domingo, 28 de octubre de 2018

ENCUENTRO DE PIELES.


Marcos entró a ese restaurant que también tenía pista de baile, venía amurrado por una infracción de tránsito que le habían hecho por estar mal estacionado. Había llegado junto al agente y le pidió que no la hiciera,  que solo se detuvo por dos minutos, pero no hubo caso, al menos consiguió que no se lo lleve el remolque. Trasladó  su automóvil a un estacionamiento y luego decidió ir al restaurant. Se sentó a una mesa pequeña, pidió una coca con Fernet  y comenzó a mirar el entorno. Dos mesas a su derecha se hallaba una bella mujer sola, solita. Le sacó una radiografía, cabello lacio, cutis bronceado, pechugona, y un par de ojos negros impactantes,  que por unos segundos lo miraron. Eso ya le hizo olvidar de la infracción surgiendo el galán. Luego de dos cruces más de miradas se puso de pié acercándose a su mesa la invitó a bailar, ella lo miró a  los ojos, antes que conteste él le dijo... 

¡Vamos, dale, no perdamos tiempo, seguro que te gusta bailar! Ella soltó su sonrisa, se puso de pié y en la pista bailaron sueltos al ritmo de la música movida. Luego vinieron los lentos, cuerpo a cuerpo, piel a piel, conversaban todo el tiempo, él le susurraba al oído palabras bellas, ella sonreía. Habían intercambiado sus nombres, ella se llamaba Mariana.  Los ojos de ambos brillaban, siguieron una  media hora en la pista. La temperatura de Marcos había subido, ella lo notaba en los cuerpos juntos. Entonces Mariana dice… Vivo a dos cuadras de aquí ¿Quieres pasar a tomar un café? Marcos tocó el cielo con las manos. ¡¡Claro que sí!! Te acompaño donde quieras. Salieron tomados de la mano, como si fueran viejos amigos. Al llegar al edificio, pasaron por el Hall de entrada, tomaron el ascensor hasta el noveno. Marcos no pudo aguantar y se dieron un besazo que duró los nueve pisos. Bajaron, ella abrió con su llave, entraron al departamento. Mariana  alcanzó a decir ¿Preparo el café? Él ya se estaba quitando la camisa, luego le quitó la blusa a ella, en dos minutos más quedaron como llegaron al mundo. En la alfombra mullida del piso estallaron por primera vez, la segunda fue en la cama. Y allí quedaron abrazados... mientras la noche caía y la luna iluminaba sus cuerpos de amantes.

Hay gente que tiene suerte.Marcos la tuvo.

No contaba con tiempo para escribir, hoy pude hacerme un lugar,
 (La alineación salió como quiso, pero la podrán leer igual)

Te saludo visitante,

sábado, 20 de octubre de 2018

AMOR DE PAREJA.

No es lo mismo un... "Te necesito" que un... "Te amo" puedes necesitar muchas cosas diferentes. Pero el amor de pareja implica una gozada con múltiples actitudes que se demuestran entre los que se aman...

domingo, 14 de octubre de 2018

A mi vecina le gusta tocar.

Los vecinos juegan un papel importante en nuestras vidas, no los podemos elegir, están desde antes, o llegaron después que nosotros. Pueden ser buenos o hacernos la vida imposible. Les decimos *buenos* a los que no nos molestan, con ruidos, gritos, música en alto volumen y otros. Son los que nos saludamos cuando nos cruzamos, están cuando los necesitamos, así como nosotros para ellos. Hace poco tiempo se mudó una vecina nueva a un apartamento tipo casa pegado al mío. 

Sola y muy bonita, me alegré por supuesto y cuando estaban descargando sus muebles me acerqué, para darle la bienvenida, extendí mi brazo , ella tomó mi mano con la suya, luego con un seco comentario de ¡Gracias! se dió la media vuelta y continuó con lo que estaba haciendo.

