna noche fueron a cenar, otras a bailar con amigos y amigas de Mariana, Leo se integraba totalmente, eran todos jóvenes que se divertían sanamente. Habían pasado quince días ya, el “porteño”, citadino, también le decían, había bronceado su cuerpo, por la exposición al sol, se veía completamente distinto al día en que llegó. Había aprendido hasta a ordeñar sentado en un asiento bajo la vaca lechera que Basilio tenía, también degustaba frutas en almíbar, leche fresca recién ordeñada, quesos y yogur hechos en el lugar.

Mariana le pedía a su madre que hable con Basilio e intervinieran, porque Leo le había dado su amistad pero de amor no decía nada, y ella estaba locamente enamorada de él. Una tarde Basilio le dijo a Leo, sabes que te aprecio mucho, quisiera regalarte la fracción de tierra de al lado, podrías venir a vivir aquí, ir construyendo tu casa de a poco. Natalia y yo te ayudaremos, nos gustaría que formes pareja con Mariana, se ven muy bien los dos. Leo se quedó sorprendido ante el ofrecimiento, tratando de elegir las palabras que no hieran la sensibilidad del búlgaro, le contestó. – Le agradezco infinitamente, pero no puedo aceptar, aquí no hay trabajo para desarrollar mi carrera, no quiero vivir haciendo lo que no me gusta, por otra parte a Mariana, la considero una amiga, no estoy enamorado de ella. –El amor es así, afirmó Basilio, se puede querer y no ser querido, pero el darte la tierra sigue en pié, avísame y te la transfiero cuando quieras. – Nuevamente gracias, tengo en cuenta su ofrecimiento amigo.

Dos noches después Leo se había quedado a dormir en una habitación en casa de Natalia, cerca de las dos de la madrugada escuchó la puerta abrirse lentamente. Era Mariana que en su fina enagua rosa entraba. ¿Qué haces aquí? Preguntó. - Es que mañana te irás, quiero dormir esta noche contigo, así conservaré un recuerdo feliz de ti. ¿Estás segura? Sabes que lo nuestro no tiene futuro, no estoy enamorado. – Lo sé, siempre has sido sincero conmigo, pero regálame esta noche, quiero guardarla en mi arcón de recuerdos. -Bueno, ven, le contestó, dejando que ella entre bajo las blancas sábanas. Sucedió lo que tenía que suceder entre dos vidas jóvenes pero adultos, sin compromisos. A la mañana siguiente parecía que los pájaros cantaban más alegres que nunca. Luego de desayunarse juntos, Basilio, Natalia, y Mariana lo despidieron. Leo subió a su auto emprendiendo el regreso hacia la maraña de su ciudad, pero llevaba un secreto guardado…que le hacía sonreír y cavilar.

Diez años más tarde Leo volvería ya casado, con su mujer Laura, y su pequeño hijo de seis años Nicolás, Basilio y Natalia salieron a su encuentro, felices de verlo, minutos después apareció Mariana. Luego de darle un abrazo Leo le presentó a su mujer y su hijo, enseguida le preguntó ¿Qué es de tu vida? Bien, bien, replicó ella. En ese momento se acercó un niño rubio de ojos verdes como los de Leo, Este es mi hijo Diego,  dijo Mariana, tiene 9 años. ¿Te has casado? inquirió él, -No, nunca encontré el hombre que me enamore lo suficiente - contestó Mariana. Leo abrazó al niño, ¿Sería suyo pensaba para si? Durante su estadía nunca le preguntó a Mariana ni ella le dijo nada al respecto. Cuando llegó el momento de la partida, se despidieron, pero el se iba con un sentimiento de culpa por no haberse atrevido a preguntar. La presencia de Laura tal vez tuviera que ver con su inhibición, pero se prometió que no pasaría mucho tiempo sin salir de la duda. 

Este es otro post que rescato de tiempo atrás, con alguno ajustes en el final.
Si pasas por aquí, agradezco tu visita....

viernes, 14 de agosto de 2015

El sentido del humor.

Es ánimo que ayuda a vivir. 

Es, el que desde nuestra alma, nos dice con alegría se feliz hoy. -Y…¡mañana también!

Si sale el sol, espléndido, si llueve es más romántico, si hace frío esta noche cucharita o… ¡abrazando el osito de peluche!

Si las cosas no van bien si hay problemas, bueno… con calma los resolveremos ¡tomándolos de uno a la vez!

Si el trabajo que tenemos no nos gusta ¡encontrémosle la vuelta! Si hay poca plata, o trabajo ¡también!

Si somos más bien de tendencia triste, o negativa, porque ¡no nacemos de nuevo! -Con sentido de humor, lo complicado se… ¡des complica!

Las crisis son para crecer, sino todo sería fácil. -Pensemos que estamos vivos, adquiriendo experiencia, así 
crecemos. 

-No perdamos tiempo en quejas ni críticas a otros.

Trabajemos en nosotros mismos, viendo si necesitamos cambiar en algo. -Recuperando el buen humor, ayudando a otros que nos necesiten.¿Te parece?

Este post lo tenía escrito en mi otro blog, hoy lo he vuelto a poner sobre el tapete. 

Te saludo amigo visitante. 

jueves, 23 de julio de 2015

Recuerdos dolorosos... dejarlos atrás.

En el transcurso de nuestra vida nos suceden muchas cosas.

Unas nos traen recuerdos de momentos muy felices, otras producen dolor cada vez que vienen a nuestra memoria.

Por otra parte... vemos cada año, caer las hojas en otoño con distintas formas y colores... hermosas en su ciclo de finitud, dejando paso a las nuevas que llegarán en la próxima primavera.

Como todo ciclo vital, deberíamos asimilarnos al de la naturaleza, creando recuerdos nuevos a medida que los días se suceden... el pasado seguirá en nosotros, alguien que nos hirió o herimos, un amor que no fue, pérdidas de seres queridos entre otras cosas.

Vivir nuestro hoy, nuestro presente con actividades y personas que nos ocupen, exijan y que también amemos, no nos dejará espacios ni tiempo para esos recuerdos penosos que se debilitarán hasta ceder.

Siempre tenemos la posibilidad de decir para nosotros mismos o a otros... te perdono, o perdonándonos. -También... te dejo ir, con aceptación.

Soltar aquello que nos duele de una vez, seguir una vida en plenitud, renaciendo como los árboles en primavera.

Diciendo… aquí estoy a quien, o quienes estén a nuestro lado para ser felices juntos.

No sufriremos de amnesia, recuerdos que nos duelen seguirán estando, a veces asoman, conviviremos con ellos... sin estancarnos, llenándonos de un hoy en el que no dejemos de dar y recibir amor.



Migue. 

Nota; Esta es reedición de un post que escribí en otro blog en 2011.  

martes, 14 de julio de 2015

Los mejores amigos.

Nuestros mejores amigos, pensamos que son como nuestros hermanos. Pero son más que eso. Son un ida y vuelta continuo, de todo hablamos, nos escuchamos, contamos nuestros problemas, motivos de alegría. Son esos que… siempre están…no nos abandonan. Si atravesamos crisis todo dejan de hacer… rápidamente vienen, porque somos prioridad, si algo grave sucede. No hay ningún tipo de interés económico de por medio, están tanto cuando nos va bien… tenemos dinero… como cuando no tenemos ni una moneda. Ellos las ponen por nosotros, sin prisa, sin tiempo, ni necesidad de devolución, hasta que salgamos de ese mal trance.

