domingo, 31 de mayo de 2015

LA MUCHACHA DEL BARRIO.

SUEÑOS DE AMORES
Moría por verla pasar, pollerita corta, tacos rojos altos
Todos los días la veía contonearse en su andar desde la ventana del bar.
Soñaba con ese cabello negro lacio que caía por sus hombros. 
Esa boca de fresa y miel que deseaba beber como néctar de flor. 
Un día desde la vereda le dice al pasar… ¡los ángeles deben estar acompañados!
Ella se da vuelta, lo mira hasta la profundidad de su alma. 
Finalmente sonríe murmurando… ¡Tal vez!
Él avanza unos pasos poniéndose a la par de ella. 
Comienza a hablarle, así caminan unas calles. 
De pronto ella le toma de la mano. 
Él sonríe, el sol brilla más, sus sueños se está haciendo realidad.


Te saludo visitante, asuntos internos y mucho trabajo me alejan del blog, es cuestión de tiempo...


domingo, 24 de mayo de 2015

La culpa...

Se hallaba junto a la ventana, el sol brillaba . - Hoy voy a tener un buen día pensaba. Sonó su móvil, prestamente lo atendió. Una voz desconocida de mujer le dice ¡¡el automóvil de Mariana entró en el hotel Bristol! tras decirlo cortó. Se quedó helado, no identificó el origen del llamado, seguramente provenía de un teléfono público. 
Conocía el Bristol de pasar por el lugar, estaba en las afueras, era un sitio de encuentros furtivos de parejas. Mariana era su novia pero no convivían. ¿Quién diablos? – se preguntó. ¡No es posible! No lo creyó ni quería creerlo. Llamó por su celular a Mariana, ella no contestaba. Quería olvidarse del tema siguiendo con sus actividades. Pero los pensamientos lo martirizaban, finalmente llamó a su hermana Lorena. Le pidió que lo acompañe a una gestión, ella extrañada accedió.
Juntos, diez minutos después fueron en su automóvil hasta la entrada del hotel, pagó para entrar, entre los vehículos estacionados halló el de Mariana. Conmocionado, furioso se retiró del lugar. Eludió las preguntas de Lorena con evasivas. Volvió a llamar a Mariana por su celular, ella contestó – Hola mi amor ¿Cómo estás? – Yo bien ¿Y tú? - Con mucho trabajo, hoy viajé mal, mi hermano Marcos me pidió el automóvil y me dejó de a pié jajaja. Esa respuesta y esa risa retornó el alma al cuerpo de él. - Te quiero mi amor – afirmó, ya te contaré el día que pasé – volvió a decir con un sentimiento de culpa…

Te saludo visitante!! Hoy he innovado con  mi texto....

domingo, 17 de mayo de 2015

Él no llegó a la cita...


Eran las 2 y él no llegaba, todos los viernes a esa hora lo hacía  puntualmente. Para Bernarda era su novio amante, a veces calmo, otras impetuoso, encendiéndola como a una hoguera. Llevaban  3 años en  que se habían conocido, y desde el primer encuentro  consagró su amor a Fernando. Él era casado, le decía que gracias a las citas con ella, podía seguir llevándose con su esposa. Bernarda se miró al espejo, era una bella mujer  de encantadora figura a sus 57 años. Se había consagrado a su cita de amor de los viernes, no concebía a  otro hombre en su vida, de solo pensar en Fernando se le humedecía la parte alta de las piernas. Aguardaba que él llegue para elegir las sábanas y fundas que pondrían en la cama, tenían esa costumbre. Pasaron 15 minutos de la hora, ella caminaba de un lado a otro de la casa como loca, mirando cada tanto  por la ventana hacia la calle. Había dejado de fumar y no iba a recomenzar ahora, en tanto  se tomó un vaso de piña colada. Pasada una media hora se preguntaba ¿Qué estará haciendo? ¿Por qué no llega? Le doy lo que me pide y necesita, si su mujer no se lo da, no es culpa mía, me hace y lo hago feliz – pensaba  para sí.

Pasó una hora ¡¡Ya no viene!! ¡¡Ya no viene!!  Le decían sus pensamientos que quería rechazar, la rabia estaba cegando su mente. Nunca habían compartido sus móviles, él sabía llamarla a su teléfono de línea…pero no sonaba ahora…Cuando en el reloj dieron las 4 prendió su televisor, entre las noticias pasaron el choque a las 13,50 horas, a 15 calles de su casa, de un taxi contra un camión. Cuando arribaron los bomberos y la ambulancia, el chófer del taxi y un pasajero de unos cincuenta años habían fallecido en el acto informaba el reporte. Bernarda pegó un grito desgarrador ¡¡No!! ¡¡No!! Me lo quitaron, me quitaron mi vida.¡¡ Ay!! ¡¡Ay de mí!!…cuánto dolor. Arrojándose sobre la alfombra del piso, lloró desgarrada por horas, quedándose encerrada en su casa por días y días.
Dos mujeres que no se conocían entre sí,  llorarían a Fernando, su esposa y su amante. La vida tiene estas cosas, el destino teje hilos imprevistos.


