viernes, 5 de agosto de 2011

La confesión, cuando muere el amor.

Hola Juan, ¿Cómo estás Diego? se dijeron los hombres al momento de abrazarse. Eran amigos desde el secundario, compartieron mucho de sus vidas hasta años después de casarse y tener hijos. – Juan, me llamaste citándome aquí, ¿Qué misterio traes? – Vamos al Bar de la esquina, allí hablaremos. Una vez sentados a una de las mesas, pidieron unos cafés –Te ves bien Diego ¿Cómo haces?– Será porqué soy feliz jajaja. – Has tocado el punto que me trajo aquí, yo no soy nada feliz, con Laura mi esposa es imposible ya vivir. – Uh, que noticia me das ¿Tan mal están las cosas?- Mira me cuesta hablar pero necesito decírselo a alguien, ella siempre tuvo actitudes tipo neuróticas, depresivas, pero las fui tapando, la amaba mucho, funcionó, hasta que mis hijos se mudaron formando sus parejas

- Se puso peor, estaba pendiente de mí para puro reproche, ella en casa encerrándose y encerrándome como una telaraña. Llevo la peor de las soledades, estando acompañado. ¿Cómo es eso Juan? – Estamos en dos mundos diferentes. Le digo de salir, ir al mar, no quiere, no le gusta, cuando anuncio ir solo, decide venir, pero allí, o donde vaya me amarga la estadía, a todo le encuentra problema. – No me traigas a nadie a casa me repite también. Se pasa horas viendo programas de chismes y novelas de la televisión, peluquería dos veces por semana. Ya he dejado de quejarme de todo, no tiene sentido, a veces cuando me quedo mudo y no le hablo por irritado, pide disculpas, pero lo sigue haciendo en el mismo día y los siguientes.

- Reprocha cuando estoy en el ordenador, cuando hablo por teléfono con nuestros hijos, sobrinos, ellos la escuchan, me dicen… no le hagas caso, pero algo está mal allí, debes ver una psicóloga para ella. – Estoy cansado de llevarla a lugares desde los seis meses de casados, ahora está conforme con el psiquiatra que la atiende. –Le pregunté ¿No quieres que te acompañe para hablar con él? ¿Qué dices? , yo estoy bien, tú haces mal al no estar conmigo. – ¿De que manera? si no quieres salir a otro lugar que de tu madre, cuando me siento a tu lado y estás viendo la televisión, te hago un comentario del día y me dices calla que no me dejas escuchar. Si dejo un cabello en el lavatorio del baño me lo echas en cara, yo levanto tus cosas las llevo a su lugar, es simple.

- No cambió en veinte y cinco años Diego, creí que podría ayudarla pero no hay caso, no quiere, personas así han llevado a la muerte a su compañía de vida, por cáncer, infartos, disgustos que somatizan en sus cuerpos, no encontrando salida. – Hace cinco años estamos en camas separadas, como te imaginarás me tiene frío como heladera, hace tiempo no pasa más nada. Cuando se le ocurre decir que ya no lo hacemos, le contesto.- No puedo hacerlo sin amor, y allí quedamos en la maraña de echarnos culpas, por eso ya no me engancho, sería interminable.

– ¿Qué piensas hacer Juan? – Ya reservé una casa pequeña pero con ventanales grandes, patio al frente y un parque con parrilla, en tres meses se desocupa. Allí recibiré familiares, amigos como tú, contaré estrellas, dejaré entrar el sol, veré la lluvia sin reproches hacia mis oídos. Cocinaré lo que quiera, pondré en la pared los cuadros que me gusten, disfrutaré música, solo o acompañado. Saldré con amigos donde queramos ir. Ya estoy comprando unas pocas cosas que necesito al mudarme. A ella la seguiré manteniendo, pasándole dinero para sus gastos personales, que los deberá ajustar, quedó en su rol de ama de casa pasará a dueña de casa total ahora.

¡Volveré a empezar! - Comprendes Diego, amigo mío, a nadie puedo decirlo, si se entera antes de tiempo sería imposible la convivencia, dos días antes de partir, les diré a mis hijos para que nos den apoyo a los dos. Aunque ella será la que más deba aceptar la realidad. Tampoco se que traerá el futuro, pero seré libre, necesito una mujer, no una relación sin vida, la muerte del amor como pareja nos separó. –Pienso es tu única salida Juan, me sorprende que hayas tardado tanto, ahora duran meses o pocos años las parejas, cuenta conmigo para lo que necesites. ¡Gracias Diego! hoy dormiré mas tranquilo. No sentiré culpa alguna.

Hum, otro relato… ¿Tú que piensas? Si pasas por aquí amigo visitante, deja tu huella si gustas.