Y… en los momentos más, más difíciles… ésos en que quisiéramos que la tierra nos trague, cuando no le encontramos salida a la situación que nos toca vivir, que necesitamos y no hallamos respuestas, es cuando realmente vemos, quienes, cuales, son en verdad… nuestros mejores amigos.

Cuando un buen amigo se va sin decirnos nada ni sabemos donde fue, deja un espacio vacío (como decía Cortes en su letra de canción). Pero nada de él decimos juzgando su actitud. Sabemos en que algún momento ha a volver, porque es... nuestro mejor amigo, y el sabe… que nosotros también somos sus mejores amigos que siempre le esperamos.

Juan y Pedro eran grandes amigos, desde jardín de infantes lo eran, ya tenían 23 años ahora. Un día, fueron a la playa, se sentaron en la arena,apoyaron sus espaldas contra una roca.Quedaron mirando el mar, como siempre hablaron de muchas cosas, reían de sucesos del día, anécdotas de ayeres, reflexiones de futuro. En un momento dado, comenzaron a hacerlo sobre esa chiquilla que ambos conocían, Lucia. A Juan no le gustó lo que Pedro decía, terminaron discutiendo con enojo. Se levantaron se miraron con disgusto, Pedro se dio la media vuelta, comenzó a caminar retirándose del lugar. Juan escribió en la arena, hoy Pedro ha peleado conmigo ¡ya no es más mi mejor amigo! Tras ello se zambulló en el mar, de pronto sintió que la marea lo tragaba, no podía ya mantenerse más a flote. A su lado. de la nada apareció Pedro que en peligro lo había notado, lo tomó con su brazo izquierdo, nadando le saco fuera del mar llevándolo a la playa. Cuando se recuperó. Juan escribió en la roca, hoy Pedro me ha salvado la vida ¡es mi mejor amigo! nunca más dejaré de considerarlo de manera distinta.

Esta última historia, la esencia de que hizo Juan y Pedro, más o menos así la leí una vez en el boletín de mi niño, que de la escuela traía, no citaba autor. Tan solo en el desarrollo y detalles está mi pluma. Es cierto, la verdadera amistad no tiene tapujos, es firme, duradera, como asentada en la roca.



Te saludo a ti que del espacio web me visitas, lees en este instante, e invito con la mano tendida, a que seas mi amigo.

viernes, 3 de julio de 2015

LA COINQUILINA Capítulo 2 y final.


Marcos conocía mucho de computación, obtenía ingresos temporales  brindando servicio técnico a quienes lo llamaban. Al regresar de uno de ellos, encontró que Alicia había llegado con sus maletas. Ella había acomodado sus ropas que no eran muchas en parte del placar que encontró libre. Hola, dijo él, veo que ya te has acomodado. Si, afirmó ella, acomodé mi ropa y mis libros en los estantes que encontré vacíos, ahora iba a prepararme un té que acompañaré con vainillas.
Hace mucho calor afuera, ronda los 35º, con tu permiso iré a quitarme esta ropa y ponerme unas bermudas –espetó Marcos. Dale, hazlo, has de cuenta que estás en tu casa – replicó Alicia entre carcajadas. A él le gustó su risa y su  buen humor. Se puso ropa cómoda recostándose en la cama un momento, miró la sábana que a título de biombo lo separaba de la cama que ella ocuparía. Prontamente se levantó, dirigiéndose a la cocina, tomó una cerveza de la heladera y unos bizcochos de grasa de un frasco, sentándose a la mesa junto a Alicia.
Compartieron parte de sus historias durante una hora, de la conversación él dedujo que no era una chica liberal, más bien conservadora, aunque no dejaba de sorprenderle que haya accedido a convivir. Pero siendo de mente abierta era consciente de que la necesidad ayuda a asumir riesgos. Por otra parte Alicia pensaba para sí, si no había estado muy atrevida al aceptar convivir con un desconocido sin derecho a toques. Pero por alguna razón al verlo a los ojos y ante el compromiso de él, de que no iba a hacerle nada que ella no quisiera, le creyó.

Tuve un día agotador, estoy toda dolorida, dice ella a la vez que se pone de pié, me recostaré un rato en ese hermoso sillón que tienes. Haces bien en descansar, relájate  cuando te levantes te haré unas masajes en el cuello si gustas, afirma Marcos. OH! Si, si  tienes buena mano te lo agradeceré. Terminó de decirlo y se quedó dormida. Él se quedó en la cocina preparando un pechito de cerdo con papas y batatas, luego de condimentarlo, puso todo a cocinar sobre la hornalla de la cocina en una fuente para horno con tapa. El reloj marcaba las 21 horas, Alicia que se movía en el sofá, se despertó sobresaltada, aunque de inmediato se ubicó en tiempo y espacio. ¡Ay! dijo al incorporarse, él la escucho, acercándose. ¿Te duele el cuello? Sí, estoy contracturada, ¡sabía que me iba a pasar!
Ven, siéntate en esta silla de respaldo bajo. Ella lo hizo. Pero tienes que quitarte la blusa si no me tienes vergüenza así podré trabajar tu cervical. Ella se quitó la blusa luego de decir que confiaba en él, quedando con su corpiño negro. Marcos se friccionó las manos con un poco de talco, las apoyó sobre el cuello y los hombros comenzando a amasarlos lentamente, de manera ascendente y descendente.  
Trabajó los omóplatos y descendió con sus manos junto a las vertebras de la espalda,  ella se quejó con dolor, él le dijo que debía aguantar un poco, que la elongación y los masajes que él le hacía, iban a disolver las contracturas liberando la circulación de sangre. Pasaban los minutos él continuaba su tarea, su vista bajo hacia el corpiño de ella, se veían unos pechos generosos, erguidos. Ella en ese momento dijo ¿No me estarás mirando los pechos? Ehhh, no, no, tan solo un momento por simple curiosidad, debo decirte que te ves “saludable” jajaja,  pero estoy concentrado en tus hombros, ya casi termino. A poco después dio por terminada la sección de masaje. Puedes ponerte de pié, alza y baja los hombros como diciendo ¡Qué me importa! Ella lo hizo, tras hacerlo dijo sentirse muy bien. Gracias, te has pasado con tus masajes, te debo una –afirmó. Él le sostuvo la camisa como si fuera un saco para que vuelva a ponérsela. Mira que ya preparé la cena. ¿Sí? Eres un encanto, acostumbro a comer cualquier cosa por falta de tiempo.

Esa noche cenaron acompañando la cena con una copa de vino Malbec. Tienes buena mano, también para cocinar,  te ha quedado muy rico, te debo otra volvió a decir Alicia. Por favor no me agradezcas a cada rato, yo cuento con más tiempo que tú por ahora, por tu estudio y trabajo, cocinaré para los dos siempre que pueda, después compartiremos los gastos. De acuerdo replicó ella, pero ahora déjame lavar la vajilla y guardarla, tú quédate sentado que traeré café para los dos. Tras decirlo, se llevó los trastos a la cocina, lavó y guardó mientras la cafetera se ocupaba del café. Cuando llegó con la bandeja y el café  Marcos miraba una película en la televisión. Se sentó cerca de él viéndola juntos hasta el final.  Ya eran las 23 horas, se dijeron buenas noches dirigiéndose cada uno a s u parte del dormitorio, mientras se quitaban la ropa cada uno imaginaba al otro del otro lado. Ella se quedó en su mini bombacha y corpiño negro, cubriéndose por una sábana rosa. Él en verano acostumbraba a dormir desnudo, así se tiró sobre la cama y en minutos se adormeció. A Alicia le costaba acostumbrarse al cambio de ambiente y de colchón, pasó media hora despierta, escuchaba los ronquidos de Marcos, curiosa se puso de pié y miró por encima de la sábana divisoria. ¡OH! Exclamó al verlo desnudo, era un joven de buen físico, anchas espaldas y muy bien dotado…debía reconocerlo. Con el rostro rojo de vergüenza volvió a su cama hasta dormirse.

