sábado, 22 de octubre de 2016

Una segunda oportunidad...


Marcos estaba en la parada del bus, dos mujeres aguardaban, llego una tercera muy atractiva, con cabello rubio que se veía natural y lacio, pantalones y blusa negra con escote moderado pero interesante. Llevaba anteojos de sol que no le dejaban ver sus ojos, él los imaginaba hermosos. Al llegar el bus, subieron dos mujeres, la joven rubia preguntó al chófer ¿Me deja en Beguerestain? El chofer no respondió, volvió a repetir la pregunta no obteniendo respuesta. Si, te deja en Beguerestain y Mitre le dijo Marcos. Gracias, replicó ella y subió. Se dirigió al fondo quedando de pié. Marcos se quedó un instante adelante para luego correrse al fondo, parándose a su lado. Ella giró el rostro preguntándole ¿A qué altura de Mitre está Beguerestain? Al 1800 respondió él, a la altura de La Telefónica. Si, si, allí voy por un trámite, mi teléfono esta sin tono hace días y me cobran Internet siendo que le di de baja. Estoy cansada de reclamar telefónicamente –afirmó. ¿Traes el reclamo por escrito? Inquirió él. No, respondió ella. Debes hacerlo, sino será lo mismo que la nada, le dijo Marcos. Si quieres me bajo contigo y un momento hacemos la nota escrita. ¿Harías eso por mí? Preguntó con aire de sorpresa. Si, lo haré, tengo tiempo, bajemos en la próxima que ya llegamos.


Se bajaron juntos, en una librería cercana en la que él compró unas hojas… Ahora que te parece si vamos a ese café y me pasas los datos, yo redacto el reclamo mientras tomamos algo - propuso Marcos, La joven acepto con un movimiento de cabeza. Luego de sentarse a una de las mesas, ella se quitó los anteojos y mostró sus ojos celestes. Disculpa, tienes unos ojos preciosos ¿Serás descendiente de alemanes? Has acertado - afirmó ella, mis abuelos eran alemanes, tuve la suerte de heredar su color de ojos. Mientras Marcos llenaba la nota de reclamo, intercambiaban datos de sus vidas. Ella tenía 37 años y él 49, ambos no estaban en pareja en ese momento. Pasó media hora, él termino la nota citando que si en 72 horas no le resolvían el problema, reclamaría ante Defensa del consumidor y el Ente Regulador de Energía. Acompañó a la joven hasta el mostrador para entregarla, la empleada que la recibió se mostró un tanto reticente en recibirla, pero finalmente se quedó con el original y le puso el sello de recibida a la copia que quedó en manos de la rubia. 
Salieron juntos, contentos de haber hecho una buena gestión. En la vereda ella le dijo, no sé como agradecerte…Él contestó, tu sonrisa es mi premio. Ella lo miró, eres un dulce, y alzándose un poco de pies le dio un beso en la mejilla. Marcos sintió que se mareaba ¿Qué tal si nos volvemos a ver el viernes a las 20 hs en Burbujas? Preguntó la joven. Me parece una idea magnífica – afirmó él. A la vez que le devolvía su beso en la mejilla, ahora un tanto más atrevido. Burbujas era un restaurante con cena show y bailable.

 Se separaron, el se dirigió a la parada del bus, estaba llevando una vida gris desde su separación, tres años atrás. Esta joven había puesto color y luz en su vida, esperaría con ansias la próxima cita. Tal vez esta era una segunda oportunidad que se le había dado sin buscarla.
Cuando llegó el viernes se enteró entre otras cosas que todos los problemas con telefónica habían sido resueltos. Por otra parte ella vino a la cita con un vestido infartan te que hacía lucir el encanto de su figura. Cada uno de ellos venía con sueños…¡¡seguramente se cumplirían!!


Esta historia la edité hace unos días en mi Facebook, ahora lo hago aquí, ya que pocos amigos de blogs lo vieron allí. 

Te saludo visitante...deja tu comentario si gustas. 

sábado, 15 de octubre de 2016

Rápido de reflejos.

