viernes, 1 de diciembre de 2017

Pasión y fuego


Dormía  en su casona de Adrogué, el calor había sido asfixiante durante el día, un trueno espantoso le hizo dar un brinco en su cama. Lo primero que vio es que ella no estaba a su lado, se encontró transpirado, recordó haberse acostado rendido por lo que se había dormido  de inmediato. Por  el ventanal observó que se había largado a llover, se levantó  desnudo, bajo la llovizna divisó que ella estaba parada sobre el césped con su camisón rojo de fina tela. La prenda se adhería a su cuerpo permitiendo ver sus marcadas y amadas  formas. Levantaba  los brazos hacia el cielo disfrutando del agua fresca, él salió, acercándose por detrás, la tomó de la cintura pegándose a su espalda. Ella se sobresaltó dando un pequeño grito, enseguida lo reconoció por su virilidad. ¡Me asustaste! Dijo. ¿Cómo me reconociste? Replicó él. Por tu perfume – afirmó ella mientras se echaban a reír como locos. ¿Qué te parece si…? –preguntó él. Sabes que estoy siempre lista contigo – afirmó ella. Él le quito con delicadeza el camisón rojo e hicieron el amor bajo la lluvia, estrenando un lugar nuevo para hacerlo. Empapados, luego de revolcarse por el césped, él la levantó en sus brazos, entrando juntos hasta el baño en el que se dieron una ducha tibia. Amor- Preguntó ella, llevamos un año de casados, ¿Seguiremos divirtiéndonos así dentro de unos años?  Por supuesto – afirmó él, no te salvaras de mis travesuras y deseos dijo,  mientras hundía sus labios en la boca de ella…..Vamos a ser viejitos un día lejano y te seguiré amando con lo que tenga y  pueda, volvió a afirmar él… Ella gozó con el comentario, disparando una sonrisa que a él… lo provocó nuevamente….

Bueno, cada tanto estoy un poco travieso en mis relatos, espero te hayan gustado las andanzas privadas de esta pareja  


sábado, 16 de septiembre de 2017

ACOSO...

Carla llevaba 10 horas manejando su Toyota por la ruta, le faltaban unas seis horas más para llegar a Bariloche en la Patagonia. (Solo se había detenido una vez para cargar combustible, tomar un café y fumarse un cigarrillo). Miró su reloj, eran las tres de la madrugada, sentía cansancio en los ojos. Bajó la velocidad para ubicar un lugar en el que pernoctar, minutos después vio el cartel… Alojamiento a 50 metros. Giró el volante, entró por una calle  de tierra, deteniéndose  frente a un edificio de dos pisos, dos faroles con luces amarillentas se hallaban junto a la puerta vidriada de entrada. A la derecha rezaba un cartel de Estacionamiento, entró su vehículo estacionándolo en una de las cocheras. Las demás estaban vacías. Bajó con su maleta pequeña, activó la alarma, y se dirigió al hotel. Traspuso la puerta acercándose a un mostrador, tocó una campanilla. Repitió el llamado dos veces más hasta que apareció por detrás de una cortina un hombre alto, de piel morena. Se paró frente a ella sin decir nada. Carla espetó – Buenas noches. ¿Tiene habitación disponible? Será hasta las diez, luego partiré.

El hombre tomó una llave de un tablero a su espalda. – Habitación 9 por ese pasillo, son mil pesos y abona ahora le dijo. – ¿Puede mostrarme la habitación primero? Pidió ella. –Sígueme, y comenzó a caminar por un pasillo con luz mortecina. Al llegar abrió la puerta prendiendo la luz interior. Carla pudo apreciar una cama de dos plazas cubierta por un acolchado azul, lo corrió un poco para ver las blancas sábanas. Luego vieron el baño, que era amplio, con bañera. – Tiene agua caliente si desea usarla comentó el hombre mirándola fijamente. Si, si, ya veré, gracias, respondió, le pagó,  acompañándolo hacia la puerta y cerrando con llave tras su salida. Respiró aliviada, que hombre de pocas palabras, parece Boris Karloff -  se dijo para sí. Se quitó las botas y las medias tirándose sobre la cama para apreciar la firmeza del colchón.  De inmediato se levantó, le llamó la atención la cantidad de cuadros con rostros obscuros sobre las paredes. Pero no perdió tiempo, caminó descalza hasta el baño, abrió el grifo de la ducha  dejando que el agua  alcance la temperatura ideal.  En el dormitorio se quitó su trajecito verde musgo, su camisa de seda, al quitarse el corpiño tuvo la extraña sensación de que la observaban, era muy perceptiva, luego se quitó su bombachita negra, tembló aunque no hacía frío. Se cubrió con una toalla ingresando al baño. Disfrutó de la ducha caliente, mientras pensaba que estaba paranoica. Minutos más tarde luego se secarse se miró al espejo y sonrió – Que bien que te ves – se dijo, luego se echó a reír por sus ocurrencias. Al volver al dormitorio, mientras se ponía el pijama tuvo la misma sensación de ser espiada. Rápidamente se metió en la cama…a los pocos minutos dormía plácidamente. Al despertar miró el reloj, eran 9 horas, estiró los brazos y se levantó.