A la mañana siguiente ella fue la primera en levantarse, entró en el baño y se dio una ducha de agua refrescante. Envuelta en un toallón salió hacia el dormitorio para vestirse,  luego en la cocina se encontró con Marcos que estaba tomando unos mates, se sonrojó al verlo recordando como lo había visto la noche anterior. Buen día, ¿has dormido bien? Preguntó él. Si, como un tronco –respondió ella. Mientras ella se tomaba un café con leche, el miraba  su falda corta que dejaba a la vista unas bellas piernas, una blusa con poco escote, mientras su cabello lacio negro caía sobre sus hombros. Ella se dio cuenta, ¿me estás sacando una radiografía? Dijo con una sonrisa. Ojalá tuviera ojos con rayos x respondió él con otra sonrisa pícara.  Ella tomó sus carpetas le dio un beso en la mejilla diciéndole, salgo para mi trabajo, después me quedo un rato estudiando en la biblioteca para salir desde allí hacia la Universidad, así que llegaré pasadas las 22 horas. Bien, cuídate replicó Marcos. Así pasaron 30 días con encuentros circunstanciales, en los que compartían experiencias y sonrisas.

A ella le agradaba cada vez más ese joven y a él le sucedía lo mismo respecto a ella. Llegó un sábado a la noche  de  julio, el verano entraba en su esplendor, ella llevaba un short  corto de jean con una remera roja sin mangas, él con bermudas y remera azul sin mangas. Estaban en el apartamento esperando la llegada de una pizza que habían encargado. ¿Sabes una cosa Alicia? preguntó Marcos.  Dime, espetó ella.  Pues mira, hace diez días conseguí trabajo fijo, esa es una, la otra es que voy a pedirte que te busques otro lugar donde vivir. ¿Por qué? Pregunta ella sorprendida. Porque no puedo seguir cumpliendo mi promesa de no besarte. Estoy loco por ti, te amo mujer, quiero que seas para mí nada más. No te preocupes responde ella acercándose a él, a mi me sucede lo mismo contigo, se alza de pies y lo besa. El la abraza levantándola  del suelo, hunde su boca en la de ella durante un tiempo que parecía eterno. Cuando se separa, ella se quita la remera, él hace lo mismo, ella le pide que le desabroche el corpiño, él lo hace y la abraza un momento por la espalda hundiendo su cara en su cabello. Luego la levanta en sus brazos llevándola a su parte del dormitorio. La cama de dos plazas se movería como bajo un terremoto. El timbre de calle con la pizza sonaría infructuosamente.  Los dos enamorados no saldrían  del dormitorio hasta la mañana siguiente.

 Esta pareja tuvo oportunidad de conocerse y convivir por lo que considero tendrán un buen futuro. Y así termina esta historia de encuentros que tuvo un final feliz para los dos.
Te saludo visitante, ha resultado un poco largo este relato, no lo escribo en mi mejor forma.



lunes, 29 de junio de 2015

LA COINQUILINA


                                                                                                          Capítulo 1 de dos.

Marcos comenzó a preocuparse, llevaba tres meses sin trabajo, se estaba consumiendo el dinero que le dieron como indemnización en su último empleo. Llevaba tres años alquilando ese coqueto apartamento en el Barrio de  Palermo. Decidió poner un aviso para compartirlo pagando a medias el alquiler, escribió un cartelito que decía A persona sola comparto alquiler apartamento de dos ambientes. Fines serios, dando su dirección a continuación. A la mañana siguiente le tocaron timbre, al abrir la puerta se encontró con una joven de grandes ojos negros y bellas pestañas que lo miraba con curiosidad. Vengo por el aviso – dijo ella me llamo Alicia. Ah, sí, sí, me has sorprendido, pero pasa, pasa, échale una mirada haber que te parece.
 Ella avanzó por el amplio living, que tenía un sillón de tres cuerpos y dos de un cuerpo, todos tapizados en pana gris,  con almohadones de colores, un escritorio con alzada y muchos libros. Luego observó la cocina y el baño, se miró en el espejo de este último y sonrió.  Tienes todo impecable – espetó. Me gusta mucho la limpieza si es que voy a compartir con alguien. Pienso lo mismo que tú, replicó Marcos, para convivir la persona debe ser limpia y ordenada. Ven, mira el dormitorio, era una sala de cinco metros por cuatro. Ella entró, vio los pisos brillantes en madera, un enorme placar de doce puertas, una cama de dos plazas y media a la derecha y una de una plaza y media a la izquierda, terminó frente a un gran ventanal, descorrió las cortinas de seda blanca mirando hacia la calle que estaba dos pisos más abajo.
 Luego se dio vuelta y mirándose a los ojos se hicieron mutuas preguntas y respuestas, él le explicó a que se dedicaba y porqué quería compartir el alquiler. Ella le dijo que venía de una provincia del interior, que estaba estudiando psicología en la universidad de 18 a 22 horas, tenía un trabajo de camarera en un hotel céntrico  desde las 8 hasta las 16 horas. Llevaba  viviendo en una pensión para estudiantes desde dos años atrás,  pero eran muy ruidosos, por eso quería un lugar más tranquilo  aunque pagara el mismo alquiler.
 Luego de informarse del precio mensual ella preguntó ¿Cómo dormiríamos? Ehhh, se me ocurre poner dos percheros de pié dividiendo el dormitorio entrelazando dos sábanas que tapen dando intimidad, la cama de plaza y media sería para ti, la usa mi madre cuando viene a visitarme. Si me aseguras respeto, sin espiarme ni traerte compañía mientras estoy yo, me parece bien –dijo ella. No te preocupes conmigo no te ocurrirá nada que no quieras puedo asegurártelo –contestó Marcos. ¿Qué edad tienes? Preguntó él. 26 afirmó ella ¿Y tú? 32 aunque en un mes serán 33. Alicia decidida dijo, hoy estoy de franco,  si te parece, esta tarde me mudo, te adelanto la mitad del alquiler y vemos como funciona. Se dieron la mano y cerraron trato, ella se dio vuelta y se fue caminando por el pasillo, el miraba sus piernas y sus curvas por detrás. No puedo creerlo se decía, justo este bombón viene a vivir conmigo, tendré que darme duchas de agua fría y portarme como un caballero anfitrión jajajaja.


Bueno, esta historia está para dos capítulos no quiero aburrir, estoy retornando con las letras. Te saludo visitante….

domingo, 31 de mayo de 2015

LA MUCHACHA DEL BARRIO.

SUEÑOS DE AMORES
Moría por verla pasar, pollerita corta, tacos rojos altos
Todos los días la veía contonearse en su andar desde la ventana del bar.
Soñaba con ese cabello negro lacio que caía por sus hombros. 
Esa boca de fresa y miel que deseaba beber como néctar de flor. 
Un día desde la vereda le dice al pasar… ¡los ángeles deben estar acompañados!
Ella se da vuelta, lo mira hasta la profundidad de su alma. 
Finalmente sonríe murmurando… ¡Tal vez!
Él avanza unos pasos poniéndose a la par de ella. 
Comienza a hablarle, así caminan unas calles. 
De pronto ella le toma de la mano. 
Él sonríe, el sol brilla más, sus sueños se está haciendo realidad.