Siempre he sido de rápidos reflejos, aunque hoy no voy a decir que sea igual. De las anécdotas que tengo en mi historia les voy a contar la siguiente. Hace muchos años atrás llegamos con mi mujer y mis dos hijos a la casa de unos amigos, Gloria y Miguel, que viven en la Ciudad de Rosario, a poco más de 300 kilómetros de Buenos Aires. Era una tardecita de sol otoñal. Luego de abrazos y besos nos comentaron que su hija mayor Jakeline iba a dar una prueba de natación en la escuela. Dijeron que iban a ir para allá – Bueno, afirmé, bajamos las valijas y los llevamos. Así fue, con la guía de Miguel llegamos al parque de la escuela. Descendimos del automóvil, y nos acercamos a la pileta que tenía unos 15 metros de largo rodeada por un cerco de rejas de 1,50 metros de altura.

 Muchos familiares estaban arrimados a la reja. A los 15 minutos, cuatro niñas estaban preparadas para lanzarse al agua, entre ellas la hija de nuestros amigos. Cuando la maestra dio la orden, se arrojaron a la pileta, tres de ellas se sumergieron apareciendo en la superficie  y nadando pero Jakeline no subía, sino que por el contrario descendía.

Me apoyé en la baranda y de un salto quedé en el borde de la pileta, en ese instante tomé conciencia que no me podía tirar al agua porque no sabia nadar. Se arrojó al agua la profesora ayudando a su alumna que se había llevado un  gran susto. Cuento esto, porque mi amigo Miguel sabe nadar, y muchos de los presentes posiblemente también, pero ninguno se movió, el que reaccionó en segundos ante el peligro fui yo, sin darme tiempo a pensar que no nadaba. Mas tarde volvíamos todos juntos riendo por lo que había ocurrido. Años después  fui a aprender a nadar, hacerlo me produjo un placer increíble. Las cosas que aprendemos de adultos las valoramos más, porque en realidad son más difíciles, como manejar un auto o una bicicleta.

Amigo visitante, hago acto de presencia con este texto, agradezco tu visita y te dejo un saludo.       

jueves, 14 de julio de 2016

ENCUENTRO CASUAL

Estacione mi vehículo y me corrí al sanatorio de mi obra social, exhibí el carnet de afiliado, luego tomé el ascensor y llegue a la guardia.  Había 10 personas esperando, me senté en un asiento libre. Dos doctoras iban llamando por sus nombres, los pacientes entraban y salían con rapidez. A los 20 minutos me llamó a mí, rápidamente le comenté que hacía tres días que sentía un dolor intermitente en el pecho a la altura del corazón. Que pensaba que no era muscular, ya que ya lo había tenido tiempo atrás y era distinto.

Para mi tranquilidad, extendió 3 órdenes, una para un E.C.G. otra para un análisis de sangre y una última para una radiografía de tórax. Con los resultados me vuelve a ver  -  afirmó. Volví a planta baja, entregué las órdenes, conservé la de radiografía, por las demás me dijeron que me iban a llamar. Había bastante gente sentada, pensé que iba a demorar, pero en diez minutos un enfermero me llamó por mi nombre, lo seguí, hasta una sala en que una médica primero me hizo un electrocardiograma y luego me tomó muestra de sangre. El resultado del primer estudio me lo dio para llevar a la doctora, el otro dijo que en dos horas estaría en recepción de P.B. Salí de allí, camine por una pasillo hasta llegar al lugar en que me sacarían la placa radiográfica.

La técnica en rayos después de pedirme que me quede en camiseta de algodón me sacó tres placas, cada vez que estaba por vestirme me decía que había salido movida, y sacaba otra, y así llegamos a la última que salió bien. La joven era muy simpática, y salí de allí para ver a la doctora en el piso superior, allí cuando salió otro paciente me asomé y me invitó a entrar, miró el E.C.G. diciendo que estaba muy bien. Me pidió que volviera en dos horas para ver los otros resultados. Como era la hora 12 y 30 del mediodía, crucé enfrente entrando en uno de esos restaurantes  rápidos.  Se me ocurrió comer un par de empanadas de pollo con una copa de cerveza. Después de las 13 horas el lugar se llenó de jovencitos que salían de sus escuelas, mientras almorzaban hablaban y reían como es propio de su edad.

