domingo, 14 de octubre de 2018

A mi vecina le gusta tocar.

Los vecinos juegan un papel importante en nuestras vidas, no los podemos elegir, están desde antes, o llegaron después que nosotros. Pueden ser buenos o hacernos la vida imposible. Les decimos *buenos* a los que no nos molestan, con ruidos, gritos, música en alto volumen y otros. Son los que nos saludamos cuando nos cruzamos, están cuando los necesitamos, así como nosotros para ellos. Hace poco tiempo se mudó una vecina nueva a un apartamento tipo casa pegado al mío. 

Sola y muy bonita, me alegré por supuesto y cuando estaban descargando sus muebles me acerqué, para darle la bienvenida, extendí mi brazo , ella tomó mi mano con la suya, luego con un seco comentario de ¡Gracias! se dió la media vuelta y continuó con lo que estaba haciendo.

Tres días más tarde, la temperatura era de 30°C, ella sale a su pequeño jardín, llevaba una blusa roja y un short cortito en tela de Jean con flecos. En un momento, estando de pié, se inclina quedando a 90°, su trasero bonito quedó apuntando hacia mi que miraba por la ventana. Me acomodé mejor en un sillón para contemplar el panorama. Por un instante pensé si no lo estaría haciendo a propósito. Justo, al minuto la veo ponerse de pié y mirar hacia mi ventana, automáticamente impulsé con mis piernas el sillón para atrás.

Esa noche, y las siguientes la escuché tocar un piano, tocaba tanto música clásica, como tangos o folklóricas. Mis oídos disfrutaron todo lo que oían, me consideré afortunado por tenerla de vecina, Por ahora atraído por su música. Tal vez en un tiempo hablemos, nos conozcamos más, y nuestros corazones compatibilicen. Tal vez, solo tal vez...

Estoy volviendo a escribir sin ser escritor. Deja tu comentario si gustas...
Te saludo visitante.