Te saludo visitante, asuntos internos y mucho trabajo me alejan del blog, es cuestión de tiempo...


domingo, 24 de mayo de 2015

La culpa...

Se hallaba junto a la ventana, el sol brillaba . - Hoy voy a tener un buen día pensaba. Sonó su móvil, prestamente lo atendió. Una voz desconocida de mujer le dice ¡¡el automóvil de Mariana entró en el hotel Bristol! tras decirlo cortó. Se quedó helado, no identificó el origen del llamado, seguramente provenía de un teléfono público. 
Conocía el Bristol de pasar por el lugar, estaba en las afueras, era un sitio de encuentros furtivos de parejas. Mariana era su novia pero no convivían. ¿Quién diablos? – se preguntó. ¡No es posible! No lo creyó ni quería creerlo. Llamó por su celular a Mariana, ella no contestaba. Quería olvidarse del tema siguiendo con sus actividades. Pero los pensamientos lo martirizaban, finalmente llamó a su hermana Lorena. Le pidió que lo acompañe a una gestión, ella extrañada accedió.
Juntos, diez minutos después fueron en su automóvil hasta la entrada del hotel, pagó para entrar, entre los vehículos estacionados halló el de Mariana. Conmocionado, furioso se retiró del lugar. Eludió las preguntas de Lorena con evasivas. Volvió a llamar a Mariana por su celular, ella contestó – Hola mi amor ¿Cómo estás? – Yo bien ¿Y tú? - Con mucho trabajo, hoy viajé mal, mi hermano Marcos me pidió el automóvil y me dejó de a pié jajaja. Esa respuesta y esa risa retornó el alma al cuerpo de él. - Te quiero mi amor – afirmó, ya te contaré el día que pasé – volvió a decir con un sentimiento de culpa…

Te saludo visitante!! Hoy he innovado con  mi texto....

domingo, 17 de mayo de 2015

Él no llegó a la cita...


Eran las 2 y él no llegaba, todos los viernes a esa hora lo hacía  puntualmente. Para Bernarda era su novio amante, a veces calmo, otras impetuoso, encendiéndola como a una hoguera. Llevaban  3 años en  que se habían conocido, y desde el primer encuentro  consagró su amor a Fernando. Él era casado, le decía que gracias a las citas con ella, podía seguir llevándose con su esposa. Bernarda se miró al espejo, era una bella mujer  de encantadora figura a sus 57 años. Se había consagrado a su cita de amor de los viernes, no concebía a  otro hombre en su vida, de solo pensar en Fernando se le humedecía la parte alta de las piernas. Aguardaba que él llegue para elegir las sábanas y fundas que pondrían en la cama, tenían esa costumbre. Pasaron 15 minutos de la hora, ella caminaba de un lado a otro de la casa como loca, mirando cada tanto  por la ventana hacia la calle. Había dejado de fumar y no iba a recomenzar ahora, en tanto  se tomó un vaso de piña colada. Pasada una media hora se preguntaba ¿Qué estará haciendo? ¿Por qué no llega? Le doy lo que me pide y necesita, si su mujer no se lo da, no es culpa mía, me hace y lo hago feliz – pensaba  para sí.

Pasó una hora ¡¡Ya no viene!! ¡¡Ya no viene!!  Le decían sus pensamientos que quería rechazar, la rabia estaba cegando su mente. Nunca habían compartido sus móviles, él sabía llamarla a su teléfono de línea…pero no sonaba ahora…Cuando en el reloj dieron las 4 prendió su televisor, entre las noticias pasaron el choque a las 13,50 horas, a 15 calles de su casa, de un taxi contra un camión. Cuando arribaron los bomberos y la ambulancia, el chófer del taxi y un pasajero de unos cincuenta años habían fallecido en el acto informaba el reporte. Bernarda pegó un grito desgarrador ¡¡No!! ¡¡No!! Me lo quitaron, me quitaron mi vida.¡¡ Ay!! ¡¡Ay de mí!!…cuánto dolor. Arrojándose sobre la alfombra del piso, lloró desgarrada por horas, quedándose encerrada en su casa por días y días.
Dos mujeres que no se conocían entre sí,  llorarían a Fernando, su esposa y su amante. La vida tiene estas cosas, el destino teje hilos imprevistos.


Te saludo visitante!

jueves, 14 de mayo de 2015

El niño que nunca se aburría....(Relato corto)


Pedro era un niño inquieto, su tía Enriqueta decía que "tenía hormigas en el trasero. Como todos, tenía su grupo de amigos más amigos entre sus compañeros de la escuela. Iba en sus momentos libre a jugar en casa de ellos, nunca le preocupó que ellos a su vez no vinieran a la de él. También tenía tres amigos de su edad en el barrio en que vivía, José, Mario y Osvaldo con los que compartía juegos, andaduras en bicicleta y otras travesuras. A los diez años salía con una caja llena de revistas, comic, para canjearlas con chicos de los alrededores, devoraba la lectura con rapidez con lo  que alimentaba su imaginación. Iba al cine una vez a la semana, solo, porque a ninguno de sus amigos le interesaba o no les daban la moneda sus padres.

Pedro tenía diez años, con sus amigos se llegaban hasta una fábrica de vidrio abandonada y destruida que quedaba  a dos calles de su casa, se subían al techo de un cuarto que quedó en pié, allí sabían sacar sus pitines  y orinaban entre risas hacia adelante para  ver quién llegaba más lejos. A unos dos metros debajo había una montaña de arena a la que saltaban una y otra vez. En otros días se llegaban con sus bicicletas hasta las vías de un tren de carga que pasaba rara vez, subían a un terraplén de unos seis metros de altura, se adelantaban con las bicicletas por la vía, hasta llegar a un lugar en el que había una marcada pendiente libre de yuyales. Desde allí se arrojaban barranca abajo contra las chapas del fondo de las casas que terminaban allí, antes del choque, torcían el volante ayudándose con la pierna izquierda sobre la tierra para salir en curva cerrada. A veces el choque contra las chapas se daba y no tardaba en aparecer la dueña de casa con una escoba en mano para echar a los chiquillos.

 Él era el organizador de la fogata de San Juan, todos los vecinos contribuían con maderas del fondo de sus casas, los chicos traían leña de todos lados, ellos no lo tomaban como robo, pero no había madera que se salve de su voracidad. La noche de la fogata era mágica, luego de prender fuego, éste se extendía hasta alcanzar al muñeco a varios metros de altura. A medida que se iba consumiendo la leña los vecinos comenzaban a arrimarse, familias enteras, con sus hijos. El fuego era el centro de atracción como en los viejos tiempos en que era adorado por civilizaciones. A la madrugada cuando el círculo de brasas quedaba formado, el carnicero, Don Juan, traía una riestra de chorizos, el panadero Don Antonio aportaba los panes, para que todos los niños comieras sus sándwiches de chorizo. Don Manuel, el almacenero traía un cajón de bebidas cola. Tampoco faltaba las batatas con cáscara que cada interesado ponía sobre las brasas para que se asen, y  luego degustarlas.  Las cenizas humeantes indicaban que había llegado el final de una noche mágica que quedaría siempre en sus recuerdos. 

