domingo, 17 de mayo de 2015

Él no llegó a la cita...


Eran las 2 y él no llegaba, todos los viernes a esa hora lo hacía  puntualmente. Para Bernarda era su novio amante, a veces calmo, otras impetuoso, encendiéndola como a una hoguera. Llevaban  3 años en  que se habían conocido, y desde el primer encuentro  consagró su amor a Fernando. Él era casado, le decía que gracias a las citas con ella, podía seguir llevándose con su esposa. Bernarda se miró al espejo, era una bella mujer  de encantadora figura a sus 57 años. Se había consagrado a su cita de amor de los viernes, no concebía a  otro hombre en su vida, de solo pensar en Fernando se le humedecía la parte alta de las piernas. Aguardaba que él llegue para elegir las sábanas y fundas que pondrían en la cama, tenían esa costumbre. Pasaron 15 minutos de la hora, ella caminaba de un lado a otro de la casa como loca, mirando cada tanto  por la ventana hacia la calle. Había dejado de fumar y no iba a recomenzar ahora, en tanto  se tomó un vaso de piña colada. Pasada una media hora se preguntaba ¿Qué estará haciendo? ¿Por qué no llega? Le doy lo que me pide y necesita, si su mujer no se lo da, no es culpa mía, me hace y lo hago feliz – pensaba  para sí.

Pasó una hora ¡¡Ya no viene!! ¡¡Ya no viene!!  Le decían sus pensamientos que quería rechazar, la rabia estaba cegando su mente. Nunca habían compartido sus móviles, él sabía llamarla a su teléfono de línea…pero no sonaba ahora…Cuando en el reloj dieron las 4 prendió su televisor, entre las noticias pasaron el choque a las 13,50 horas, a 15 calles de su casa, de un taxi contra un camión. Cuando arribaron los bomberos y la ambulancia, el chófer del taxi y un pasajero de unos cincuenta años habían fallecido en el acto informaba el reporte. Bernarda pegó un grito desgarrador ¡¡No!! ¡¡No!! Me lo quitaron, me quitaron mi vida.¡¡ Ay!! ¡¡Ay de mí!!…cuánto dolor. Arrojándose sobre la alfombra del piso, lloró desgarrada por horas, quedándose encerrada en su casa por días y días.
Dos mujeres que no se conocían entre sí,  llorarían a Fernando, su esposa y su amante. La vida tiene estas cosas, el destino teje hilos imprevistos.


Te saludo visitante!