Pasada una hora el local estaba casi desierto, un viejo sentado miraba a través de la vidriera el intenso movimiento de vehículos y personas en el exterior. De pronto, una hermosa y elegante  mujer de edad mediana, ingresa, pide algo en el mostrador y se sienta en una mesa cercana a la mía. Se quita el saco rojo que portaba y lo deja sobre el respaldo de una silla. Luego se pone a hurgar en su cartera, busca y busca, hasta que saca lo que parece un pequeño perfumero. Al hacerlo sin tomar cuenta de ello arrastra un billete de 500 pesos que cae debajo de su silla. Me levanté, me acerqué, y agachándome tomé el billete (aproveché para ver sus piernas bonitas) le entregué el dinero con una sonrisa  diciendo – No te has dado cuenta de que se te ha caído, - Oh! Soy una despistada, te estoy muy agradecida. –Bueno si me dejas compartir la mesa contigo me sentiría muy bien pago.  – Pues claro, con gusto, me hubiera dolido perder ese dinero. En tanto el mozo le traía unos sándwich de miga tostados con una bebida cola se presentaron. –Me llamo Migue ¿Y tú? – Yo Ana, replico ella. Y, ¿A qué te dedicas Ana? Soy Profesora de Ballet de niños, y, ¿Cuál es tu actividad?  Soy ladrón-respondí. Ella me miró perpleja. No, no, es broma, soy asesor de varias empresas, me llaman cuando tienen conflictos. ¡Ale! Qué interesante, has de tener experiencia y mucha labia. Debe ser, al menos me siguen llamando jajaja.  Seguimos conversando animadamente, ella se quedo la hora que yo estuve. 

Me da gusto cuando encuentro una persona educada y simpática para platicar y si es bonita mejor. Cuando nos despedimos ella me dio un beso en la mejilla, su perfume embriagó mis sentidos, y sus labios rojos también. Me fui con su número de teléfono, así que volví muy feliz al sanatorio. Esta historia continuará aunque no la escriba aquí.


Te saludo visitante, creí que no iba a escribir más, pero parece que se vuelve cada tanto.



lunes, 13 de junio de 2016

Madre sobreprotectora...niño con problemas.

Una hija reclama a su padre por su ausencia...

Papá...

-Recibí tu mail, pasaron seis años desde la última vez, era mi casamiento, ¿recuerdas?... bailamos el vals... yo era tan feliz!!

-Esa madrugada te volviste a ir luego de un rápido beso, mi gran noche seguía, la música y el baile nos llenaba a todos de risas y alegría.

-Nunca más supe donde estabas, ahora me dices que te has vuelto a casar, que tengo una hermanita de cuatro...

-¿Que quieres que diga? .... aún estoy con sorpresa!!

-Aquí pasaron tantas cosas, Hernán mi marido te recuerdo su nombre, por las dudas, tuvo un ACV, accidente cerebro vascular, con veintinueve años.

-Pegué un grito, como un rayo llamé a emergencias, en 20 minutos llegaron, eso, en principio, salvo su vida...

-La peor de las noches cayó sobre mí, luego los estudios, consulté cinco neurólogos, deposité mi confianza llegó la cirugía...

-Estaba como loca, tomé la mano de mamá y dije, si lo pierdo... me arrojo bajo un tren, ella,no pudo decir nada... lloramos abrazadas las dos!

Salió “bien” siguió con rehabilitación, no podía mover parte de su cuerpo, tampoco hablar, yo le bañaba, cambiaba, afeitaba, los días parecían de plomo, pero nunca perdí la fe… él estaba conmigo.

Algunas noches pensaba en tí. –Te necesitaba. - ¿No era yo la luz de tus ojos? Y tú - ¿Él que siempre me cuidaría?...

Se fue recuperando, le faltaba solo más confianza. - Un amigo le ofreció un empleo, en principio dudó... finalmente aceptó, se puso cada vez mejor, volvió a sonreír.