Esta historia está ambientada en tiempos antiguos en los que la seguridad de los niños no corría peligro en las grandes ciudades. No existían ordenadores, teléfonos, móviles, tablets, play station, y la calle era el gran patio de juegos, había muy poco tráfico y esos pocos autos se detenían para que los niños dejen de jugar a la pelota en la calle y les dejen  pasar. Hoy parece otro mundo, con mucha tecnología pero también en el que la vida vale poco, a mano de los violentos e inadaptados en lugares super poblados. Tenemos secuestros, violaciones, entraderas (robos al entrar a tu casa) salideras…al salir de tu casa o del cajero del banco, narcotráfico etc. No podemos dejar ir y venir solos a niños y niñas de hasta 14 y 16 años y aún mayores no estamos tranquilos hasta que regresan.
 Con referencia a la seguridad podemos decir que el tiempo pasado fue mejor… ahora está lleno de delincuentes sin que las autoridades les pongan control. Es un completo desorden...   

Bueno amigo visitante, hoy salió esta historia entre tiempos antiguos de mucha tranquilidad y los actuales en que hay que estar con cuatro ojos. En unos días habrá otra. LA AMANTE ¡Te saludo!


  

domingo, 10 de mayo de 2015

AMORES ROTOS (Relato corto)


Pablo tenía mucha piel con Ana, desde que se conocieran seis meses atrás habían sentido una mutua y gran atracción. Cada uno vivía en su apartamento, encontrándose en el de ella dos veces durante la semana y también los sábados. Él sabia quedarse a dormir, partiendo para su trabajo a la mañana siguiente. Ana era insaciable en la cama, él tenía que decirle – ¡para un poco nena, que no soy super man! No obstante en los primero tiempos le gustaban su fuego y voracidad, estaba enamorado y la deseaba solo para él  satisfaciéndola  al máximo.
En algún momento ella le dijo – Voy a hacerte mal, no te convengo, terminé mal con todos los hombres que tuve. Él le replicaba ¿Cómo vas a hacerme mal si te amo y me amas? Y así continuaron los días y los meses. Pablo trabajaba como gestor para una empresa, se movía en medio de un tráfico por momentos infernal, llegaba, entraba y salía  de bancos, industrias y comercios. Su móvil solía sonar, pero él no podía atenderlo. Al fin de la jornada leía los mensajes, eran todos de Ana con preguntas  como ¿Dónde estás? ¿Con quién estás? ¿Por qué no me llamas? Cuando se encontraba con ella le explicaba que su trabajo no le permitía atender y contestar el móvil. Ana, que trabajaba solo medio día como administrativa se enfurecía, hasta que Pablo conseguía calmarla, como siempre con sexo ardiente de por medio.

Cuando salían de vacaciones en fines de semana largos, los pasaban de maravillas, sin un reproche. Pero de regreso en la gran ciudad los celos enfermizos de ella comenzaban nuevamente. Una tarde de sábado en que él dormía en el apartamento de ella, al despertarse notó que no estaba al lado suyo. Se levantó y caminó hasta el Living. Allí la encontró revisando el móvil de él. ¿Qué buscas? – preguntó. ¿Dudas de mí? No, no, exclamó ella sorprendida en falta – Estoy buscando el teléfono de Pedro nuestro amigo. Él no le creyó, se estaba cansando de estos controles de parte de ella. Esa misma noche se hallaban cenando en un restaurante, disfrutando de una buena comida. De pronto Ana luego de darse vuelta y mirar detrás de ella  le pregunta con tono duro… ¿A quién estás mirando? ¿A esa perra de atrás mío?
-¿Qué? ¿Qué dices? No miro a nadie en particular ¿Por qué piensas así? – Porqué lo estás haciendo, ¡No me mientas! Tras decirlo vuelca su vaso de vino sobre la mesa, se pone de pié y le grita -¡Mentiroso! A continuación se retira del lugar. Toda la gente de alrededor miraba la escena. Pablo pagó la cuenta y salió furioso. Ella lo esperaba afuera en una parada de taxis. ¿Te das cuenta del papelón que has hecho mujer? Le grita enervado’ – Disculpa le dice ella, perdí la cabeza, vamos a mi apartamento…te compensaré. Pablo la miró y la vio como era realmente, no era la primera vez que le hacía escenas así…era una compañía tóxica para él. – Toma tú el taxi, caminaré un poco, luego te llamo – Afirmó. Tras decirlo, se dio la media vuelta alejándose. 

Cruzó un gran parque pisando las hojas muertas del otoño que corría. –Están muertas como mi relación con Ana, se dijo para sí. Sentía que Ana era una compañía tóxica para él, ya no sabía si llamarla neurótica o histérica o loca de celos, lo quería controlar, manipular como si fuera un títere. Con el corazón roto dos días después fue a verla, al decirle que no se verían más, que terminaba la relación, ella le dio una bofetada, él levanto el brazo con su mano en el aire, pero se contuvo de devolver el golpe diciéndole,…- mira Ana, ve a ver a un psiquiatra porqué estas totalmente loca y me has perdido por esta razón. Mientras se iba, escuchaba los insultos de ella.Nunca más respondió a los llamados de ella a su móvil, estaba dispuesto a comenzar una nueva vida... 

Muchas relaciones se rompen por celos injustificados…mientras que otras por justificados.


Te saludo visitante, te espero con otra historia en siete días… “LA AMANTE”

domingo, 3 de mayo de 2015

LA MUJER GOLPEADA (Relato)


José llevaba tres meses sin trabajo, le preocupaba el no poder darle a su ex mujer la manutención de Josep, su niño de 10 años. Así, decidió dejar su apartamento caro, mudándose a una casa pequeña en un barrio humilde de la periferia. Llevó solo su maleta su notebook y su bate, no necesitaba nada más, la casa tenía los muebles y enseres mínimos necesarios. Al día siguiente cuando salió al jardín, casualmente también lo hizo su vecina de la casa contigua. Era una mujer joven, de unos 40 años, cabello negro azabache recogido con un broche. Ella luego de saludarlo con un ¡Buen día! Preguntó - ¿Se ha mudado allí? – Si, contestó  José, estaré un tiempo, tal vez hasta que consiga un trabajo. Y usted… ¿Vive sola? – No, no, con mi hija y mi pareja espetó ella. Con… cualquier cosa que necesite llame o pregunte nada más, cerró la conversación. – Gracias, asintió él, le parecía ver tristeza en los ojos de la mujer a pesar de su amabilidad. Así pasaron tres días, él leía los clasificados, llenaba curriculums y los enviaba por correo o los entregaba  en mano en agencias de selección de personal, en algunas tenía entrevistas en las que evaluaban su perfil.

 El viernes por la noche escuchó gritos que provenían de su casa vecina. Se oía el llanto de la mujer – ¡Bruto, no me pegues más! Se notaba que esa bestia continuaba, porque ella entre ayes de dolor sequía diciendo – ¡Borracho, vete de mi casa, no quiero verte más! José hervía por dentro, pero no podía intervenir…por ahora. Retirándose a su dormitorio se colocó los auriculares pasando a escuchar música. Al día siguiente pasado el mediodía vio pasar a su vecina. Salió a su encuentro. - Disculpa, le dijo ya tuteándola - ¿Tu marido te golpea? Ella se quedó un minuto muda, luego le mostró las marcas que tenía en el cuello cubiertas con un pañuelo. – No es mi marido, es mi pareja desde hace unos meses, me conquistó siendo muy gentil y acaramelado, hasta que viviendo conmigo mostró su hilacha de golpeador. Mientras hablaba unas lágrimas caían por sus ojos verdes. – Lo denuncié, cuando vino la policía, que tardó, amenazó mi vida y la de mi hija de 13 años  si decía la verdad, solo dije que fue una discusión pasajera. – Estoy aterrada, siguió, lo he visto mirar a mi pequeña con ojos lujuriosos. José le pregunto donde trabajaba él, y cuál era su horario de salida. Ten calma – Le dijo, veremos que se puede hacer. Se separaron, dirigiéndose José a una entrevista laboral. 


