Pilar salió de su casa diez minutos tarde, con su trajecito gris perla de pollera corta, y el cabello aún húmedo. En sus zapatos de plataforma, apuró los pasos para llegar a la parada del transporte colectivo. Eran las 6 de la mañana en punto, el lugar estaba desierto, se le había ido el de menos diez. Se preocupó por estar sola, estaba oscuro, solo la luz de la calle iluminaba el lugar. Se dirigía a su trabajo de programadora en el centro, cuando salía de allí se corría hasta la facultad de ciencias económicas. Con 22 años cursaba el tercer año, no le importaba ir despacio con la Facu ya que necesita trabajar. Vio acercarse a un hombre de espaldas anchas, estatura mediana, vestido con ropas humildes. Cuando lo tuvo cerca vio su rostro de piel obscura, con una cicatriz en el pómulo derecho. Tendría unos cuarenta y tantos años. Sintió miedo, y se separó dos metros de él, es que ocurrían tantas cosas terribles. El hombre mantuvo la distancia, mirando cada tanto si venía el colectivo. Pilar observó que un joven se arrimaba a la parada, iba bien vestido y era buen mozo, su presencia le dio más tranquilidad. De pronto el joven se acerca a ella, la tapa con su figura de la vista del hombre, le arrima una navaja a la cara pidiéndole su cartera, celular, y dinero. Le dijo – calladita o te corto la cara. Aterrada le estaba entregando lo que pedía, cuando una mano toma la del joven y la retuerce hasta que la navaja cae al piso junto con él. El hombre moreno le dice, vete de aquí y no vuelva porqué te desfiguro la cara a golpes. ¡Búscate un trabajo atorrante! Su mirada echaba fuego, y su mano tenía una fuerza descomunal. El joven dejó la navaja en el piso y echó a correr. Pilar dejó caer unas lágrimas por la tensión sufrida. ¡Gracias! ¡gracias! espetaba,- pensar que yo le tenía miedo a usted, le dijo al hombre. - Mira Niña, soy albañil, tengo brazos y manos fuertes, pero vivo de mi trabajo. No pude evitar meterme. Ten cuidado, detrás de rostros amigables puede haber monstruos horribles, y detrás de rostros poco agradables, personas nobles. Acuérdate siempre.
El colectivo venía, los dos subieron y tomaron asientos separados, Mariana no pudo reprimir el impulso y le dio un beso en la mejilla al desconocido que la había ayudado. El hombre sonrió y se acomodó en el asiento, bajando la cabeza para descansar durante el viaje.
Agradezco tu visita y comentario, son los combustibles de este rincón.
17 comentarios:
Hola Migue
Me hizo estremecer tu relato, es tan vívido que parece verlo y sentirlo.
Es una pena que existan casos reales tal cual como describes.Como literatura lo veo excelente.
Abrazos cálidos
y buena semana.
La confianza..en el ser humano, basica primordial..
y a partir de ahi,al menos para mi todo lo demás.
un abrazo
Bien lo dices Migue, las apariencias engañan.Lo que relatas sucede en la vida y muchas mujeres no tienen la suerte de Pilar.
Un beso
Hola genessis, sucede en la vida de todos los días. Y las mujeres son los principales blancos.
Abrazos y buena semana para ti también.
Hola Estrella, sino confiáramos entre los seres humanos, no existiríamos como sociedad. No obstante, hace falta buenos filtros y experiencia, para no caer en "malos tragos".
Abrazos para ti.
Anónimo, vivimos en unos tiempos en los que si te toca te toca. Parece dependemos de la rueda de la fortuna.
Gracias por pasar.
Un beso.
Con este relato que nos hace reflexionar, amigo Migue, está bien claro, como en la vida misma, que las apariencias engañan, y que puedes creer que una persona por muy bien vestida que esté no tiene por qué ser trigo limpio, sino todo lo contrario, y cuando creemos que el que tiene mala pinta es para desconfiar, y puede ser todo lo contrario.
Yo recuerdo una vez cuando uno que iba trajeado le robó a un anciano, nadie podía imaginar que iba a hacer una cosa igual, y en cambio... esos son los peores, en los que creemos podemos confiar porque tienen mejor pinta.
Gracias, Migue, por este interesante relato.
Un beso.
Hola María, por estos lares hay muchos delincuentes de "guante blanco" de esos que por su presencia y formación no esperas que lo sean ...o estafadores para poner a estos también sobre la mesa.
Hay gente que "trabaja de delincuente" para ello hay casos de parejas con un niño pequeño que sorprenden y roban. ¿Quién va a sospechar en una situación así? Es una minoría pero hace daño.
Un beso amiga,espero estés bien.
Que bien escrito! Nos dejamos llevar por las apariencias.
un abraxo!
Veras Migue. Los mas grandes monstruos de la historia, los banqueros, timadores, psicopatas etc etc, siempre han ido bien vestidos. No debemos juzgar las apariencias. Un abrazo y una felicitación por tu agradable relato.
Tu relato atesora una gran lección.
Deberíamos fijarnos más en el interior de las personas y menos en su apariencia.
Saludos.
La apariencias siempre engañan ya lo dejabas entrever en el título. Me gusta el ritmo con el que lo has escrito.
Un abrazo grande,
Eva.
Hola Marylin, cuantas veces cometemos ese error amiga.
Un abraxo.
Es cierto Toro, nos apresuramos en función de exterior.
Saludos para ti.
Gracias María Eva, surgió y se corrió rápidamente a la pluma.
Abrazos.
Nada es lo que parece,un relato excelente,aqui en España tanta gente que va de guapa y han dejado a miles de familias en la calle,Migue un placer leerte,un abrazo.J.R.
Hola Jose Ramon, realmente están pasando un momento muy difícil en España.Estas¡ crisis parece interminable.Espero puedan remontarla pronto amigo.
Un abrazo.
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