Tres días más tarde, la temperatura era de 30°C, ella sale a su pequeño jardín, llevaba una blusa roja y un short cortito en tela de Jean con flecos. En un momento, estando de pié, se inclina quedando a 90°, su trasero bonito quedó apuntando hacia mi que miraba por la ventana. Me acomodé mejor en un sillón para contemplar el panorama. Por un instante pensé si no lo estaría haciendo a propósito. Justo, al minuto la veo ponerse de pié y mirar hacia mi ventana, automáticamente impulsé con mis piernas el sillón para atrás.

Esa noche, y las siguientes la escuché tocar un piano, tocaba tanto música clásica, como tangos o folklóricas. Mis oídos disfrutaron todo lo que oían, me consideré afortunado por tenerla de vecina, Por ahora atraído por su música. Tal vez en un tiempo hablemos, nos conozcamos más, y nuestros corazones compatibilicen. Tal vez, solo tal vez...

Estoy volviendo a escribir sin ser escritor. Deja tu comentario si gustas...
Te saludo visitante.

viernes, 5 de octubre de 2018

Engañada por las apariencias.

Pilar salió de su casa diez minutos más tarde de lo habitual, con su trajecito gris perla de pollera corta y el cabello aún húmedo. En sus zapatos con plataforma apuró los pasos para llegar a la parada del transporte colectivo. Eran las 6 de la mañana en punto, el lugar estaba desierto, se le había ido el bus de menos diez. Se preocupó por estar sola, estaba oscuro, solo la luz de la calle iluminaba el lugar. Se dirigía a su trabajo de programadora en el centro, cuando salía de allí se corría hasta la facultad de ciencias económicas. Con 22 años cursaba el tercer año, no le importaba ir despacio con la Facu ya que necesita trabajar. Vio acercarse a un hombre de espaldas anchas, estatura mediana, vestido con ropas humildes. Cuando lo tuvo cerca vio su rostro de piel obscura, con una cicatriz en el pómulo derecho. Tendría unos cuarenta y tantos años. Sintió miedo, y se separó dos metros de él, es que ocurrían tantas cosas terribles. El hombre mantuvo la distancia, mirando cada tanto si venía el colectivo. 
Pilar observó que un joven se arrimaba a la parada, iba bien vestido y era buen mozo, su presencia le dio más tranquilidad. De pronto el joven se acerca a ella, la tapa con su cuerpo de la vista del otro hombre, arrimandole una navaja a la cara le pide entregue su cartera, celular, y dinero. Le dice – calladita o te corto la cara. Aterrada le estaba entregando lo que pedía, cuando una mano toma la del joven y la retuerce hasta que la navaja cae al piso junto con él. El hombre moreno le dice, vete de aquí y no vuelva porqué te desfiguro la cara a golpes. ¡Búscate un trabajo atorrante! Su mirada echaba fuego, y su mano tenía una fuerza descomunal. El joven dejó la navaja en el piso y echó a correr. Pilar dejó caer unas lágrimas por la tensión sufrida. ¡Gracias! ¡gracias! espetaba,- pensar que yo le tenía miedo a usted, le dijo al hombre. - Mira Niña, soy albañil, tengo brazos y manos fuertes, pero vivo de mi trabajo. No pude evitar meterme. Ten cuidado, detrás de rostros amigables puede haber monstruos horribles, y detrás de rostros poco agradables, personas nobles. Acuérdate siempre. 

El colectivo venía, los dos subieron y tomaron asientos separados, Mariana no pudo reprimir el impulso se levanta y le da un beso en la mejilla al desconocido que la había ayudado. El hombre sonrió y se acomodó en el asiento, bajando la cabeza para descansar durante el viaje. 

Nota:Este relato ya lo hice hace tiempo y lo vuelvo a compartir, el tiempo no me permite por ahora escribir nuevos. En la brevedad posible espero volver. ¡Saludos.!

Migue