
– Hola mamá, tengo una buena noticia, me he
ganado en el trabajo como premio, una estadía de seis días en un tiempo
compartido en Mar del Plata. ¿Porqué no vienes conmigo? E s para una pareja,
pero sabes que me he peleado con Marcela. Carmen pensó que sería mejor esperar
fuera de su casa que en ella y le contestó que si a su hijo. Así, al día siguiente salieron, eran 400 km a recorrer,
en cinco horas llegaron. Por la ruta Vieron el cartel de ingreso al predio, se
desviaron, hicieron un par de kilómetros encontrando el lugar, Marcos aparcó su
auto que era un Fiat Modelo 94 impecable, entre suntuosos y modernos vehículos que
no bajaban de modelo 2010. Se anunciaron ante la vigilancia del lugar, quienes
les dieron paso, avanzaron por un camino bordeado por pinos y parque con césped
alrededor. Así llegaron a la recepción, les impresionó un enorme salón, con
sillones repartidos para los visitantes, un piso de impecable brillo, hacia la
izquierda y derecha con una separación de unos 25 metros dos escaleras que
conducían a un entrepiso. La recepcionista les tomó los datos, indicándoles luego
como llegar a su apartamento. Caminaron por pasillos bajo una fina llovizna
mirando los números de los apartamentos hasta llegar al suyo. Tenía dos
dormitorios uno matrimonial y otro con dos camas marineras, una cocina con
todos los utencillos y un comedor con gran ventanal que daba al parque
arbolado. Acomodaron sus ropas en los placares, y prontamente fueron a almorzar al restaurante
que estaba en el entrepiso del salón de entrada.
Carmen subió con dificultad la
escalera, diciendo que no se esperaba que hubiera que subir para ir al comedor.
Si bien era fuera de temporada, había bastante gente en el lugar, fueron
estableciendo conversaciones con gente proveniente de distintos lugares del
país. Afuera el clima seguía con lluvia y viento, así que socializarse era el
mayor entretenimiento. No obstante
Carmen iba todos los días a la pileta climatizada del lugar, también tenía
Spa pero no lo utilizó, los anfitriones procuraban hacerles pasar lo mejor
posible, en una sala de cine interno
vieron una película que les gustó mucho. Al tercer día Carmen notó que las
rodillas no le dolían al subir las escaleras,
así pudo hacer unas caminatas por los alrededores del complejo. El día
anterior a la fecha de regreso, papá sol les regaló un día espectacular, el
micro del lugar los acercaba hasta el balneario privado que tenían, allí
ocuparon una carpa con vista al mar. Por una escalinata descendían hasta la
playa, de allí a la zambullida había solo segundos, las bromas con otros
matrimonios y personas solas con las que se habían conocido iban y venían. Más
tarde hubo juegos muy divertidos en la playa que organizaban las coordinadoras,
Marcos se ganó tres premios y Carmen dos. Esa noche de cierre, hubo música y
baile en el salón, las mujeres, más
atrevidas que los hombres bailaban casi todas, eran unas diez o 12 y solo dos
hombres. La vitalidad de Carmen era
sorprendente. El regreso a Buenos Aires, habiendo intercambiado una serie de móviles
con conocidos en el lugar, fue sin problemas. Carmen no fue nunca a ver al
médico, seguramente no le habría encontrado nada, llegó a la conclusión que sus dolores si bien habían sido reales y
dolorosos, eran psico somáticos, originados en la mente, por estrés, crisis no
resueltas, que repercuten en el cuerpo físico. Estos trastornos somáticos pueden
afectar la piel, con manchas,tipo psoriasis, u otras partes del cuerpo, en personas
más sensibles que otras.
Así que, amigo visitante, procura soltar lo que te
molesta, cambiar, viajar, etc porque sino…. por algún lado revienta.