 Quince minutos más tardes estaba vestida y con su maleta en mano, abrió la puerta y salió al pasillo, caminó hacia la salida, al final el hombre estaba parado en el medio. ¿Te vas? –preguntó. – Sí, claro. – Estabas  hermosa desnuda espetó  – Te devuelvo tus mil pesos y mil mas si te quedas un par de horas conmigo, dijo. Carla se horrorizó, pero se hizo fuerte, con una sonrisa se acercó hasta el hombre. Ya a su lado,  le pegó una patada en los testículos, mientras él gritaba ¡perra!  se doblaba de dolor. Carla echó a correr, salió del hotel, accedió a su automóvil, le dio encendido y salió marcha atrás, notó que tenía una cubierta en llanta, el H de P  se la habría pinchado. Ya en la calle, salió hacia la ruta, manejó unos 20 kilómetros. Llegó a  una estación de servicio, allí, mientras tomaba un desayuno, le cambiaban la cámara y la cubierta por nuevas. Desde su celular le contó a una amiga por lo que había pasado, entró en llanto no pudiendo seguir. Desde el otro lado le decían – Llora, descárgate,  pero  estás  bien ahora¡¡ tranquilízate!!......


Te saludo visitante, creí que nunca volvería a escribir, pero estando de vacaciones  ha salido esta historia…

viernes, 1 de septiembre de 2017

¿Tenemos el gobierno que nos merecemos?

Nosotros lo ciudadanos comunes, tenemos el poder del voto, el de elegir a nuestros representantes. Ahora,  los elegidos son por mayoría, en esta última elección de fines de 2015 es la primera vez desde 1983 que es electo un gobierno que yo elegí. Así que no me siento culpable por lo malo que hicieron los que no voté. 
Al actual le  está resultando difícil remontar el estado económico financiero que le dejó el anterior que era populista. Dejaba a mucha gente contenta porque no aumentaba las tarifas de luz, gas, agua, transporte, en los doce años de gobierno que estuvo. Al actual le tocó aplicar aumentos que si bien terminaron siendo escalonados no bajaban del 300 al 400 % . Eso le creó un clima de protestas, pero debía hacerse para que surjan los recursos para invertir en esas áreas y no se produzcan más cortes de energía eléctrica. Aumentó los subsidios para que jubilados, pensionados y personas con bajos recursos continúen con los mismos. También puso en marcha un plan de reparación histórica para que dos millones de jubilados salgan del haber mínimo que apenas les alcanzaba para vivir. 
Un país productor de alimentos no es posible que tenga un 30% de pobres, el nuestro tiene que crecer, no es posible que vayamos para atrás. 

Muy buena parte del problema se debió al alto grado de corrupción desde lo más alto del gobierno anterior, descendiendo por todos los organismos del estado, en el que los dirigentes engordaban sus bolsillos de manera inconmensurada. La obra pública fué una gran caja de la que se beneficiaban los proveedores pasando sobreprecios  y el organismo que se las otorgaba a través de retornos. El gobierno actual, no pensó al asumir que la papa caliente que le dejaban era también como una bomba a punto de estallar. Hoy hay transparencia en las licitaciones, se hacen en tiempo y forma, el asfalto y las cloacas llegan a barrios que en su vida los habían tenido. El trabajo que tienen por delante va a llevar más de los cuatro años de gobierno que tienen. Si llegan a fin del 2019 sería la primera vez que un gobierno no del mimo palo que el anterior finaliza su período gubernamental. Podría ser reelecto por un nuevo período pero eso el tiempo lo dirá.
Por aquí se ha abierto la llamada "Grieta" los que están a favor de los anteriores (Que cada vez son menos) y los que están a favor del actual aunque les duela el precio que tienen que pagar. Aunque le sea difícil manejar el barco deben seguir haciéndolo para llevarlo a buen puerto. 
Luego de tanto tiempo sin escribir aparezco con este tema, una lectura me motorizó para hacerlo, después de todo la libertad de expresión es lo que vale. Sin que se ofendan los que no están de acuerdo. 

Te saludo amigo visitante. 

viernes, 17 de marzo de 2017

La culpa...


Pablo se hallaba junto a la ventana, el sol brillaba. - Hoy voy a tener un buen día pensaba. Sonó su celular, prestamente lo atendió. Una voz desconocida de mujer le dice ¡el automóvil de Mariana entró en el hotel Bristol! tras decirlo corta. Se quedó helado, no identificó el origen del llamado, seguramente provenía de un teléfono público. 
Conocía el Bristol de pasar por el lugar, estaba en las afueras, era un sitio de encuentros de parejas. Mariana era su novia pero no convivían. ¿Quién diablos? – se preguntó. ¡No es posible! No lo creyó ni quería creerlo. Llamó por su celular a Mariana, ella no contestaba. Quería olvidarse del tema siguiendo con sus actividades.

