domingo, 18 de octubre de 2015

El violador - Noche de terror.


Esta historia es dura pero sucede en la vida. Carmen y Ofelia habían disfrutado de una noche espectacular en el boliche bailable al que habían concurrido. Bailaron a morir y tomaron algunas copas de más de coca con Fernet.  A las cinco de la madrugada se retiraron del lugar, al llegar a la esquina, ven acercarse el bus que las llevaría a sus casas. Vamos, vamos, rápido -dijo Carmen, nos salvamos del taxi… al momento estaban cómodamente sentadas en el colectivo que llevaba a  solo seis pasajeros adormecidos. En 30 minutos llegaron a destino. Descendieron y caminaron juntas por dos calles, allí,  frente a la casa de Ofelia se despidieron. Carmen debía caminar una calle y media más para llegar a su edificio de apartamentos. Así, iba caminando un tanto obnubilada por el cansancio y las copas de más, la calle estaba desierta, una fina llovizna comenzaba a caer, apuró sus pasos. Al pasar por el Hall de entrada de un edificio, una mano brutal la tomó del brazo, mientras que con la otra  le tapaba  la boca y la atrae bruscamente hacia adentro del hall manteniéndola apretada contra la pared.  Un hombre que le llevaba una cabeza de altura le dice. –Nena, no digas nada o te aplasto la cara.

Mientras con la mano izquierda le tapaba la boca, su derecha la introduce por su escote para acariciarle los senos. Luego la besó brutalmente, introduciendo la  lengua en su boca,  ella atinó a mordérsela.  Él con un gruñido le dio un fuerte cachetazo que la dejó totalmente  aturdida y con los labios sangrando. Carmen sintió que  le bajaba la corta pollera roja, rompió en llanto - ¡No! ¡No! ¡¡Por favor!!  Alcanzó a decir, la bestia le pasó la lengua por la cara. Cuando estaba por bajarle la otra prenda… en ese momento se escuchó  un  chasquido y un golpe seco, ella alcanzó a ver que algo golpeó en la sien del hombrón. Este trastabilló para un costado, recibió enseguida  un segundo golpe de cachiporra del otro lado de la cara que  terminó desmayándose sobre el piso. Carmen no salía de su conmoción, había estado a punto de ser violada, mientras subía sus ropas, ve a un hombre joven parado en la vereda que guardaba una cachiporra. ¿Estás bien? Le pregunta. Ella no puede hablar del susto. No temas, repite el hombre, me llamo Juan, soy el sereno de la obra de aquí cerca, me da por caminar y vi lo que te pasó. ¿Quieres ir a tu apartamento sin más? ¿O quieres que llame a la policía para denunciar a este hijo de perra? - Quiero lavarme la cara y bañarme - afirmó ella, pero esté canalla no puede quedar libre para atacar a otra, llámala por favor.

Juan marcó el 911 hizo un relato corto de los hechos, a los cinco minutos un móvil de la policía estaba en el lugar. Todos juntos fueron a parar a la comisaría, al atacante, ya medio despierto lo llevaban en otro vehículo policial. Un policía quedó en lugar de Juan custodiando la obra mientras él iba a prestar declaración. Después  salió a relucir que el atacante  tenía antecedentes penales  por robos y  que estuvo preso por violación, hacía una semana que había salido de la cárcel.   Carmen le dijo a Juan, - de   no ser por ti, me habrían arruinado la vida. Le dio un beso en la mejilla y terminó diciendo – menos  mal que hay hombres como tú. Mira las tontas como yo, que por no tomar un taxi me pasó lo que me pasó.
 – Tú  no eres tonta, has hecho lo que debía ser normal, lo malo es que las bestias como la que te atacó, anden sueltas por la ciudad. Un violador debe tener prisión perpetua, es como un adicto, pero no se recupera jamás  y vuelve a violar, creen que la mujer es un objeto del que ellos pueden disponer. - Lo que han violado son tus derechos a ser libre. Un coche policial los llevó a sus domicilios, ya eran las 11 de la mañana del domingo. Un día que Carmen jamás olvidaría…

Amigo visitante esta es la primer historia que escribo luego de unos meses, las últimas eran tomadas de mis archivos. Deja tu comentario si gustas…



miércoles, 7 de octubre de 2015

El rapto ¿Involucrarse?

Lucas estaba sentado en la Terminal de ómnibus de larga distancia, faltaba media hora para que partiera el suyo, una pelotita de papel rodó frente a sus pies. Sin saber porqué, la levantó, desplegó el pequeño papel arrugadoleyó una frase, SOS me raptan. Levanto la cabeza mirando hacia el frente y los costados. ¿Será una broma? – pensó. Pero con esto no se jode – se dijo. La gente caminaba de prisa por los pasillos, recorrió con mirada escrutadora a los pasajeros que aguardaban en los largos asientos de madera frente a él. Matrimonios con niños, ancianos, una jovencita de unos catorce años, al lado de un hombre fornido de cabello pelirrojo, éste esbozaba una sonrisa tonta permanente en su rostro. Llamó su atención que la niña tenía anteojos de sol, siendo un día de lluvia, además que la mano derecha del hombre estaba apoyada en su espalda. ¿La estaría sujetando? ¿Amenazando? - pensó para sí. Desvió la mirada un instante para disimular, cuando volvió a mirar, observó que las manos de ella estaban sobre su regazo, subió la mirada, los anteojos negros estaban fijos en él, volvió a mirar sus mano, el dedo índice de ella se movía señalándose a si misma, como si lo llamara. Se puso tenso, se le erizó la piel, presintió la situación de peligro, el pelirrojo observó que los miraba, rápidamente bajó la mirada, agachándose para ajustar los cordones de sus zapatos. Luego, nuevamente se incorporó, ya decidido.

Prefiero pasar un papelón antes que dejar cometer un posible secuestro, se dijo a si mismo.

Encaminó sus pasos hasta reunirse con dos hombres de gendarmería que se hallaban en el lugar, les explico la situación y sus sospechas. Por favor, con pedirle la documentación no se pierde nada - sugirió. Los gendarmes se dirigieron hacia la pareja, Lucas iba detrás, se detuvieron frente a ellos. Disculpe señor ¿Se pone de pié y me permite sus documentos? El hombre con gesto de incredulidad se paró, ¡¡Maldición!! ¿Cómo me descubrieron? Extienda las manos, está arrestado. La jovencita se puso de pié, quitándose los anteojos acto seguido se arrojó a los brazos de Lucas llorando, gracias!! gracias!! repetía sin parar de llorar. Cálmate le dijo Lucas, ya todo esta bien, fuiste valiente, te van a llevar a tu casa.

Amigo visitante sigo rescatando historias que he escrito en el pasado, seguramente no has leído ésta.
Cuando las musas vuelvan escribiré nuevas. Te saludo, deja tu comentario si gustas....