-Me pidió que tengamos un hijo, no era mi momento pero dije que si. Pasaron nueve meses y Pablo nació por parto normal, era hermoso, como él...

Nuestro niño tuvo seis años insomnio, si, lo que digo, insomnio, de noche, al paso de una o dos horas se echaba a llorar y gritar... yo lo abrazaba, hamacaba y besaba -él dormía, pero al dejarlo comenzaba de nuevo, terminé a su lado... todas las noches.-Consultamos médicos,... no hallamos respuestas.-Cuando cumplió seis, nos recomendaron a Sarah, una psicóloga. Y en siete sesiones mi niño curó...

Sarah dijo que debía romper la "simbiosis" ¿Sabes que es? Cuando estaba en mi vientre estábamos como en “comunión”, "conectados" dependíamos uno del otro, cuando el bebé nace y se corta el cordón, debe ir separándose... independizando de a poco.

Yo lo sobre protegía y esa separación no ocurría, tal vez lo que paso con mi marido me hizo así, pero me han dicho que puede darse en otras madres hacia sus hijos, no los sueltan y ellos no quieren ni pueden independizarse, crecer, fuera de la dependencia normal, afectiva.

Tampoco crecen aún adultos.

Cuando comenzó el primer grado lo llevamos a una nueva escuela, Sarah dijo... llévenlo los dos, pero tú quédate detrás, que Hernán esté delante.-Ese primer día se tiró al suelo, gritó y pateó, toda la escuela nos miraba, sentí el corazón estrujado, pero no me moví, Pablo allí quedó, con la maestra y compañeros.

En noches posteriores, ya comencé a no acudir a su llamado, hasta que fue durmiendo más... pasó un mes... es feliz... duerme bien, es alto y rubio como mi Hernán.

En este momento me mira, tira de mi mano,dice que quiere comer...

¿Sabes que tiene tus ojos? Así te miraba yo.

¿Vendrás a vernos?-Hazlo con mi hermanita...van a jugar juntos, y así, mi Pablo... conoce a su abuelo...

Tus cosas con mamá no tienen que ver con nosotros ¿No es así?...

Ahora sabes que pasó aquí, mi puerta esta abierta, por favor… si tardas mucho en dar una señal...comenzaría a cerrarla...



¡Te quiere!… tu hija… la mayor!!

MiGuE.

domingo, 22 de mayo de 2016

Hombre feo y hombre lindo.

Pilar salió de su casa diez minutos más tarde de lo habitual, con su trajecito gris perla de pollera corta y el cabello aún húmedo. En sus zapatos con plataforma apuró los pasos para llegar a la parada del transporte colectivo. Eran las 6 de la mañana en punto, el lugar estaba desierto, se le había ido el bus de menos diez. Se preocupó por estar sola, estaba oscuro, solo la luz de la calle iluminaba el lugar. Se dirigía a su trabajo de programadora en el centro, cuando salía de allí se corría hasta la facultad de ciencias económicas. Con 22 años cursaba el tercer año, no le importaba ir despacio con la Facu ya que necesita trabajar. Vio acercarse a un hombre de espaldas anchas, estatura mediana, vestido con ropas humildes. Cuando lo tuvo cerca vio su rostro de piel obscura, con una cicatriz en el pómulo derecho. Tendría unos cuarenta y tantos años. Sintió miedo, y se separó dos metros de él, es que ocurrían tantas cosas terribles. El hombre mantuvo la distancia, mirando cada tanto si venía el colectivo. 
Pilar observó que un joven se arrimaba a la parada, iba bien vestido y era buen mozo, su presencia le dio más tranquilidad. De pronto el joven se acerca a ella, la tapa con su cuerpo de la vista del otro hombre, arrimandole una navaja a la cara le pide entregue su cartera, celular, y dinero. Le dice – calladita o te corto la cara. Aterrada le estaba entregando lo que pedía, cuando una mano toma la del joven y la retuerce hasta que la navaja cae al piso junto con él. El hombre moreno le dice, vete de aquí y no vuelva porqué te desfiguro la cara a golpes. ¡Búscate un trabajo atorrante! Su mirada echaba fuego, y su mano tenía una fuerza descomunal. El joven dejó la navaja en el piso y echó a correr. Pilar dejó caer unas lágrimas por la tensión sufrida. ¡Gracias! ¡gracias! espetaba,- pensar que yo le tenía miedo a usted, le dijo al hombre. - Mira Niña, soy albañil, tengo brazos y manos fuertes, pero vivo de mi trabajo. No pude evitar meterme. Ten cuidado, detrás de rostros amigables puede haber monstruos horribles, y detrás de rostros poco agradables, personas nobles. Acuérdate siempre. 