Te saludo visitante!

jueves, 14 de mayo de 2015

El niño que nunca se aburría....(Relato corto)


Pedro era un niño inquieto, su tía Enriqueta decía que "tenía hormigas en el trasero. Como todos, tenía su grupo de amigos más amigos entre sus compañeros de la escuela. Iba en sus momentos libre a jugar en casa de ellos, nunca le preocupó que ellos a su vez no vinieran a la de él. También tenía tres amigos de su edad en el barrio en que vivía, José, Mario y Osvaldo con los que compartía juegos, andaduras en bicicleta y otras travesuras. A los diez años salía con una caja llena de revistas, comic, para canjearlas con chicos de los alrededores, devoraba la lectura con rapidez con lo  que alimentaba su imaginación. Iba al cine una vez a la semana, solo, porque a ninguno de sus amigos le interesaba o no les daban la moneda sus padres.

Pedro tenía diez años, con sus amigos se llegaban hasta una fábrica de vidrio abandonada y destruida que quedaba  a dos calles de su casa, se subían al techo de un cuarto que quedó en pié, allí sabían sacar sus pitines  y orinaban entre risas hacia adelante para  ver quién llegaba más lejos. A unos dos metros debajo había una montaña de arena a la que saltaban una y otra vez. En otros días se llegaban con sus bicicletas hasta las vías de un tren de carga que pasaba rara vez, subían a un terraplén de unos seis metros de altura, se adelantaban con las bicicletas por la vía, hasta llegar a un lugar en el que había una marcada pendiente libre de yuyales. Desde allí se arrojaban barranca abajo contra las chapas del fondo de las casas que terminaban allí, antes del choque, torcían el volante ayudándose con la pierna izquierda sobre la tierra para salir en curva cerrada. A veces el choque contra las chapas se daba y no tardaba en aparecer la dueña de casa con una escoba en mano para echar a los chiquillos.

 Él era el organizador de la fogata de San Juan, todos los vecinos contribuían con maderas del fondo de sus casas, los chicos traían leña de todos lados, ellos no lo tomaban como robo, pero no había madera que se salve de su voracidad. La noche de la fogata era mágica, luego de prender fuego, éste se extendía hasta alcanzar al muñeco a varios metros de altura. A medida que se iba consumiendo la leña los vecinos comenzaban a arrimarse, familias enteras, con sus hijos. El fuego era el centro de atracción como en los viejos tiempos en que era adorado por civilizaciones. A la madrugada cuando el círculo de brasas quedaba formado, el carnicero, Don Juan, traía una riestra de chorizos, el panadero Don Antonio aportaba los panes, para que todos los niños comieras sus sándwiches de chorizo. Don Manuel, el almacenero traía un cajón de bebidas cola. Tampoco faltaba las batatas con cáscara que cada interesado ponía sobre las brasas para que se asen, y  luego degustarlas.  Las cenizas humeantes indicaban que había llegado el final de una noche mágica que quedaría siempre en sus recuerdos. 

Esta historia está ambientada en tiempos antiguos en los que la seguridad de los niños no corría peligro en las grandes ciudades. No existían ordenadores, teléfonos, móviles, tablets, play station, y la calle era el gran patio de juegos, había muy poco tráfico y esos pocos autos se detenían para que los niños dejen de jugar a la pelota en la calle y les dejen  pasar. Hoy parece otro mundo, con mucha tecnología pero también en el que la vida vale poco, a mano de los violentos e inadaptados en lugares super poblados. Tenemos secuestros, violaciones, entraderas (robos al entrar a tu casa) salideras…al salir de tu casa o del cajero del banco, narcotráfico etc. No podemos dejar ir y venir solos a niños y niñas de hasta 14 y 16 años y aún mayores no estamos tranquilos hasta que regresan.
 Con referencia a la seguridad podemos decir que el tiempo pasado fue mejor… ahora está lleno de delincuentes sin que las autoridades les pongan control. Es un completo desorden...   

Bueno amigo visitante, hoy salió esta historia entre tiempos antiguos de mucha tranquilidad y los actuales en que hay que estar con cuatro ojos. En unos días habrá otra. LA AMANTE ¡Te saludo!