A la mañana siguiente desde la ventana de su casa vio partir al vecino en bicicleta hacia su trabajo. A las 19 horas cuando ya había oscurecido lo esperó a su salida en una esquina a 10 calles de su casa, la zona estaba desierta por el frío del invierno. Cuando pasó a su lado le pegó con el bate de baseboll en el pecho. El hombre que no era muy grande cayó de espaldas sobre el asfalto. Comenzó a levantarse aturdido. José le dijo, ¿así que tu eres el golpeador de mujeres? ¡Cobarde! Tras decirlo le dio la paliza de su vida, a puñetazos y patadas. Arrimando su rostro al del golpeador que sangraba por la boca y la nariz, le dice. – No entres más en la casa de tu mujer porque con mis hombres te cortaremos las piernas y te dejaremos flotando en el río. – Toma tu maleta con tus cosas y tu dinero, que estará en el jardín y ni entres en la casa porque va tu vida en ello. - Y no las busques más a ellas  ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¡Repítemelo! - Si…si, no me golpees más, tomaré mis cosas y no las veré más, replicó el maltrecho golpeador. Con su móvil, José llamó a la ambulancia pública… ¡Hola! Aquí en la 64 y 5 de Villaverde hay un hombre tirado en la calle, tal vez lo atropelló un camión (bueno, se veía como tal) ¡Vengan pronto! Asintieron diciendo que en 10 minutos estarían por allí. Antes de abandonarlo José  le recordó que siguiera al pié de la letra sus indicaciones. El golpeador que no podía ni moverse, replicó – Si, si, lo que tú digas.

Al regresar a su casa José le comentó a la mujer lo sucedido. – Pon sus cosas en una maleta, y su dinero también, déjala en el jardín cubriéndola con una tela de nylon por si llueve. Cambia la combinación de tu cerradura, y vete con tu niña por dos o tres días a casa de un familiar. Cuando pases y veas que se llevó su maleta, ven a vivir nuevamente aquí. Ella lo abrazó – ¡Gracias! ¡Gracias! Me has quitado una pesadilla, haz de ser un ángel que vino. Luego se marchó a empacar rápidamente algunas cosas de ella y su niña. José dos días más tarde recibía un mail, lo habían tomado para una empresa importante  como resultado de entrevistas que había tenido. Al salir, vio que la maleta del jardín no estaba…pronto volvería la mujer.
La vida tiene estas cosas, la policía se escabulle de atender estos conflictos internos de pareja, existen comisarías de la mujer que están preparadas y fuertes en el tema. Cuando la ley y la justicia no actúan a veces entra el hombre por mano propia, en general amigo o familiar de la víctima. La mujer encontró pronto un trabajando cuidando enfermos, José volvió a su apartamento anterior y así…la vida continúa.


Te saludo visitante, en una semana habrá un nuevo relato “AMORES ROTOS” Te espero si gustas… 

domingo, 26 de abril de 2015

PASIÓN EN EL MAR...

Martin llegó a ese balneario de la costa atlántica escapando del ritmo  frenético de la gran ciudad. Descendió del Micro de larga distancia en la terminal, allí le entregaron su maleta. Con ella se acercó a una parada de taxis. Allí tomó uno que lo hizo llegar hasta el apartamento que le había prestado Juan, un amigo de años. Llegaba cansado, bastante estresado y un tanto melancólico, esto debido a la ruptura de su relación con Laura un año atrás. Un día ella se le plantó y le dijo ¡Esto no va más! Y partió, aparentemente enamorada de un músico con buen dinero. Llegó al apartamento que quedaba a una cuadra del mar. Tenía dos plantas con seis apartamentos arriba y seis abajo. Cruzó la puerta del vestíbulo, accediendo a la escalera, delante de él subía una joven con un short corto de jean, con flecos finitos, llevaba un Top que dejaba a la vista su cintura. Mientras subía, Martin no pudo dejar de mirar ese trasero tan bonito, y sin pensar en nada…sonrió.
Al llegar arriba caminaron por el pasillo,  ella se da vuelta, luego de una rápida mirada escrutadora…pregunta. _ ¿Estás arribando? Si, voy al Apartamento seis. – Ah Mira! yo estoy en el siete - ¿Estás sola? – Si, llegué hace dos días,  espetó ella. Extendiéndole la mano  le dice, me llamo Verónica… ¡bienvenido! Con una sonrisa que al él le pareció un sol. – Yo,  Martín, replicó mientras apretaba su mano con la suya. Se miraron dos segundos con esa mirada que todo lo ve, hasta el alma del otro. Luego de unas buenas noches, cada uno ingresó a su lugar. Eran las  22 horas de un viernes de otoño, la noche estaba raramente muy calurosa.

 Martin apoyó su maleta sobre la cama, se quitó la ropa, quedando descalzo y en eslip. Ordenado como era, sacó todo lo de la maleta, acomodando cada cosa en su lugar. De las etiquetas pegadas en la heladera, llamó a un restaurante cercano pidiendo su cena, acompañada por un vino Malbec y  un poste helado. Mientras aguardaba la entrega, se colocó el saco del pijama saliendo al balcón. El ruido del mar le transmitía calma y energía a la vez. Se encontraba apoyado en la baranda, cuando Verónica asomó en el balcón vecino. Una camisa de seda transparente cubría su pecho, la poca luz no le permitió ver si tenía corpiño o era color carne. ¿Qué haces? – inquirió ella. Aguardando mi cena – Respondió él. La noche no está para acostarse temprano ¿No quiere caminar por la playa luego? – Me gusta la idea, replicó Martin, en cuanto me libero golpeo a tu puerta ¿Si? – Te espero, dijo ella, con un sugestivo…. ¡No tardes! Martin sintió que estaba saliendo de su letargo, entró al baño y se dio una ducha rápida, el espejo reflejaba el ancho de su espalda y sus musculosos brazos, producto del gimnasio y torneos de natación. Al salir, se enfundó una bermuda gris ceniza y una remera azul mediterráneo.
 Al toque llamaron a su puerta, era el delibery, le dio una propina al chico  y en instantes se hallaba cenando. Minutos más tarde, luego de ponerse su perfume “matador”, golpeó en la puerta siete…Toc…Toc…al abrir la puerta Veronica se le presento con un minishort blanco que dejaba a la vista unas piernas esculturales, largas y bronceadas. Llevaba un moderado escote bajo una camisa transparente. ¡Te ves muy bien – Espetó Martin. Tú también replico ella. Juntos caminaron hasta la playa dejando atrás los altos médanos de arena. 

 La luna tacaña permitía ver los cuerpos pero no los rostros con nitidez. Martin se quitó las zapatillas diciendo que quería sentir la arena bajo sus pies, ella hizo lo mismo. Caminaban conversando durante todo el camino. Ella preguntó ¿Qué edad tienes? 47 dijo él. Yo 25 replicó ella, pero a ti no te daba más de 35….Jajaja Gracias, me halagas. Y así seguían caminando a orillas del mar que en su ir y venir mojaba hasta sus tobillos. Él le contaba anécdotas que la hacían reír, gustándole su risa que brotaba a borbotones. De pronto Verónica se detiene, levanta su blusa y le pide que le desbroche el corpiño. Eh! Eeee! ¿Te lo quieres quitar.? .- Si, es un lugar desierto, me gustaría sentir la brisa en mi pecho ya que no tengo muchas oportunidades de hacerlo. Martin con manos nerviosas lo hizo. Ella se dio media vuelta y mirándolo de frente preguntó  ¿Me veo bien?- Bueno, supongo que si, pero casi no veo nada en esta oscuridad afirmó él. – Pues toca hombre, a ver qué te parece, él dudó. – Anda, dale… insistió Verónica. Martin tocó, encontrando unos pechos firmes, bien parados y no muy grandes. – Niña, puedes estar orgullosa de lo que tienes, comentó,  y tras decirlo, la tomó de la cintura arrimándola a su cuerpo. – Oye. Ey! Ey! Para, para!! Que recién te conozco, te permití tocarme porque eres un hombre maduro, no como esos jóvenes bobos y apurados que conozco.  ´Disculpa, me dejé llevar, no volverá a ocurrir. Puedes estar tranquila conmigo, no haré nada que tú no quieras.