El colectivo venía, los dos subieron y tomaron asientos separados, Mariana no pudo reprimir el impulso se levanta y le da un beso en la mejilla al desconocido que la había ayudado. El hombre sonrió y se acomodó en el asiento, bajando la cabeza para descansar durante el viaje. 

Nota:Este relato ya lo hice hace tiempo y lo vuelvo a compartir, el tiempo no me permite por ahora escribir nuevos. En la brevedad posible espero volver. ¡Saludos.!

Migue

sábado, 14 de mayo de 2016

Historia de vidas.


Marcos se hallaba en su casa frente al ordenador chateando con su hijo David. Suena su celular, un mensaje había ingresado, abre el buzón de entrada y lo lee. Una sola palabra decía todo,  ¡Falleció! lo enviaba su sobrino Antonio. Le  dice a su hijo – Cortamos aquí, falleció Roberto, termina de mandarme un mensaje Antonio. – Uh! Que mala noticia, ¿qué vas a hacer?  No te preocupes, ahora lo llamo a Antonio por  si quiere que vaya para el sanatorio o viene hacia aquí. Marcos estaba sereno, acomodando sus pensamientos sobre los pasos a seguir. El día anterior había visto a su hermano en la cama del sanatorio, lo alimentaban de forma naso gástrica, estaba sedado, de espaldas con la boca abierta respiraba con dificultad, los ojos cerrados, apenas entreabiertos. Se veía extremadamente delgado, el maldito cáncer se lo había estado comiendo, con la crema y una hoja de afeitar lo había dejado afeitado. Le acarició  la frente, también calentó sus manos con las suyas. Le trasladaba palabras de aliento y esperanza que seguramente su hermano no escuchaba.
 Tan solo tres días había durado internado. Ahora estará en paz – pensaba. Buscó por Internet el teléfono de la casa de velatorios, ya la conocía, otros familiares y amigos habían partido desde allí. Eran las 20 horas, llamó a Antonio, éste le dijo que había reunido todas las cosas que debía retirar. – Mira, he hablado con la cochería, busca el documento de tu padre y el tuyo y ven para aquí así conversamos  un poco y vamos para allá. Su sobrino vivía cerca, en 30 minutos estuvo en su casa. 

Se sentaron  cerca de la estufa ya que era invierno. – Como quieres que sea el sepelio le preguntó. – El me decía que quería ser cremado cuando le llegara la hora, pero yo quisiera que vaya a tierra. – Antonio, las personas dejan dicho sus deseos y está en uno respetarlo, piénsalo, si esa era su decisión. – Bueno… creo que si entonces, está bien, afirmó.   Ya he llamado a la cochería, vuelvo a llamar y vamos para allá dijo Marcos. Lo hizo, luego llamó un taxi, que los acercó, no quedaba más allá de 20 calles. La empleada de turno le pidió los documentos, hizo las preguntas del caso. A Roberto lo traerían en la madrugada, y desde las 8 a las 16 horas estaría en una sala, una azafata recibiría y atendería a las personas a medida que fueran llegando. Ya no era más como en los viejos tiempos en que familiares y amigos se quedaban toda la noche y hasta el día siguiente.
Marcos llegó con su mujer al mediodía, Antonio estaba en el lugar con varios vecinos de su padre. Como ocurre lamentablemente en muchas familias, también llegaría su otro hermano Carlos y su mujer, llevaba más de diez años sin verlos, habían sido socios de una empresa que fundaron juntos durante siete años, cuando él con su actividad comercial la hizo crecer y crecer, llegaba el momento de disfrutar un mundo de trabajo. Pero ellos confabularon para quedarse con la empresa y sacárselo de encima. Como manejaban la caja, pagaron fortunas a un estudio jurídico inventando argucias y denuncias falsas, por las que terminó vendiendo su parte a un precio vil. La ira de Marcos duró un tiempo hasta que consiguió perdonar las ofensas para vivir en paz consigo mismo. Pero nunca más volvió a verlos, lo que más lamentó fue perder a sus sobrinos.