  

domingo, 10 de mayo de 2015

AMORES ROTOS (Relato corto)


Pablo tenía mucha piel con Ana, desde que se conocieran seis meses atrás habían sentido una mutua y gran atracción. Cada uno vivía en su apartamento, encontrándose en el de ella dos veces durante la semana y también los sábados. Él sabia quedarse a dormir, partiendo para su trabajo a la mañana siguiente. Ana era insaciable en la cama, él tenía que decirle – ¡para un poco nena, que no soy super man! No obstante en los primero tiempos le gustaban su fuego y voracidad, estaba enamorado y la deseaba solo para él  satisfaciéndola  al máximo.
En algún momento ella le dijo – Voy a hacerte mal, no te convengo, terminé mal con todos los hombres que tuve. Él le replicaba ¿Cómo vas a hacerme mal si te amo y me amas? Y así continuaron los días y los meses. Pablo trabajaba como gestor para una empresa, se movía en medio de un tráfico por momentos infernal, llegaba, entraba y salía  de bancos, industrias y comercios. Su móvil solía sonar, pero él no podía atenderlo. Al fin de la jornada leía los mensajes, eran todos de Ana con preguntas  como ¿Dónde estás? ¿Con quién estás? ¿Por qué no me llamas? Cuando se encontraba con ella le explicaba que su trabajo no le permitía atender y contestar el móvil. Ana, que trabajaba solo medio día como administrativa se enfurecía, hasta que Pablo conseguía calmarla, como siempre con sexo ardiente de por medio.

Cuando salían de vacaciones en fines de semana largos, los pasaban de maravillas, sin un reproche. Pero de regreso en la gran ciudad los celos enfermizos de ella comenzaban nuevamente. Una tarde de sábado en que él dormía en el apartamento de ella, al despertarse notó que no estaba al lado suyo. Se levantó y caminó hasta el Living. Allí la encontró revisando el móvil de él. ¿Qué buscas? – preguntó. ¿Dudas de mí? No, no, exclamó ella sorprendida en falta – Estoy buscando el teléfono de Pedro nuestro amigo. Él no le creyó, se estaba cansando de estos controles de parte de ella. Esa misma noche se hallaban cenando en un restaurante, disfrutando de una buena comida. De pronto Ana luego de darse vuelta y mirar detrás de ella  le pregunta con tono duro… ¿A quién estás mirando? ¿A esa perra de atrás mío?
-¿Qué? ¿Qué dices? No miro a nadie en particular ¿Por qué piensas así? – Porqué lo estás haciendo, ¡No me mientas! Tras decirlo vuelca su vaso de vino sobre la mesa, se pone de pié y le grita -¡Mentiroso! A continuación se retira del lugar. Toda la gente de alrededor miraba la escena. Pablo pagó la cuenta y salió furioso. Ella lo esperaba afuera en una parada de taxis. ¿Te das cuenta del papelón que has hecho mujer? Le grita enervado’ – Disculpa le dice ella, perdí la cabeza, vamos a mi apartamento…te compensaré. Pablo la miró y la vio como era realmente, no era la primera vez que le hacía escenas así…era una compañía tóxica para él. – Toma tú el taxi, caminaré un poco, luego te llamo – Afirmó. Tras decirlo, se dio la media vuelta alejándose. 

Cruzó un gran parque pisando las hojas muertas del otoño que corría. –Están muertas como mi relación con Ana, se dijo para sí. Sentía que Ana era una compañía tóxica para él, ya no sabía si llamarla neurótica o histérica o loca de celos, lo quería controlar, manipular como si fuera un títere. Con el corazón roto dos días después fue a verla, al decirle que no se verían más, que terminaba la relación, ella le dio una bofetada, él levanto el brazo con su mano en el aire, pero se contuvo de devolver el golpe diciéndole,…- mira Ana, ve a ver a un psiquiatra porqué estas totalmente loca y me has perdido por esta razón. Mientras se iba, escuchaba los insultos de ella.Nunca más respondió a los llamados de ella a su móvil, estaba dispuesto a comenzar una nueva vida... 

Muchas relaciones se rompen por celos injustificados…mientras que otras por justificados.


Te saludo visitante, te espero con otra historia en siete días… “LA AMANTE”

domingo, 3 de mayo de 2015

LA MUJER GOLPEADA (Relato)


José llevaba tres meses sin trabajo, le preocupaba el no poder darle a su ex mujer la manutención de Josep, su niño de 10 años. Así, decidió dejar su apartamento caro, mudándose a una casa pequeña en un barrio humilde de la periferia. Llevó solo su maleta su notebook y su bate, no necesitaba nada más, la casa tenía los muebles y enseres mínimos necesarios. Al día siguiente cuando salió al jardín, casualmente también lo hizo su vecina de la casa contigua. Era una mujer joven, de unos 40 años, cabello negro azabache recogido con un broche. Ella luego de saludarlo con un ¡Buen día! Preguntó - ¿Se ha mudado allí? – Si, contestó  José, estaré un tiempo, tal vez hasta que consiga un trabajo. Y usted… ¿Vive sola? – No, no, con mi hija y mi pareja espetó ella. Con… cualquier cosa que necesite llame o pregunte nada más, cerró la conversación. – Gracias, asintió él, le parecía ver tristeza en los ojos de la mujer a pesar de su amabilidad. Así pasaron tres días, él leía los clasificados, llenaba curriculums y los enviaba por correo o los entregaba  en mano en agencias de selección de personal, en algunas tenía entrevistas en las que evaluaban su perfil.