 Siguieron caminando en silencio, a unos cien metros se veían las luces de un bar. Ella le pidió que le abroche nuevamente el corpiño, al llegar decidieron tomar una sidra helada. La una de la madrugada los encontró en el camino de regreso. Cuando estaban llegando ella lo tomó de la mano. Él no hizo comentario alguno. Luego de subir y caminar por el pasillo se detuvieron frente a la puerta siete. El soltó su mano diciendo, he pasado una noche muy feliz contigo, ni soñaba con esto. Buenas noches, ¡que descanses!…Ella lo tomó del cinturón pegándolo a su cuerpo, alzándose en puntas de pié lo besó. El no perdió tiempo ahondando su beso en esa boca de fresa y miel. Luego de abrir su puerta ella preguntó. ¿Quieres entrar? Martin la levantó como a una pluma en sus brazos, entraron riéndose como las almas felices que eran. Seguramente como tormenta de mar, entraría en las playas ardientes de ella. Pero lo dejo en la imaginación de los amigos lectores…yo no lo describo, haber si me censuran jajaja.

Luego de pasar unos días en el mar, escribí varias historias, las iré editando de a una por semana. Las musas me acompañaron, siempre hay algo de realidad y otra parte de ficción  en las historias, pero es difícil saber la verdad.

Te saludo amigo visitante!!

lunes, 13 de abril de 2015

Volver......



Queridos amigos, agradezco su preocupación e interés por mi. 

Estoy 9 puntos,... me llevó mucho tiempo ir y volver de las
"Cruzadas" `pero he salido airoso de muchas batallas. Pronto las
musas me atraparán y seguro que algo interesante saldrá. Vuelvo
con más experiencia, la vida es un largo camino que recorremos, y
en el transcurso suceden muchas cosas que implican decisiones y actitudes a tomar.

A veces son difíciles, pero la razón y el corazón nos guían, a veces  no son las más deseadas pero sí, las más conveniente. A propósito de las piernas¡¡¡ bien!!! he encontrado un mago que me dejó cero kilómetro jajaja. Pronto recomenzaré la natación, que solía ir los inviernos de aquí.... 

Las letras me salieron despatarradas, pero es tarde, bajo la persiana y edito...hoy salió así.......


Te saludo visitante.....Abrazos!!

martes, 24 de marzo de 2015

LA MUCHACHA DEL RÍO...

Marcos colgó el teléfono, todos sus compañeros de oficina le miraban expectantes. Siiiiiii!!! Dijo en un grito de alegría, ellos se levantaron de sus asientos, hubo abrazos y besos. Aprovechó a besar en la mejilla a su secretaria,  Diana, que era un fruto prohibido. Tenía una firma de publicidad,  y se le había otorgado un importante contrato para una compañía de calzado.
 Levantó el volumen de la música funcional, y bailaron entre los escritorios, parecían todos locos, pero en todo caso eran locos felices. Bueno – dijo  Marcos,  esta noche cena para todos en el restaurante de Puerto Madero. Ahora voy a correr un rato para distenderme, los dejo a cargo.
 Tras decirlo, en el vestuario se quitó su ropa de ejecutivo, pasando a una deportiva, pantalón,  zapatillas y un buzo con capucha.
Salió a la calle, era un día de otoño, el cielo se veía gris oscuro. Amenaza lluvia –pensó. Caminó a paso ligero hasta la costanera sur, una vez en el veredón se arrimó a la pared de un metro treinta que lo separaba del Río de La Plata, abajo, las aguas estaban agitadas, las olas golpeaban el murallón con fuerza. Luego de alongar sus piernas  comenzó a correr a paso medio.

Siendo las dos de la tarde, no se veía prácticamente a nadie en los alrededores. Comenzó a caer una lluvia tenue, se colocó la capucha y continuó. Hacia delante,  a unos 150 metros  alcanzó a ver a una persona sentada sobre la pared con los pies hacia el río. Cuando la alcanzó vio que era una joven con la vista fija en las aguas agitadas. En principio siguió de largo, pero en seguida volvió sobre sus pasos. Se arrimó hasta un metro de ella, apoyándose sobre la pared. Había comenzado a lloviznar con más intensidad.
 –Disculpa ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? Ella no se inmutó, siguieron unos minutos de silencio, luego la ve tensar sus brazos sobre la pared, era el momento, lo vió venir,  él se arroja sobre ella cuando su cuerpo buscaba las aguas, alcanza a cruzar su brazo por su cintura, la toma con ambos y la levanta hasta que queda de pié en la vereda. La joven rompe en llanto y golpea con sus puños el pecho de Marcos. ¿Por qué? ¿Por qué no me dejaste hacerlo? Él la mantuvo abrazada unos minutos hasta que se calmó. Muchacha, nada justifica que pierdas la vida – espetó. Vamos hasta un bar cercano y me cuentas. La tomó del hombro y llamó a un taxi que pasaba, ella no ofreció resistencia,  en tres minutos llegaron, buscó una mesa en un rincón que daba a un ventanal. Pidió dos cafés dobles, cortados.

La miró, era bonita, bien vestida, sus ojos y pestañas sobresalían en su rostro alterado. Dime que ocurre ahora – inquirió. Luego de un silencio ella respondió. Estoy embarazada, no debió ocurrir, cuando se lo dije a él, me dijo que yo tenía la culpa, se borró dejándome con el problema. Mis padres son muy severos, ortodoxos, ni saben que tenía una relación, me van a echar de casa. No pude enfrentarlos además por la vergüenza dijo antes de volver a sollozar.

  ¿Cómo se llama él y cuanto hace que salían? Preguntó Marcos - Andrés, y llevamos tres meses saliendo, lo conocí en un boliche bailable, me decía lo felices que seriamos, que tendríamos niños y una casa hermosa. – ¿Tú lo amas? – Si, pero estoy destrozada, no entiendo su actitud. – ¿Cuántos años tienes? – 19 replicó ella. Te comprendo… ¿Cómo te llamas? María – Contestó. ¿Es tu primera relación? Si, si mi primera vez…
Disculpa tanta preguntas pero… ¿Cómo se forma tu familia? Mis padres mi hermana de once y mi hermanito de seis, también tengo a mi abuela que no vive con nosotros. Ah! -¿Cómo te llevas con tu abuela? Me adora, afirmó María, mientras unas lágrimas descendían por sus ojos azules.  
Mira niña, llevas una vida dentro de ti, que es parte tuya, cuando nazca la vas a amar más que a nada en el mundo, no vuelvas a hacer esta locura. Todo se va a resolver de a poco, no eres la única chica que le sucede esto – afirmó Marcos. Ahora te acompaño hasta la casa de tu abuela, allí le explicas todo a ella y le pides interceda ante tus padres, ella sabrá hacerlo. Te pido el móvil de tu novio, yo lo llamaré al trabajo y hablaré con él. ¿Por qué haces todo esto por mí? - Preguntó   ella. Porque debo hacerlo – replicó Marcos. Además te dejo mi móvil, pásame el tuyo para contactarnos.  