Eran las 14 horas fueron llegando Carlos e Inés, se saludaron fríamente pero sin rencores, también sus sobrinos. Habló con ellos, le contaron de sus vidas de casados y con hijos, también el hijo y la hija de Marcos que trajo un hermoso ramo  de flores. La azafata se movía ofreciendo café que todos aceptaban. A las 16 horas se despidieron de Roberto, Marcos acaricio su frente. A la salida se inició el cotejo, los vehículos lo acompañaron hasta el jardín final. Por último, los familiares se despidieron tomando cada uno su rumbo. Marcos iba pensando que solo este motivo los había reunido y tal vez nunca más lo harían.  El tenía una hermosa familia con la que compartían penas y alegrías. Por fortuna más alegrías que penas.

Bueno amigo visitante aquí te dejo esta historia que tiene un poco de todo como la vida misma.


Saludos!

viernes, 1 de abril de 2016

Infidelidad ¿Sí o Nó?

Pablo salió dando un portazo, estaba muy ofuscado, era la primer pelea en dos años del dulce noviazgo que mantenía con Ruth. Descendió velozmente  por las escaleras del departamento hasta el jardín, escuchó la voz de ella llamándolo  pero no se detuvo. Su reloj indicaba las  siete de la mañana en ese domingo de enero, era pleno verano, se dirigió a la playa que estaba a tan solo una calle de distancia. Estaban pasando un fin de semana largo en la costa atlántica, la noche anterior se habían divertido a lo grande junto con otras parejas amigas en un boliche bailable, estuvieron hasta las seis de la mañana. Bailaron a morir bebiendo un poco más de lo habitual. Mientras regresaban ella le hizo una escena de celos injustificados, continuándola una vez llegados al departamento – Recordaba él mientras ingresaba velozmente en la playa, necesitaba  aire marítimo y caminar. Estaba descalzo, enfundado en su bermuda y remera blanca, las huellas de sus pies  quedaban marcadas profundamente en la arena ya que descargaban su enojo.

La playa se veía  desierta  a esa hora, el cielo azul celeste presagiaba un bello día para disfrutar el mar. Miró hacia delante, en sentido contrario se acercaba caminando una mujer, vestida aparentemente con  bikini roja cubierta en parte por un pareo, lo hacía bordeando las aguas que mojaban sus pies. Se hallaban a unos doscientos metros de distancia, se sintió molesto porque rompía su soledad. A los dos  minutos ya iban a cruzarse, él miro hacia su derecha, a unos ciento cincuenta  metros,  acostado  sobre los médanos un perro raza  doberman negro de gran porte los observaba. De pronto éste se para y comienza a correr en dirección a ellos. Pablo no  podía creerlo, en cinco pasos largos alcanzó a la joven que lo miró asustada. Quédate quieta y detrás de mí,  mira, ese perro nos ataca – Le dijo. - ¡Por Dios! – Afirmó ella, nos va a matar. - Si salta sobre mí, corre a la costa sin detenerte me oíste – Espetó él  en alta voz  sin darse vuelta. Se paró con las piernas y los brazos en jarra, esperando, horrorizado pero sin demostrarlo. 

