miércoles, 22 de septiembre de 2010

Silencio que duele ¡Industrias paradas!


El trabajo genera recursos que mantienen familias, las personas no somos islas, dependemos unos de otros, como vasos comunicantes. Necesitamos generar nuestro propio ingreso, cada uno se realiza con y en lo que hace, el trabajo nos dignifica. Los subsidios son una solución temporal para los que necesitan utilizar su intelecto, artesanía, creatividad, dinámica. De lo contrario pueden enfermar, tener problemas en su casa, etc. “El ánimo de las personas cambia si no tiene empleo” estando en condiciones de salud para hacerlo.

Si bien me gusta el silencio nocturno en días de semana o en amaneceres, cuando se va poniendo lentamente en marcha la actividad laboral. No puedo olvidar el silencio de la no producción, con disminución de servicios, ése si que duele, por cierre de establecimientos. Sobreviene en las épocas de crisis, como consecuencia de políticas económicas mal dirigidas ya sea por ineptitud, obedecer directivas externas, erróneas, interesadas. Efecto dominó no previsto. O bien por contemplar los intereses de los gobernantes de turno y no por el del bienestar general del ciudadano común. Ese silencio duele por lo que representaba, con todas las consecuencias que seguiría originando en la gente, hasta retomar rumbo hacia adelante retomando la estabilidad y el desarrollo.

En estos días mientras me movilizo aquí por mis actividades, veo el movimiento de la gente, hacia o en sus distintas ocupaciones con buen ánimo...(¿será que influye la llegada de la primavera?) Al margen de convivir con una cantidad de problemas en común, que siempre faltan por resolver, cada uno de nosotros tenemos los propios. Cada país también los tiene, en general son similares o los mismos, solo difieren a veces en las épocas en los que se originan. Estamos muy lejos de lo ideal requerido, pudiendo éste ser posible. ¿Seguirá siendo una utopía? Es un comentario mío, procurando no extenderme. ¿Tu que opinas?