jueves, 14 de julio de 2011

El infiel arrepentido.


Pablo cruzaba la plaza de Congreso caminando hacia la compañía aseguradora, era fuerte el calor, no llevaba chaqueta, tan solo su camisa blanca con el cuello desabrochado. Sintió un impacto leve sobre su hombro, lo miró diciendo en voz baja, mierda.,, ¿Será posible? Alzó de inmediato su vista hacia el cielo, al ver las palomas volando alegremente entre los árboles se calmó. ¿Qué culpa tienen ellas? Se dijo, mientras buscaba un bebedero para mojar su pañuelo y quitar el “regalito”. Luego de encontrarlo la limpió lo mejor posible sentándose en un banco. - Tal vez me traiga suerte, pensó, mientras esperaba que seque.

Un hombre se sentó a su lado, se veía desencajado, comenzó a hablar solo. - Me echaron, si, me echaron de mi casa, mi mujer y mis hijos. La engañe con otra, ella se enteró y me echó, mis hijos la apoyaron.

– Pues te has llevado tu merecido, se dijo para sí Pablo. El hombre siguió hablando, los extraño muchísimo, pedí perdón de todas las formas posibles, amo a mi mujer, fue una única vez en 24 años de matrimonio.

Estoy arrepentidísimo, Ay de mí, he sido de lo peor. Sus ojos comenzaron a enturbiarse conteniendo las lágrimas. Mi vida tiene poco sentido ¿Qué voy a hacer ahora? Se tomaba la cabeza entre las manos mientras seguía con sus lamentos.

-El sentimiento de Pablo, ante tanto dolor genuino, pasó a ser de compasión.

- Bueno, bueno, cálmese, compréndala, la traicionó, rompió su confianza, el dolor que provocó, lo siente usted ahora. –Póngase fuerte, continúe con sus actividades, déles y tome tiempo, las heridas al corazón lo requieren para cicatrizar.

El perdón está en manos de su esposa y sus hijos. Procure acercamientos hacia cada uno, incluyendo otros familiares y amigos, diciéndoles lo estúpido que fue, lo arrepentido que está.

– Siga semana tras semana, sin desfallecer ni ser pesado, tal vez, solo tal vez, le den una segunda oportunidad. ¿Le parece?

-El hombre se levantó diciéndole, gracias por escucharme, me voy más tranquilo quizás pueda rehacer lo bueno que habíamos construido durante años. Gracias, repitió, al momento que se daba vuelta comenzando a alejarse.

- Pablo también se levantó, le quedaban veinte minutos para hacer su trámite, apuró sus pasos mientras pensaba, la paloma hizo que yo me detenga en este lugar para contener a este hombre ¿Será casualidad, o entretejidos del destino?- Espero haber sido útil...

¿Tú que piensas?