Cuando el animal enfurecido estaba cerca Pablo gritó ¡¡Paraaaaaaaaaaaaa!! Aunque pareció un loco,  éste aminoró la marcha, mostrando sus afilados colmillos, avanzó lentamente  para saltar. Parecía el final, cuando sonó un silbato, el doberman emitió un gemido, se dio vuelta regresando velozmente y perdiéndose detrás de las dunas y los arbustos. ¡¡Se fue, se fue, dijo la joven!! Huyamos de aquí, por si vuelve -  dijo él, tomándola de la mano. Mientras corrían comentó- No se porqué diablos nos atacó ¿No sería un toro, que atrajo  tu bikini roja? alcanzó a decir con sentido de humor. Una vez que salieron de la playa llegando a las primeras casas se recostaron sobre la pared de una. Ella temblaba respirando agitada, él la abrazó, cálmate el peligro ya pasó le dijo al oído ¿Cómo te llamas? Ana Belén, respondió a la vez que se echaba a llorar. -Llora, desahógate, ya pasó repitió Pablo mientras la sostenía en sus brazos con la cabeza apoyada en su pecho. Luego la separó con suavidad, ¿Dónde estas parando? Te acompaño, si quieres. Si, si en la calle dos y treinta y tres, gracias!

Fueron caminando juntos, quedaba cerca, ella preguntó ¿Porqué no huiste tú solo para salvarte? -  ¿Que clase de hombre crees que soy? nunca tendría paz si hiciera algo así. – Replicó él. - No salgas nunca sola en horas y  lugares desiertos,  ¿De dónde eres? De la provincia de Córdoba, llegué anoche sola y ya quise conocer el mar, esta noche llega el resto de mi familia. No se como agradecerte ¿Quieres pasar a tomar  algo?- Preguntó. Pablo miró la belleza de mujer que tenía frente a él - Mira… mejor no, he tenido una pelea con mi novia hoy... volveré a hacer las paces con ella, me voy, cuídate mucho. -  Bueno, es afortunada tu novia, si pierde un hombre como tú sería una tonta. Mi apellido es Fleming, mi padre es un gran empresario, ponte en contacto conmigo por cualquier cosa que necesites, le dijo posando suavemente sus labios sobre los de él. Pablo hizo un esfuerzo dominando sus deseos,luego emprendió el regreso, con una sonrisa. –Espero no arrepentirme pero he hecho mi buena acción del día jajaja, continuó caminando y riendo para reencontrarse con su Ruth...

Te saludo visitante, aquí dejo otra historia.   

lunes, 14 de marzo de 2016

Sombras....¿Joven en peligro?

Envuelta en su bata blanca ingresó al baño, aunque era invierno la calefacción creaba un clima agradable.  Cerró la puerta tras de si, comenzando a quitarse lo poco puesto. Bata, corpiño, y su mini bombacha negra, se recogió el cabello que llevaba lacio y suelto. Luego se miró al espejo y sonrió al verse - ¡¡Paula que bien que te ves!! – se dijo para si, riendo de sus ocurrencias. Estaba feliz con sus pechos firmes, que no eran de los más grandes pero conquistaban.  Corrió  la cortina, traspuso el escalón ubicándose  bajo la ducha. Abrió el grifo, la lluvia caliente comenzó a acariciar su cuerpo. La cortina había quedado en parte sin cerrar, por un costado ingresaba el haz de luz que proyectaba su sombra en la pared de azulejos… siguiendo sus movimientos. Pasaron veinte minutos, se hallaba con  los ojos cerrados apuntando el rostro a la lluvia, a tientas busco el grifo cerrándolo. 
Abrió los ojos, cuando iba a darse vuelta, vio una sombra al lado de la suya en la pared, perpleja se sobresaltó, la visión fue fugaz  desapareciendo  de inmediato.  Aún atónita preguntó, Nico – ¿Eres tú? ¿Estás allí? No hubo respuesta, descorrió la cortina, no había nadie del otro lado. Tomó la toalla  y se secó, para colocarse la ropa íntima de cambio y nuevamente la bata. 
Llevaba un año viviendo sola, a los veinte y cinco se había mudado, independizándose de sus padres, su novio Nicolás pasaba algunas noches con ella así como los fines de semana. Pero siempre le avisaba cuando iba a llegar. Era una joven valiente, pero con lo que sucedía en el mundo exterior quedó preocupada. Abrió la puerta con precaución, atisbando que el living esta desierto, verificó que la puerta de entrada al departamento estuviera cerrada con llave, luego le agregó el cerrojo corredizo. Desde la cocina, llamó desde su celular a Nico, no quería preocupar a sus padres. Le contó sobre lo que le había pasado, él le trasmitió calma, - si no has encontrado nada, será fruto de tu cansancio – Afirmó. Estoy estudiando pero si quieres salgo ahora para allá o me llamas… como gustes – Terminó diciendo. - Gracias mi amor, cualquier cosa que vuelva a asustarme te llamo jajaja. Besitos para ti, nos vemos pronto – Replicó ella.    En la cocina tomó una barra de chocolate llevándola hasta su dormitorio, también aquí cerró la puerta con llave luego de ingresar, hecho que no acostumbraba. Esa noche dormiría con la luz del velador prendida,... luego de acostarse en su cama  se cubrió con una manta, tratando de relajarse y esperando que Morfeo la tome en sus brazos. En el living había quedado una luz tenue prendida. Sobre la puerta del dormitorio de Paula se dibujó una sombra que permaneció allí…como amenazante.

