lunes, 1 de abril de 2013

El justiciero...


Martín caminaba con las manos enfundadas en los bolsillos,  eran los finales del otoño,  por lo que obscurecía más temprano. Las luces de la calle iluminaban las veredas, cincuenta metros más adelante vio un colectivo detenido y un grupo de personas en la vereda, al estar más cerca, observó que cuatro de ellas estaban encima de un hombre robusto. Mientras observaba, éste hizo un movimiento brusco, se desembarazó de ellas poniéndose de pié y echando a correr en dirección a él. ¡Ladrón! ¡Ladrón! gritaba la gente corriendo detrás, seguramente es un carterista que se les escapa. – Pensó.

Cuando pasó junto a él, Martín levantó el pié y su empeine pegó con fuerza sobre la cara del  hombre, el impacto lo tiró de espaldas al suelo. De inmediato varias personas se subieron sobre el nuevamente, tomándolo de brazos y piernas a la vez que alguien llamaba al 911. Algunos preguntaban  ¿Quién lo detuvo? Martín siguió su camino por un costado sin decir nada, prefirió pasar desapercibido. Hacía 15 días un automovilista había atropellado a su perro Rocco  huyendo del lugar, la rabia contenida la descargó en ese golpe, ya que practicaba Karate. Siguió caminando ahora en dirección a su casa. –Tendré que poner el pié en  una palangana con agua y sal, se decía para si, es la primera vez que lo uso fuera del gimnasio.- Por lo menos un delincuente pagó por el otro miserable - se decía. Le dolía el empeine pero se sentía desahogado, además tenía noticias de que Rocco pronto estaría mejor, ya que al día siguiente le sacarían el  yeso de las patas traseras.

Amigo visitante, estoy escribiendo más seguido, será la llegada del otoño que invita a la reflexión. Mis escritos son simples, no soy escritor, pero procuro darte lo mejor de mi. Te saludo!