Llevaba dos años viviendo en un apartamento, allí en el
segundo piso “B”, de la calle Alvear. El contiguo, el “A” estuvo desocupado casi dos meses. Ese domingo
escuchó ruidos, alguien se habrá mudado – pensó. A la tarde, cuando salía para ir a natación, se cruzó con
su nueva vecina. Buen día – Le dijo… ella contestó – Buen día... al alzar la
cabeza la reconoció. Pero… ¿Eres Scarlet?
Oh, si, y tú Matías, no has cambiado mucho en doce años, aunque has echado
espaldas. - Tú estás más mujer, una bella mujer alcanzó a decir él. En ese
momento un hombre sale del apartamento “A” ¿Qué pasa? ¿Qué te quedaste haciendo
aquí? A ella se le dilataron los ojos, apareció un gesto de temor en su mirada - Nada, nada – respondió a la vez que se dirigía al ascensor. El hombre pasó al
lado de Matías con gesto malhumorado y sin saludar. Matías descendió pensativo los dos pisos por la
escalera. Con Scarlet habían compartido desde el jardín de infantes hasta el secundario, se querían mucho como
amigos, compañeros de risas, cumpleaños, bailes. Los padres de ella se mudaron llevándola a una ciudad del interior. Ellos se escribieron
durante un año hasta que se espació,
para luego cortarse la comunicación.
-El lunes cuando llegó de su trabajo, Matías, se dio una
ducha quedándose luego en bermudas y descalzo. Puso suave su música favorita
mientras se preparaba un té de canela y miel. Siempre se quejaba de que las
paredes que separaban los apartamentos parecían de cartón, se escuchaba todo lo
que sucedía en el contiguo cuando alzaban la voz. Su reloj de pared indicaba
las 19,45 horas, escuchó
que alguien ingresaba al lado. Una voz masculina sonó,
¡Llegas media hora tarde! ¿Qué has estado haciendo?
– Nada, es el tráfico
que está infernal – respondió ella.
¿Con quién estuviste? Insistió el hombre.
– Con nadie, hay
piquetes por todos lados.
- ¡No me mientas!
– Suéltame las manos,
me haces doler. Ay, Ay, no me pegues por favor, le escucho decir a ella. Matías
se revolvía en su habitación. Escuchó decir al hombre, te espero en la cama,
estoy apurado, ven enseguida imbécil.
– Llego muerta, no me pidas ahora mismo…
– Muerta vas a quedar
si no me obedeces, te doy media hora –
afirmó, ponte el guardapolvo blanco de
colegiala, sabes que me gusta, y no me hagas ir a buscarte porqué te traigo
arrastrando de los pelos – concluyó.
- Matías no podía
creer lo que escuchaba, decidió ponerse su equipo de gimnasia e irse a correr
un poco para calmar sus nervios. En los
dos días siguientes, las escenas violentas se repetían al lado con gritos y
golpes. Tenía que habla con ella, el jueves siguiente cuando llevaba la ropa al lavadero, la
encontró.
- Hola, ¿cómo estás?
- Bien, respondió Scarlet con una sonrisa forzada.
-¿Bien? - Disculpa, escucho todo desde mi apartamento ¡ese
hombre es una bestia! ¿Cuánto hace que estás con él? -Dos meses – contestó. Pero
no te metas,es peligroso…
- Déjame ver a mi cuán peligroso es. ¡Cuéntame Scarlet por
favor!…no tengas miedo. Ella comenzó a contarle con dificultad, Cuando lo
conocí era muy gentil, pura galantería, le presenté a mi hermana con sus dos
hijas pequeñas, el les llevaba regalos y hacía bromas. En sociedad siempre se
mostró de buen humor y gentil. A poco de vivir juntos mostró su otra cara. Me
metió miedo, diciendo que si lo denunciaba, mi hermana y mis sobrinas la
pagarían. Estoy aterrada, me golpea en la espalda y en las costillas, nunca en
la cara por qué se notaria.
¿Quieres sacarte de encima a esa bestia?
-Si, si, pero…
- No digas más nada, esta todo dicho
¿Que cosas tiene de él en el apartamento?- inquirió Matias.
Su ropa y nada más - respondió Scarlet.
Escúchame bien por favor, mañana ven tres horas más tarde a
tu apartamento, dame tu número de celular ahora. Mañana no lo encontrarás
a él aquí. No hagas preguntas, por
nuestra amistad, hazme caso. Se estrecharon las manos y así se separaron.
El viernes a las siete de la tarde, Matias golpeó en la puerta del “A”
¿Si? ¿Quién es?- De portería le traigo un sobre. Al abrir la
puerta se vieron cara a cara. – Soy tu vecino de al lado… ¡rata! le gritó
mientras con su pierna zurda le daba una patada en los genitales. El hombre se
dobló por la mitad, Uggg en ese momento con su pierna derecha le pegó un
rodillazo en el mentón, que lo tiró con el trasero en el piso. A continuación
le dio varias patadas en las costillas del lado derecho y otras en el
izquierdo. ¿Porqué? pará, pará, sollozaba el hombre.
