Mariana se sintió mal ese día, como el cuerpo es sabio fue a
la farmacia, no a tomarse la presión arterial sino que la glucosa en sangre. El resultado fue de 460 cuando lo normal esta
entre 60 y 110. Esa noche fue a la guardia de su sanatorio, le tomaron
nuevamente con horas de ayuno y el
resultado fue de 380, el diagnóstico fue que tenía diabetes. Se compró un aparatito para controlar diariamente su
nivel de glucosa y tenía que tomar un comprimido diario para mantenerse en un
nivel estable y dentro de la normalidad. Ya era celiaca por lo que no podía
alimentarse tampoco con productos que tuvieran gluten, nada de trigo, avena ni
centeno.
Un día, en uno de sus controles le dio L0, más tarde se
enteró que eso daba cuando el nivel de azúcar estaba por debajo del mínimo. La
hipoglucemia puede ser mucho más peligrosa que la hiper. Luego de días en que
saltaba del mínimo a valores altos, terminó viendo a una nutricionista y una
diabetóloga. Comenzó un tratamiento en el que caminaba 30 cuadras por día, tres
días a la semana, a la vez la alimentación se limitó a dos yogures por día,
sopa de verduras al mediodía,
carnes y pescado en el almuerzo y la cena, junto a unas galletas de arroz. En
poco más de un mes, bajó de 82 kilos a 70 y allí se mantuvo. A medida que hacía
este tratamiento tuvo que dejar de tomar la medicación ya que el nivel de
glucosa entró dentro de la normalidad. En sus controles, cuando le indicaban
que tenía 170 por ejemplo, salía a caminar y a su regreso tenía 120. A veces tenía 90,
siempre giraba en valores aceptables.
La dieta y el
ejercicio le devolvieron la salud, no es fácil hacer la dieta de por vida
que se impuso, pero la disciplina que llevó le evitó complicaciones a futuro, en una palabra le alargó la vida seguramente. Toda persona excedida de peso debería hacerse un análisis de sangre para evaluar su estado de salud.
Les
cuento esta historia que es real, para quien le pueda ser útil, Mariana tiene
53 años y a esa edad le surgió la diabetes, antes era muy golosa, ahora se
cuida en todo alimento que lleva a su boca y lleva una vida normal