Parte 2 y final. Comienza por la 1, no verías solo el final de una película ¿No?
– Ingresaron, una lámpara iluminaba con luz tenue la habitación. De pié sobre la mullida alfombra él desabrochó su blusa, mientras ella hacía lo mismo con su camisa, les llevó un minuto estar desnudos. Claudio besó su hombro, susurrándole al oído, ve mujer, espérame allí. La miró caminar de espalda, se inclinó adelantándose oculto hasta el pie de la cama, deslizándose luego lentamente bajo las sábanas. Ella se inundaba de placer hasta que el rostro de él surgió frente al suyo, elevó los brazos, cruzando sus manos detrás de su cuello, mientras decía, despacito, despacito, ámame en cámara lenta. No hubo más palabras, solo suspiros en medio de los enamorados, mientras danzaban en el juego al que la pasión les llevaba.
Habría pasado más de una hora, Claudio estaba relajado con los ojos cerrados, cuando escuchó el ruido de la ducha. Miró hacia el baño que tenía sugestivamente la puerta abierta, era Lucia bajo el agua. – ¿Quieres que te hagas unos masajes? – Preguntó. – Ven, si quieres.- Contestó con una sonrisa. – El ingresó, cerrando la puerta de vidrio detrás de él. Lo opaca de la puerta tan solo permitió ver que los masajes, se convertían en movimientos que sugerían un nuevo frenesí pasional. Mas tarde envueltos en sus batas se echaron nuevamente en la cama. El miraba el cielos-raso, tarareando una canción, ella apoyaba la cabeza en su pecho. Luego de un suspiro dijo debemos ponernos en marcha- ¿No crees? – Uy, uy, tienes razón, a vestirse que la vida continúa. Salieron por la puerta de atrás que daba al estacionamiento, una vez en el auto, Claudio, giró la llave, arrancó su Renault, buscando la salida hacia la colectora. Doscientos metros más adelante subió a la autopista, dirigiéndose hacia el centro de la ciudad, comenzó a acelerar, en veinte minutos llegarían. Viajaban en silencio.
- Sabes una cosa dijo él de pronto. – ¿Qué?, preguntó ella.
-Voy a llevarte a mi casa. - ¿Estás loco? ¿O se te ha volado una chaveta?
-Calla, calla, tan solo ven conmigo, dijo mientras ingresaba por una calle del barrio de Quilmes, iba aminorando la marcha, accionó el control remoto por la ventanilla, el portón de su garaje se abrió, una vez dentro, bajaron los dos ingresando por una puerta al living. La luz se hallaba encendida, una joven con los ojos adormilados, los miró al entrar.
- Lucía dijo, míralos, ¿No parecen ángeles nuestros hijos? - Si, amor, los niños son ángeles, los que hacemos travesuras somos nosotros jugando a los amantes, pero es hermoso ¿No crees?- Si, Claudio la rutina mata a muchas parejas, pero vayamos a dormir que en pocas horas comienza nuestro día normal. - Tú te puedes quedar una hora más como premio si quieres jajaja, yo luego me llevo el auto y dejo a los peques en la escuela. - Mi premio eres tú y los niños contestó él, mientras se desparramaba vestido en la cama.
Bueno, tal vez me haya salido un poco desprolijo el relato, tampoco soy escritor, pero fuera de estadísticas, el amor perdura en las parejas que saben mantener una relación madura, equilibrada, respetuosa, con componentes y matices que no dejen apagar el fuego.
¿Tú que opinas?
20 comentarios:
Genial, has mantenido el suspense hasta el final y, además, con moraleja, dando ideas para no dejar morir de aburrimiento el amor.
Me ha encantado.
Besos
Gracia María,hay muchas formas para no caer en rutinas,el tema es que ambos estén en una misma sintonía.
Besos
Te seguí todo el relato Migue, me atrapaste y la verdad que pienso que el poder crear junto al otro, sorprender, es lo que no haga que el amor muera.
Que suerte que volviste =)
¡Gracias Sil!Eres muy dulce,si se acaban los presentes simples como una flor,las salidas cada tanto solos,así como darse libertad y confianza se apaga lentamente el amor.
Jajajaja me has sacado sonrisas con el final, la verdad es que no me lo esperaba ¡pero qué bueno ha estado! te lo digo en serio, no me esperaba un final como éste, y tengo que decirte que me ha encantado este relato de dos partes.