¿Eres malo con las mujeres? ¡¡Enfermo!! Ve a tratarte antes de que te maten. Tomándolo del
cuello lo obligó a levantarse, ahora toma tus maletas, pon tus cosas dentro que
aquí no vuelves más. Tienes veinte minutos o te tiro por el balcón¡¡bolsa de excremento!!
Sacó su
ropa del placard, y de los cajones, también sus efectos personales. Cuando
estuvo listo, Matías le sacó una foto con su celular y le dijo, ahora te llamo un taxi, te vas y
nunca más aparezcas en la vida de tu mujer, porque estás fichado y mueres
hombre. Si te la cruzas de casualidad, corre para el otro lado, porque lo
sabremos y morirás sufriendo como el miserable que eres. En la puerta del ascensor le dio otra patada
en el trasero para que entre más rápido. A la hora aproximadamente lo llamó el
chofer del radio taxi. Hola Matías, le aviso que el hombre que llevé se alojó
en un hotel barato de la zona de Constitución. – Gracias José, ¡un abrazo!.
Cuando llegó Scarlet la puso al tanto de todo lo sucedido, ella se abrazó a él
llorando sobre su pecho, así estuvo unos minutos. Matías la dejó desahogarse,
luego la invitó a sentarse y conversar.
Mira, este personaje no
aparece nunca más, pero como hay locos, te sugiero que lleves una foto suya a
la policía, y muestres los golpes recibidos así lo fichan. En tu trabajo puedes
pedir traslado a otra filial y le explicas los motivos. Puedes hablar con el
dueño de este apartamento y mudarte a otro cercano a tu trabajo. Y te diría que
veas por un tiempo a una psicóloga para
liberar tus emociones y sentirte mejor. Ve haciendo estas cosas sin prisa y sin
pausa, llámame si me necesitas, yo te llamaré todos los viernes para ver como
sigues.
-No se como agradecerte- dijo ella.
-Poniéndote bien, fuerte y saludable, esa es mi recompensa
respondió él. Volvió a darle un abrazo, ahora ve y descansa sin preocupación le
dijo dejándola en la puerta de su apartamento. Luego de darse una ducha ella se
acostó, mientras cerraba los ojos pensaba. Dios existe…me envió un Ángel…
Los hombres golpeadores son enfermos que arrastran problemas
desde su niñez y adolescencia. No
cambian si no deciden por si mismos buscar la cura en manos de profesionales psiquiatras y psicólogos.El maltrato que ejercen es físico, psicológico, emocional, anulando la personalidad de su víctima.
Te saludo amigo visitante, tus comentarios alimentan este blog.
14 comentarios:
Paso a leerte mañana Migue, hoy no tengo corazón para algo tan duro y real, te mando un beso y mi deseo de que te encuentres bien
Razón tienes Ame,este tipo de historia hasta duele al escribirla.Pero sucede, y muchas terminan su vida como víctimas de estos hombres violentos.
Estoy bien... ¡¡gracias!!
Un beso.
Donde yo trabajo Migue, esto lo vivimos diariamente y lejos de lo que se pudiese pensar, no salen callos en el corazón si no que cada vez tienes este más sensible, más dolido. Pero haces bien en escribirlo si vale para sensibilizar a la gente. Gracias migue y un abrazo.
Gracias Karras,esto lo escribo como dices para sensibilizar a quienes lo sufren y al entorno, para que de alguna manera presten ayuda a la víctima.La justicia es muy lenta en estos casos,hasta inoperante diría.
Un abrazo.
Bien por ese ángel de la guarda.
Más nos tendríamos que implicar todos hasta acabar con esta lacra.
Saludos.
Hola Toro, hace algo más de cien años los colgaban por robar un mendrugo de pan.Hay momentos en que desearíamos la pena de muerte o prisión perpetua para lacras que andan sueltas.
Saludos.
Hola
Siguiendo tus huellas llegué,
un relato muy conmovedor y muy real, lastimosamente existen casos en la vida.
Abrazos cálidos.
Hola genessis, lastimosamente existen casos de excesos imperdonables.
Agradezco tu visita,ven cuando puedas.
Abrazos.
Busquemos la luz del nuevo amanecer.
Gracias.
Olga, nunca debemos dejar de buscar la luz en nuestras vidas.
Un abrazo.
La suerte es que existen otro tipo de personas en este mundo
Un beso
Hola Cuaren los buenos son más,pero los malos hacen mucho ruido.
Un beso.
Hola Cuaren los buenos son más,pero los malos hacen mucho ruido.
Un beso.
Hola Cuaren los buenos son más,pero los malos hacen mucho ruido.
Un beso.
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