Esta historia se detiene aquí. ¿Qué le habrá sucedido a Paula? Vamos a pensar que fue algo extraño que no tuvo explicación y no se volvió a repetir en días siguientes. 
Agradezco tu visita y te saludo visitante!!

domingo, 6 de marzo de 2016

¡¡HABRÁ POESÍA!!

No digáis que, agotado su tesoro, 
de asuntos falta, enmudeció la lira; 
podrá no haber poetas; pero siempre 
habrá poesía. 

Mientras las ondas de la luz al beso 
palpiten encendidas, 
mientras el sol las desgarradas nubes 
de fuego y oro vista, 
mientras el aire en su regazo lleve 
perfumes y armonías, 
mientras haya en el mundo primavera, 
¡habrá poesía! 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance 
las fuentes de la vida, 
y en el mar o en el cielo haya un abismo 
que al cálculo resista, 
mientras la humanidad siempre avanzando 
no sepa a dó camina, 
mientras haya un misterio para el hombre, 
¡habrá poesía! 

Mientras se sienta que se ríe el alma, 
sin que los labios rían; 
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila; 
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan, 
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía! 

Mientras haya unos ojos que reflejen 
los ojos que los miran, 
mientras responda el labio suspirando 
al labio que suspira, 
mientras sentirse puedan en un beso 
dos almas confundidas, 
mientras exista una mujer hermosa, 
¡habrá poesía!


Rima de Gustavo Adolfo Bécquer


jueves, 25 de febrero de 2016

Busqueda del paraiso.

-Papá, ¿dónde queda el paraíso?

-Hijo...En cualquier lugar que estés o llegues y te sientas muy, pero muy feliz!!

-¿Para siempre Papá? 

-Si la felicidad la llevas en tu interior, siempre lo serás... aunque habrá momentos en que la creerás perdida.

-Entonces pase lo que pase, no voy a dejar que nunca me la roben...¿Te parece?

-Haz de ser fuerte, intentarán quitártela de distintas maneras, pero lo lograras...si eres fuerte por dentro y por fuera...



-Gracias papá!!

Te saludo amigo visitante, hace tiempo que no escribo, trataré de volver de a poco...

miércoles, 6 de enero de 2016

El silencio y la mirada....


 Si te miran sin decir nada  o preguntas y no te responden

Puede significar tantas cosas…

Disgusto, enojo, ira, tensión.  

Complicidad.

Respeto.

Aprobación, desaprobación.

Curiosidad

Tristeza, pesar.

Reflexión.

Amenaza.

Deseo.

Amor.

Admiración.

Sin traducción.

En fin, creo que tendrías que observar los ojos que te miran para salir de la duda. El silencio habla, y los ojos también si los sabemos interpretar. Pero cuanto desearíamos sumar palabras, palabras y  gestos para encontrar el verdadero significado  de la mirada.  

Te saludo visitante....