 El viernes por la noche escuchó gritos que provenían de su casa vecina. Se oía el llanto de la mujer – ¡Bruto, no me pegues más! Se notaba que esa bestia continuaba, porque ella entre ayes de dolor sequía diciendo – ¡Borracho, vete de mi casa, no quiero verte más! José hervía por dentro, pero no podía intervenir…por ahora. Retirándose a su dormitorio se colocó los auriculares pasando a escuchar música. Al día siguiente pasado el mediodía vio pasar a su vecina. Salió a su encuentro. - Disculpa, le dijo ya tuteándola - ¿Tu marido te golpea? Ella se quedó un minuto muda, luego le mostró las marcas que tenía en el cuello cubiertas con un pañuelo. – No es mi marido, es mi pareja desde hace unos meses, me conquistó siendo muy gentil y acaramelado, hasta que viviendo conmigo mostró su hilacha de golpeador. Mientras hablaba unas lágrimas caían por sus ojos verdes. – Lo denuncié, cuando vino la policía, que tardó, amenazó mi vida y la de mi hija de 13 años  si decía la verdad, solo dije que fue una discusión pasajera. – Estoy aterrada, siguió, lo he visto mirar a mi pequeña con ojos lujuriosos. José le pregunto donde trabajaba él, y cuál era su horario de salida. Ten calma – Le dijo, veremos que se puede hacer. Se separaron, dirigiéndose José a una entrevista laboral. 


A la mañana siguiente desde la ventana de su casa vio partir al vecino en bicicleta hacia su trabajo. A las 19 horas cuando ya había oscurecido lo esperó a su salida en una esquina a 10 calles de su casa, la zona estaba desierta por el frío del invierno. Cuando pasó a su lado le pegó con el bate de baseboll en el pecho. El hombre que no era muy grande cayó de espaldas sobre el asfalto. Comenzó a levantarse aturdido. José le dijo, ¿así que tu eres el golpeador de mujeres? ¡Cobarde! Tras decirlo le dio la paliza de su vida, a puñetazos y patadas. Arrimando su rostro al del golpeador que sangraba por la boca y la nariz, le dice. – No entres más en la casa de tu mujer porque con mis hombres te cortaremos las piernas y te dejaremos flotando en el río. – Toma tu maleta con tus cosas y tu dinero, que estará en el jardín y ni entres en la casa porque va tu vida en ello. - Y no las busques más a ellas  ¿Entiendes? ¿Entiendes? ¡Repítemelo! - Si…si, no me golpees más, tomaré mis cosas y no las veré más, replicó el maltrecho golpeador. Con su móvil, José llamó a la ambulancia pública… ¡Hola! Aquí en la 64 y 5 de Villaverde hay un hombre tirado en la calle, tal vez lo atropelló un camión (bueno, se veía como tal) ¡Vengan pronto! Asintieron diciendo que en 10 minutos estarían por allí. Antes de abandonarlo José  le recordó que siguiera al pié de la letra sus indicaciones. El golpeador que no podía ni moverse, replicó – Si, si, lo que tú digas.

Al regresar a su casa José le comentó a la mujer lo sucedido. – Pon sus cosas en una maleta, y su dinero también, déjala en el jardín cubriéndola con una tela de nylon por si llueve. Cambia la combinación de tu cerradura, y vete con tu niña por dos o tres días a casa de un familiar. Cuando pases y veas que se llevó su maleta, ven a vivir nuevamente aquí. Ella lo abrazó – ¡Gracias! ¡Gracias! Me has quitado una pesadilla, haz de ser un ángel que vino. Luego se marchó a empacar rápidamente algunas cosas de ella y su niña. José dos días más tarde recibía un mail, lo habían tomado para una empresa importante  como resultado de entrevistas que había tenido. Al salir, vio que la maleta del jardín no estaba…pronto volvería la mujer.
La vida tiene estas cosas, la policía se escabulle de atender estos conflictos internos de pareja, existen comisarías de la mujer que están preparadas y fuertes en el tema. Cuando la ley y la justicia no actúan a veces entra el hombre por mano propia, en general amigo o familiar de la víctima. La mujer encontró pronto un trabajando cuidando enfermos, José volvió a su apartamento anterior y así…la vida continúa.


Te saludo visitante, en una semana habrá un nuevo relato “AMORES ROTOS” Te espero si gustas…