Ingresé a la casa para comprobar si había correspondencia en el buzón, verificando que no. Luego de pasar por el hall de entrada, continué caminando por el pasillo que daba a cielo abierto. A mi izquierda estaban las puertas de acceso a los departamentos PH, detrás de cada una de ellas había muchas historias de vidas. Un día contaré algunas de las más interesantes. A través de los años, hubo rotación de gente ¿Cuántos? –No voy a hacer números pero no menos de sesenta, los grandes movimientos fueron en los tiempos de crisis económica. ¿Que será de sus vidas? Las de algunos, estoy al tanto de que van muy bien, lo cual me alegra, la de otros me enteré que tuvieron muchos problemas lo cual lamento. A veces pienso que al irse de aquí, perdieron la magia del lugar que cada uno había percibido.
Me detengo, observo la pared con ladrillos vista que coloqué unos siete años atrás, a lo largo de treinta metros, se ve bien, diría que cálida y alegre. Si mi padre viviera estaría feliz viéndolo, recuerdo que hace diez años me dijo –Me gusta tu pasillo, el mío es triste. -En verdad lo era, por el paso del tiempo, a los pocos meses le hice hacer la pared medianera que le faltaba, luego la pinté de blanco, también cambié la puerta de acceso que daba a la calle por una hecha en madera de cedro con relieves. - Ahora si, me gusta, siempre has sido rápido para resolver las cosas - Me dijo con una sonrisa.
Volviendo a mi pasillo, por la pared veo desfilar una columna de hormiguitas pequeñas, las lluvias las movilizan, unas bajan y otras suben espaciadas, son plaga si no las detienes, aprieto cuatro con un dedo quedando pegadas a la pared. Quedo de espalda contra una reja, mientras observo que otras que suben se detienen junto a los “cadáveres”, de inmediato dan la vuelta y le avisan a las que vienen detrás, se arma un revuelo. Las que descendían también se ven sorprendidas, comenzando a retroceder hacia las alturas.
Un ruido de llaves en una cerradura me saca de mis psicodélicas observaciones, es Andrés que sale, avanza por el pasillo hacia mí. –Buen día Don Migue, ¿Cómo está? –Bien, todo lindo -¿Y ustedes? – Bien también, estoy terminando los últimos cuadros para la exposición. (Andrés es artista plástico) ¿Vendrá a verla? -me pregunta – pues claro, que no te quepa duda- ¿Es en Palermo verdad? Si, si me contesta, mientras apresura sus pasos con una de sus obras envuelta. – Un taxi le espera. - Hasta luego. –Chau, Andrés.
Amigo visitante, hace meses que no escribo, estoy en precalentamiento, algo mejor vendrá más adelante.
12 comentarios:
Buen precalentamiento Migue. De algunas divagaciones salen relatos muy interesantes. Me gustó especialmente lo de las hormiguitas. En todos los ámbitos se nota el compañerismo y eso es gratificante.
Es un gusto leerte.
Un abrazo
Eres muy generosa en tus comentarios Belkis,gracias. ¿Sabes qué? no me sorprende que te hallas detenido en las hormiguitas.Además de unidas siendo pequeñas, tienen la fuerza para llevar una carga varias veces mayor que su propio peso sobre sus espaldas.
Mis abrazos van hacia Murcia.
Migue,gracias por tus palabras.Te echaba de menos,he recorrido tus blogs y por fin veo tu huella reciente.Tu mirada profunda y cercana que descubre todo lo que te rodea.Te veo muy pendiente,consciente,diría yo de tus circunstancias.Bella entrada,que nos impulsa a pararnos en cada detalle para descubrir todos los mensajes que la vida nos manda.
Te dejo mi felicitación y mi abrazo inmenso.
FELIZ FIN DE SEMANA,AMIGO.
M.Jesús
Has hecho un hermoso relato donde se puede percibir tu generosidad y el profundo sentido que tienes del amor a tu padre y a tu amigo. A veces en un pequeño escrito, bien contado como éste, se descubre la exquisita sensibilidad de su autor. Es lo que me ha sucedido al leerte.Un abrazo, amigo.
MAJECARMU, nos gusta que nos visiten los amigos así como visitarlos,aunque a veces las circunstancias nos alejen no nos olvidamos de ellos. Que tú, que eres un poema escribiendo poemas, descubras profundidades en un primer y simple escrito mío de retorno, me honra.
Un fuerte abrazo para ti.
Como tienes tres blogs no sabía en cual de ellos habías publicado, y he tenido que recorrerme los tres, amigo Migue, me gusta que vuelvas a escribir porque tus escritos siempre me hacen reflexionar.
Un bonito relato donde la observación desde el recuerdo y la convivencia están latentes.
Amigo no dejes nunca de compartir, porque tu mirada está siempre llena de riqueza.
Un beso.
María, Jajaja disculpa,ahora sabes que me he reducido a dos blogs. Extrañaba tus visitas ya que traías alegría en tus comentarios, a la vez que a veces debatíamos sanamente en alguno de mis escritos.
Como dices, trato de hacer de la convivencia con los demás, un vínculo fuerte con afecto y comprensión.
Un gusto reencontrarte,amiga.
Si es que siempre me haces dar mil vueltas con tus tres blogs y nunca acierto jajaajja, pero bueno, así visito todos.
Gracias a ti, amigo mío.
Un beso.
Para llamarlo precalentamiento, ha sido excelente, pero seguro que hay más y mejor...
Un abrazo.
Humberto.
Me gustó mucho tu relato,la verdad que asi es nuestra mente, salta de aquí para allá segun las percepciones, recuerdos, cosas que nos llevan a otras y asi estamos. Lo lindo es poder plasmarlo tan real. Besos tía Elsa.
Tienes razón Humberto, respecto a que surgirá más y mejor, aunque el precalentamiento lleve tal vez unos escritos más. Tú generas tanto y bueno, que tienes la pluma tan afinada, que casi escribe sola jajaja.
Otro abrazo para ti.
Bienvenida tía Elsa, vivimos en el mundo real, percibiendo tantas cosas,que a veces se mezclan en nuestros pensamientos con recuerdos y ficciones.Voy alcanzando mi cable a tierra para armonizarme.Besos hacia ti.
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