Capítulo 1 de dos.
Marcos
comenzó a preocuparse, llevaba tres meses sin trabajo, se estaba consumiendo el
dinero que le dieron como indemnización en su último empleo. Llevaba tres años
alquilando ese coqueto apartamento en el Barrio de Palermo. Decidió poner un aviso para
compartirlo pagando a medias el alquiler, escribió un cartelito que decía A
persona sola comparto alquiler apartamento de dos ambientes. Fines serios,
dando su dirección a continuación. A la mañana siguiente le tocaron timbre, al
abrir la puerta se encontró con una joven de grandes ojos negros y bellas
pestañas que lo miraba con curiosidad. Vengo por el aviso – dijo ella me llamo
Alicia. Ah, sí, sí, me has sorprendido, pero pasa, pasa, échale una mirada
haber que te parece.
Ella avanzó por el amplio living, que tenía un sillón de
tres cuerpos y dos de un cuerpo, todos tapizados en pana gris, con almohadones de colores, un escritorio con
alzada y muchos libros. Luego observó la cocina y el baño, se miró en el espejo
de este último y sonrió. Tienes todo
impecable – espetó. Me gusta mucho la limpieza si es que voy a compartir con alguien.
Pienso lo mismo que tú, replicó Marcos, para convivir la persona debe ser
limpia y ordenada. Ven, mira el dormitorio, era una sala de cinco metros por
cuatro. Ella entró, vio los pisos brillantes en madera, un enorme placar de
doce puertas, una cama de dos plazas y media a la derecha y una de una plaza y
media a la izquierda, terminó frente a un gran ventanal, descorrió las cortinas
de seda blanca mirando hacia la calle que estaba dos pisos más abajo.
Luego se dio
vuelta y mirándose a los ojos se hicieron mutuas preguntas y respuestas, él le
explicó a que se dedicaba y porqué quería compartir el alquiler. Ella le dijo
que venía de una provincia del interior, que estaba estudiando psicología en la
universidad de 18 a 22 horas, tenía un trabajo de camarera en un hotel
céntrico desde las 8 hasta las 16 horas.
Llevaba viviendo en una pensión para
estudiantes desde dos años atrás, pero
eran muy ruidosos, por eso quería un lugar más tranquilo aunque pagara el mismo alquiler.
Luego de
informarse del precio mensual ella preguntó ¿Cómo dormiríamos? Ehhh, se me
ocurre poner dos percheros de pié dividiendo el dormitorio entrelazando dos sábanas
que tapen dando intimidad, la cama de plaza y media sería para ti, la usa mi
madre cuando viene a visitarme. Si me aseguras respeto, sin espiarme ni traerte
compañía mientras estoy yo, me parece bien –dijo ella. No te preocupes conmigo
no te ocurrirá nada que no quieras puedo asegurártelo –contestó Marcos. ¿Qué edad
tienes? Preguntó él. 26 afirmó ella ¿Y tú? 32 aunque en un mes serán 33. Alicia
decidida dijo, hoy estoy de franco, si
te parece, esta tarde me mudo, te adelanto la mitad del alquiler y vemos como
funciona. Se dieron la mano y cerraron trato, ella se dio vuelta y se fue
caminando por el pasillo, el miraba sus piernas y sus curvas por detrás. No
puedo creerlo se decía, justo este bombón viene a vivir conmigo, tendré que
darme duchas de agua fría y portarme como un caballero anfitrión jajajaja.
Bueno, esta
historia está para dos capítulos no quiero aburrir, estoy retornando con las
letras. Te saludo visitante….