Es maravilloso que un matrimonio juegue a amantes, porque además, es necesario salirse de la rutina, para acercarse a ellos mismos, porque también son necesarios esos momentos para ellos dos, porque el amor hay que alimentarlo cada día, y también es necesario escabullirse de la monotonía.
Maravilloso este relato, te felicito, y sobre todo, por el final tan inesperado jajaja.
Un beso.
Excelente con un gran final con moraleja incluida. Excelente. Un abrazo.
María,¿Has visto que final? no hacía presuponer al principio algo así.Los matrimonios, y parejas con hijos,o sin ellos pasan por un delicado equilibrio en éstos tiempos. Los ingredientes de rupturas son muchos,aquí lo he enfocado desde el lado de la rutina que tiene peso gravitante en la relación.
Un beso.
Alma, gracias amiga, eres muy generosa con tu comentario.
Un fuerte abrazo para ti.
Gran relato Migue, y así es en la vida real, cuantas parejas mueren por dejarse llevar por la rutina y la monotonía ¡¡cuantas!!
Hola Nico,a veces una de las parte quiere romper rutinas tediosas, no prestándose la otra, llevando la pareja a un final que podría haber sido evitable.
Me encantaron tus relatos, Migue, bueno y como no tienes nada nuevo te dejo mis saludos deseándote un feliz día.
Ya veo que en tu blog tampoco hoy aparecen los seguidores, en los míos tampoco, ya llevamos varios días, a ver cuándo lo solucionan.
Un beso, amigo.
María, has traído con tu visita a los seguidores jajaja. En cuanto a relatos,todavía no puedo estar mucho tiempo sentado frente al ordenador,sí, con natación y otras actividades movidas.
Ya llegará lo nuevo,te retorno mis saludos amiga.
De vez en cuando hay que romper un poquito con la monotonía del dia dia,que si no nos colapsamos.También hay que divertirse,de vez en cuando...:)
Un placer conocerte.Un abrazo!
Nuria, bienvenida! tienes razón, colapsamos,si no somos un poco creativos saliendo del día a día,la diversión,risas y sonrisas son una válvula para el corazón.
¡¡Un abrazo!!
¿Sabes qué opino? ¡Que eres un maravilloso escritor que nos ha tenido en vilo dos capítulos para enrostrarnos una estupenda moraleja! ¡Ay, cuánto aprenderíamos de tus relatos cuando la rutina ancla sus filosos colmillos en nuestro ir y venir! Astutamente los protagonistas encontraron una feliz fórmula de ser "decentemente" infieles.
¡Mil abrazos, escritor amigo!
Hola Julio,agradezco tu comentario sobre el relato.¿Has visto que pronto estamos conversando como viejos amigos? me gustó lo de "decentemente infieles" ahora, que me tildes de escritor...es demasiada tu generosidad, tan solo soy un hombre que escribe, un poco de ésto, otro poco de aquello.
¡Un abrazo para ti,escritor amigo!
Me ha encantado tu relato,todo un placer,ademas tema complicado,un abrazo.J.R.
Gracias José Ramón,por dejar tu huella comentando aquí. El tema es complicado, pero arduo veo el excelente trabajo que llevas en tu espacio, ensamblando poesía con imágenes.
Un abrazo.
Jajajaja, pues me he quedado de una pieza. No esperaba para nada ese final, pero si te soy sincera me ha encantado. Es una buena manera de mantener encendida la llama a la que me refería en el comentario de la primera parte. Con los años las parejas se enfrian mucho y llegan incluso a quererse como si fueran hermanos mas que marido y mujer y este tipo de travesuras es un ejemplo de lo mucho que las pequeñas cosas pueden lograr en todos los ámbitos de la vida.
Para no ser escritor, se te dan muy bien estas historias Migue. Sigue cultivándolo.
Un besito amigo.
Belkis,me gusta tu risa,en realidad la risa es también un premio al final del relato.Que las parejas se quieran como hermanos,es como si flotaran en lugar de vivir.Alguno de los dos ha de sufrir,o vivir esperando al otro.Con el aliento de mis amigos bloggeros, creo seguiré escribiendo historias en este espacio,así saldrán cada vez mejor.
Gracias amiga,un beso.
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