Tomaron un taxi nuevamente que los llevó a la casa de la abuela de María, una mujer sonriente les abrió la puerta. Una vez adentro Marcos solo hizo la introducción. Señora, su nieta esta atravesando un momento muy difícil, que no sabe como enfrentar, espero que usted la escuche y le brinde el apoyo que necesita ya que intentó hacer una locura. La suerte hizo que yo pasara y la evitara - terminó Marcos. Luego se fue, tres días mas tarde María lo llamó diciendo que dentro de todo, las cosas estaban saliendo bien, que sus padres le apoyaban para que el embarazo siga su curso. Me alegro por ti, le dijo, se fuerte que toda te va a ir bien en la vida.

Marcos llamó por su móvil a Andrés en su trabajo, se hizo pasar por el tío de María, y lo invitó a conversar a la salida. Ya juntos en una mesa de bar le planteó. María va a ser madre y tú eres el padre biológico cuando nazca, te pido que te hagas cargo de apoyarla durante el embarazo, acompañándola alguna vez a sus controles ginecológicos, además debes hablar con ella por si quiere que le des tu apellido, aunque ustedes no vuelvan a juntarse. Completando, cuando nazca, te harás cargo de pasarle el dinero que corresponda para tu hijo hasta que cumpla su mayoría de edad. Andrés amago protestas, ante las cuales Marcos le dijo. Si no te haces cargo de todo lo que te he dicho, te haré pedazos, te denunciaré ante tus compañeros, perderás tu empleo, tus amigos, y nadie hablará bien de ti. Tengo las herramientas para hacerlo. Andrés agachó la cabeza y terminó diciendo que se haría cargo de todas esas cosas, que había estado mal en aprovecharse de una muchacha inocente. Se dieron la mano despidiéndose, Marcos le recordó, confío en que cumplirás tu palabra, o no me verás tan amistoso en una segunda vez.


Pasó otra semana y Marcos recibió otro llamado de María,¡¡¡ estoy muy feliz!!! Afirmó ella, Andrés también me esta apoyando. Me alegra saberlo muchacha, cuídate mucho y esfuérzate por ser feliz siempre…
Meses más tarde Marcos terminaría siendo el padrino de bautismo del niño que resultó varón,  a pedido de María y Andrés que se habían arreglado entre ellos. Esta historia tuvo un final feliz…


Esta es otra historia de vida que puede suceder, el hecho es que involucrarse puede salvar una vida.

Respecto a mi post anterior, sobre mi espalda y rodillas, un médico reumatólogo que aplica inyecciones naturistas alivió mi espalda, son tratamientos que duran dos o tres meses, pero me dan calma porque hay desgaste. Sobre las rodillas comienzo tratamiento esta semana, de tanto ver médicos aprendemos a conocernos y que nos pueda ayudar a estar bien.

Te saludo visitante!!  

jueves, 19 de marzo de 2015

¿Y a ti que te duele? mis rodillas y yo...te cuento...

El cuerpo humano es complejo y maravilloso (cuando todo funciona bien) pero en algún momento todos tendremos señales de alarma. Te cuento que hace seis años comenzaron a dolerme las rodillas, un dolor raro, cansador, hasta angustiante. Me dolía sentado, y acostado, mucho menos caminando. Me sacaron una resonancia, dio resultado desgarro de meñisco interno, solución médica … use rodilleras. Las compré y fui tirando unos años, sin embargo tenía tiempos de calma y tiempos de ataques. El año pasado fui de vacaciones a las sierras de Córdoba. Me habían dicho que el hotel estaba a tres calles del centro, pero la realidad es que era hermoso pero no estaba a menos de 12 calles. El tema es que no llegue a hacer seis que tenía propio del lugar subidas y bajadas, en que debido al dolor de las rodillas debí regresar al hotel con mi mujer. Además llovía día por medio, situación que agrava los dolores. En una palabra la pasamos más en el hotel que en salidas. No me quejo, la atención de diez….

En noviembre pasado caminaba con dificultad por el dolor, hasta caminar lo menos posible, además con el verano encima, no podía tomar sol porque me brotaba con manchas rojas los brazos, vi a dos dermatólogas, me llevó de diciembre a marzo normalizar los brazos. Todo contribuyo, al no caminar y salir lo menos posible (El dolor, el que sea, te quita voluntad y capacidad  de hacer multitud de cosas que harías normalmente) En diciembre con una orden médica fui a fisiatría (kinesiología aquí) Eran diez secciones, en la segunda me sacó un dolor en el glúteo derecho que no me dejaba estar mucho en el ordenador, además se calmaron las rodillas. Enero lo pasé tranquilo, solo molestaba el fuerte calor del verano con 35 a 40 º. Terminé las secciones y a la semana comenzaron los dolores nuevamente. Decidía ver a un reumatólogo, que me derivó a un cirujano de rodilla. Como el turno tarda 20 días después de tener los estudios, vi a un traumatólogo general, preguntando por la solución de mi problema, me habían hablado bien de la infiltración de la rodilla que duraba hasta un año de calma. Este médico me dijo no pierda tiempo, con lo que dice el estudio opérese  y olvídese del problema. También vi a un médico clínico amigo que me dijo no se opere, infíltrese las operaciones siempre traen riesgos, y las de rodillas pueden ser complicadas y quedar peor o mejor.

Bueno termino, hace un par de días vi al especialista cirujano, con la R.N.M y radiografía de rodillas. En la sala de espera había un joven de unos 35 años jugando  con su móvil. Le pregunté si venía por sus rodillas, me comentó que tuvo una primera operación que salió mal, luego una segunda en febrero, pero tenía la pierna hinchada y llevaba 7  meses sin trabajar. No podía retornara a su vida normal, y del trabajo lo estaban apurando. Con ese panorama entré al consultorio cuando el médico me llamó. Miró las placas, me hizo acostar en la camilla e hizo unos movimientos con mis rodillas que no me dolieron. Luego informó, sus rodillas no tienen nada serio, no  es para operar, están muy bien. ¿Entonces por qué me duelen? – Pregunté. Busque la respuesta en otro lugar, aquí no veo otros temas. Puede ser dolor crónico, también consulte con un neurólogo por un Parkinson, más no le puedo decir. Salí del consultorio con sorpresa pero en realidad contento de no tener que operarme, el dolor no era imaginario habría que encontrar la respuesta.

 Ayer fui a la guardia fisiátrica de mi sanatorio,  pedí una orden para comenzar nuevamente 10 secciones con el kinesiólogo, según su opinión mis músculos traseros de las piernas se acortaban, y eso traía el dolor. Además tengo un turno para un médico que aplica las infiltraciones, eso lo veré el 30 de este mes. Debo activar el tema porque también camino despacio, y hace un par de días atrás mientras cruzaba una avenida cambió  el semáforo, se me vino el tráfico encima y yo no puedo correr o apurar el paso, en este momento, me hizo transpirar, porque los conductores no te ven con un bastón blanco o muletas, menos mal que llegué al cordón de la acera. Tengo fe en que le voy a encontrar la vuelta, para tener una calidad de vida. Solo es cuestión de tiempo y perseverar…
A veces cinco médicos son cinco opiniones distintas, en nuestro caso de pacientes tenemos que informarnos lo mejor posible, para ver a quien entregamos nuestra vida y salud.


Te saludo visitante, este es uno de los motivos por los que no escribo ni visito a mis amigos bloggeros.