Pero los pensamientos lo martirizaban, finalmente llamó a su hermana Lorena. Le pidió que lo acompañe a una gestión, ella extrañada accedió. Juntos, veinte minutos después llegaron en su automóvil hasta la entrada del hotel, pagó para entrar, entre los vehículos estacionados halló el de Mariana. 
Conmocionado, furioso se retiró del lugar. Eludió las preguntas de Lorena con evasivas. Volvió a llamar a Mariana por su celular, ella contestó – Hola mi amor ¿Cómo estás? – Yo bien ¿Y tú? - Con mucho trabajo, hoy viajé mal, mi hermano Marcos me pidió el automóvil y me dejó de a pié jajaja. Esa respuesta y esa risa retornaron el alma al cuerpo de él. - Te quiero mi amor – afirmó, ya te contaré el día que pasé – respondió con un sentimiento de culpa…

Es malo prejuzgar, hay que hallar la verdad. Te saludo visitante.

lunes, 30 de enero de 2017

El destino los unió.


Lucía llevaba seis meses viviendo en esa casa del Barrio de Palermo, su padre era un empresario de muy  buena posición económica. No había hecho amistades nuevas, en realidad era por su culpa ya que no saludaba ni a los vecinos más cercanos. Algunos la consideraban una engreída y daba motivos para ello. Ella estudiaba Ciencias Económicas y desde que se mudaron allí había quedado distanciada de las amigas con las que solía salir. Ese sábado de enero a  la una de la madrugada se encontraba sola en la casa, estaba en el dormitorio de la planta alta, tendida en la cama en su bombacha y corpiño negro, que resaltaba el blanco de su piel. Escuchaba música a la luz de un pequeño velador de mesa, de pronto le parece escuchar un ruido, baja el volumen para prestar atención y no escucha nada. Sigue con la música, hasta que cree escuchar un ruido nuevamente. Esta vez baja el volumen, se levanta, abre despacio la puerta de su dormitorio, asoma la cabeza y  ve el movimiento de linternas en la planta baja de la casa. Horrorizada, su corazón comienza a latir aceleradamente. ¡Qué hago! ¡Qué hago! Pensaba para sí, cierra con llave y retrocede hasta el ventanal de la habitación, sale al balcón, quería huir desesperadamente, mira el balcón vecino, estaba a un metro del suyo. Se para sobre la baranda y salta, queda agarrada de la baranda del otro hasta completar la subida. Iba descalza y con un raspón en la rodilla, su estado físico era muy bueno por la práctica de hockey sobre patines que hacía.

 Frente al ventanal, corre la hoja de aluminio e ingresa. Una luz difusa, le permitió ver a alguien acostado en la cama. Entre el miedo y la desesperación sacude los hombros del durmiente. El que estaba acostado salta como un resorte, incorporándose. Eh! Eh! ¡¡Que sucede!! Prende  la luz y ve a la joven semidesnuda frente a él. ¿Qué es esto? Pregunta. ¿Una broma?  O un regalo,  afirma ya con una sonrisa. Lucia no sabía si cubrirse o hablar, pero pronto le dijo. Soy tu vecina de al lado, entraron ladrones a mi casa, escapé hacia la tuya. El se levantó, era un joven de cuerpo atlético y bronceado. Le tendió la mano, soy Marcos, dime ¿Están ellos allí ahora? Si, si, de allí vengo huyendo. Pues bien, llamo ya al 911 y en minutos llegaran. Luego de llamar, explicar la situación  y dar la dirección. Toma de la mano a Lucia y juntos van a la cocina del departamento. Allí le dice que  se quede tranquila, que van a tomar un buen café y pronto esto pasará a ser un mal recuerdo. En tres minutos estaba sirviendo los cafés, al ver su rodilla le dijo - Si me permites te pasaré un algodón con desinfectante para mejorar pronto tu herida. Ella accedió, el suavemente limpió la herida, y terminó poniéndole una gasa con cinta adhesiva.


Marcos dijo luego, esta situación es increíble, estamos aquí  los dos en paños menores, te veía cuando salías pero tú ni mirabas –Si, disculpa, me mudé enojada con mi padre, eso mantenía mi mal humor. Ahora no tengo más que agradecimiento hacia ti. Marcos la miró, pensó lo bonita que era, sonrió, y terminó buscando en su placar un pijamas para que se ponga Lucia, luego de ponérselo parecía embolsada, el recogió la botamanga de los pantalones, ella el largo de las mangas. Desde la ventana vieron el movimiento policial, y como los delincuentes salían y se entregaban ante el cerco de seguridad creado. A partir de allí bajaron y se presentaron a las autoridades, que les tomarían declaraciones en la seccional. Lo único que pidieron es que les dejaran vestirse para ir a declarar. Antes de separarse Lucía le dio un beso en la mejilla a  Marcos, quién le dijo, pronto nos veremos fuera de este embrollo… Será un placer afirmó ella… y aquí comienza una nueva historia entre dos almas que se conocieron en circunstancias poco comunes.  

Te saludo amigo visitante, escribo poco pero aún estoy en el ruedo...